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Ecuador: diciembre 8, 2024

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EE UU ofrece respiración asistida a la economía venezolana

El País .- La decisión de Washington de levantar las sanciones al sector petrolero local mejora las previsiones de crecimiento del país caribeño Para calibrar la eficacia de unas sanciones, nada como medir el rebote que se genera al retirarlas. La reciente decisión del Gobierno de EE UU de suspender desde el 18 de octubre y durante seis meses las prohibiciones que pesaban sobre el petróleo venezolano, entre otras medidas de alivio económico, ha generado un cambio radical en los pronósticos del país. De acuerdo con la última estimación de Ecoanalítica, una consultora independiente de Caracas, el PIB venezolano pasaría de retroceder un 0,7% este año a mejorar un 9,4% en 2024. Trasvases en alta mar, buques fantasma con el GPS desconectado, trueques, criptomonedas, y porcentajes de dudoso cobro que rozaban el 15%. Eran los costes de un mercado negro que ha dejado de ser necesario para Venezuela desde que el Gobierno de Nicolás Maduro llegara en Barbados a un acuerdo con la oposición para liberar a presos políticos y retirar inhabilitaciones a candidatos rivales, entre otras medidas de restauración democrática. Según Alejandro Grisanti, director de Ecoanalítica, el impulso al PIB del próximo año vendrá por tres vías: la mejora en el precio de venta del hidrocarburo, la reactivación del sector privado venezolano, y las ampliaciones de producción. La primera es la más fácil de entender: bajo sanciones, el petróleo venezolano se vendía de contrabando en el mercado asiático con un descuento de entre el 25% y el 40% sobre su precio real de mercado, además de mayores costes de transporte, cobro y manipulación. De acuerdo con las estimaciones del experto en la industria petrolera venezolana y profesor de la Rice University (en Texas), Francisco Monaldi, terminar con los costes del mercado negro significará pasar de 11.000 millones de dólares por exportaciones anuales de hidrocarburos a unos 16.000 millones de dólares. Una inyección más que suficiente para estimular al resto de la actividad económica venezolana, como pronostica Grisanti. La otra consecuencia del levantamiento de sanciones es un pequeño aumento de la producción petrolera, una variable que ya venía mejorando con el permiso obtenido en 2022 por Chevron para vender en EE UU hidrocarburos venezolanos a cambio de que los beneficios atribuibles a PDVSA, la petrolera venezolana, se emplearan en saldar deudas con acreedores estadounidenses. En las estimaciones de Grisanti, el permiso particular otorgado a Chevron y el general concedido en octubre a todo el sector podrían permitir acercarse al millón de barriles por día en 2025, frente a los 750.000 que Venezuela produce hoy. Una mejora que sigue siendo insuficiente para un país que tiene las mayores reservas probadas de crudo del mundo y que es capaz de producir dos millones de barriles por día. “Chevron ya ha sumado 135.000, a finales de año llegará a 150.000, y en cada uno de los próximos dos años podría agregar otros 50.000″, dice Monaldi. Según sus estimaciones, la suma de proyectos de la italiana Eni, la española Repsol; y las francesas Perenco y Maurel & Prom (controlada esta última por la empresa estatal indonesia Pertamina) podría añadir otros 70.000 barriles por día en el mismo período. La gran pregunta es qué va a hacer la china CNPC, que tradicionalmente ha sido el segundo cliente del crudo venezolano después de Chevron. La petrolera estatal ya anunció en la agencia de noticias Reuters su intención de comprar 265.000 barriles al día pagando en efectivo, un detalle que según Monaldi es relevante porque implica que China no está exigiendo, por el momento, el pago en especie de “los 12.000 millones de dólares que como mínimo le debe Venezuela”. Esperar y ver “Una compra de 265.000 barriles por día abriría la puerta a que CNPC vuelva a invertir en su proyecto y la producción diaria aumente en otros 100.000 barriles”, dice Monaldi. “Ahora bien, si yo estuviera en su lugar, lo lógico sería esperar a ver si el permiso otorgado por Washington se renueva, y si el ciclo electoral de EE UU y de Venezuela termina o no arruinando esta paz”. Esperar a ver qué pasa tal vez sea la frase que mejor define al momento actual de Venezuela. En el corto plazo nadie duda de que los ingresos se van a multiplicar con la eliminación de los costes del mercado negro, pero el medio plazo sigue tan misterioso como siempre. De ahí la salvaguarda que, según Monaldi, todas las petroleras europeas van a exigir antes de lanzarse a ampliaciones significativas de producción: “Van a pedir un contrato equivalente al que tiene Chevron, que no está metiendo dinero fresco en el proyecto, sino reinvirtiendo el flujo de caja que le genera el proyecto, o sea que prácticamente no está arriesgando nada porque esa era la única forma en la que le iban a permitir hacer uso del flujo de caja”, dice el experto. En el corto plazo, el consenso entre analistas es que EE UU no va a dar marcha atrás con una reimposición de sanciones, a pesar de la decisión del Gobierno venezolano de inhabilitar a María Corina Machado como candidata tras obtener una victoria abrumadora en las primarias de la oposición. La Casa Blanca se siente obligada a mantener la suspensión de sanciones porque tiene que garantizar una mínima seguridad jurídica a su sector petrolero, pero también por su interés genuino en el deshielo de la relación con Caracas. “En la región, la Administración Biden estaba recibiendo muchas presiones de los gobiernos de izquierda que habían vuelto a darle la bienvenida a Maduro y las sanciones estaban empujando a Venezuela hacia Irán y hacia Rusia, entre otros actores poco deseables para Estados Unidos”, dice Risa Grais-Targow, especialista en Venezuela de la consultora Eurasia Group. “Reducir la presión migratoria en la frontera sur también es una preocupación importante para Biden, lo mismo que el precio global del petróleo”. Si esas son las razones de Biden, la principal motivación de Maduro para llegar a un acuerdo era generar un flujo de caja que le permita aumentar el gasto social de cara a las presidenciales

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El FMI recorta la proyección de crecimiento de Ecuador para 2023 y 2024

Primicias .- Para toda Latinoamérica, el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula una mejora del PIB, impulsado por las economías de México y Brasil. El Fondo Monetario Internacional (FMI) modificó los pronósticos de crecimiento de Ecuador y el resto de Latinoamérica de para 2023 y 2024. Lo hizo en su nuevo informe de Perspectivas Económicas Mundiales, publicado el 10 de octubre de 2023. En el documento, el multilateral sostiene que el Producto Interno Bruto (PIB) aumentará 1,4% en 2023, eso equivale a la mitad de la previsión de inicios del año, cuando sostuvo que la economía crecería 2,9%. Y la perspectiva para 2024 también disminuye al pasar de 2,8% a 1,8%. Brasil y México Sobre toda la región, el Fondo calcula ahora un avance del PIB de 2,3% en 2023, cuatro décimas por encima de lo calculado en julio. Y prevé el mismo crecimiento de 2,3% en 2024, una décima más que en su anterior previsión. La mejora se explica en un mayor empuje de Brasil y México, las dos principales economías de la Latinoamérica. En el caso de Brasil, el Fondo espera ahora un crecimiento del 3,1%, un punto más de lo que calculaba en julio, debido a la «boyante agricultura» y a la resiliencia del sector servicios registrados en la primera parte del año. Además, el consumo ha seguido siendo fuerte gracias al apoyo de los estímulos fiscales en el país. En 2024 el país tendrá una ralentización de su economía, con un crecimiento del 1,5%. En cambio, México va a crecer 3,2% este año, más de lo esperado. Eso responde a que se ha mantenido la recuperación postpandemia en los sectores de la construcción y los servicios. Además, a los efectos colaterales de una demanda interna fuerte. Para 2024, el FMI calcula un avance del PIB mexicano de 2,1%, un crecimiento que se reforzará en parte por el aumento del gasto público, según dijo el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas. «Las noticias son bastante buenas para México. Hemos revisado al alza las previsiones de crecimiento en 2023 (3,2%) y 2024 (2,%). Ambos años fueron revisados al alza y eso es significativo», subraya. Además, las previsiones de inflación se han revisado a la baja y se situarán en 4,5% este año y 3,2% en 2024 en México, detalla Gourinchas, que añade que la política presupuestaria va a sostener la economía a medio plazo. A pesar de la mejora de la previsión, la región ralentizará su crecimiento frente a 2022, cuando registró un 4,1%. El FMI atribuye la desaceleración al efecto de: Políticas más estrictas. Entorno exterior más débil. Precios de las materias primas más bajos. Crecimiento modesto El informe del FMI, difundido el 10 de octubre, actualiza sus estimaciones para otros países, aunque sin dar más detalles que sí incluirá dentro de unos días en el informe específico de la región. El FMI calcula para Argentina una caída del PIB del 2, % este año, aunque prevé que se recupere en 2024, con un crecimiento del 2,8%. Argentina, que está en la recta final de la campaña de las elecciones presidenciales, está comprometida con el FMI a tomar estrictas medidas para cumplir con el programa de refinanciación de su deuda con este organismo. Para Colombia, el FMI espera un crecimiento del 1,4% este año y del 2% el que viene. Chile caerá medio punto en 2023 y subirá el 1,6% en 2024. En cambio, Perú crecerá el 1,1% y el 2,7%, respectivamente. En Venezuela, el Fondo calcula un avance del 4% en 2023 y del 4,5% en 2024. El organismo también publica los datos de Bolivia, donde espera crecimientos de 1,8% en 2023 y 2024. Y el PIB de Uruguay avanzará 1% en 2023 y 3,2% en 2024. Paraguay crecerá, según el FMI, el 4,5% este año y el 3,8% el que viene. El organismo apunta, por otro lado, que el conjunto de los países de Centroamérica crecerá el 3,8% este año y el 3,9% el que viene, mientras que el del Caribe avanzará el 9,8% y el 8,3%.

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Economía de Ecuador crece 3,3% en el segundo trimestre de 2023, según el BCE

Primicias .- El Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador creció 3,3% en el segundo trimestre de 2023 frente el mismo período de 2022, informó el Banco Central (BCE) el 29 de septiembre de 2023. Según el BCE, el crecimiento de la economía ecuatoriana entre abril y junio estuvo impulsada por el incremento de: Gasto del Gobierno, en 6,4%. Consumo de los hogares, en 4,3%. Inversión o formación bruta de capital fijo (FBKF), en 3,8%. El aumento del gasto del gobierno estuvo relacionado principalmente con la compra de bienes y servicios, así como el pago de salarios para salud y educación, explica el BCE. Y el crecimiento del consumo de los hogares estuvo impulsado por el aumento de las remesas y las operaciones de créditos en la banca y en las cooperativas. Mientras tanto, el incremento en la adquisición de maquinaria y equipo de transporte y el dinamismo del sector de la construcción impulsaron la mejora de las cifras de inversión o FBKF. Las exportaciones caen Según el reporte del BCE, las exportaciones tuvieron una reducción interanual de 0,2% en el segundo trimestre de 2023. Lo anterior ocurrió por una disminución de las ventas de petróleo, de elaborados de pescado y de minerales. En cambio, las importaciones registraron un aumento del 6,2%, impulsadas por la adquisición de maquinaria, equipos eléctricos, productos químicos básicos y equipo de transporte. ¿Qué sectores crecieron más? De los 18 sectores de la economía, 15 reportaron un desempeño positivo durante este período. Entre las actividades que mostraron un mayor crecimiento interanual están: Suministro de electricidad y agua en 10,8%. Acuicultura y pesca de camarón en 10,5%. Enseñanza y servicios sociales y de salud en 8,5%. Correo y comunicaciones en 7,5%. Administración pública en 4,3%.

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La eurozona entró en recesión técnica tras contraerse un 0,1% en el primer trimestre

Infobae .- Se suma al descenso del 0,1% en el cuarto trimestre de 2022 Los datos del producto interior bruto (PIB) de la eurozona han sorprendido… para mal. Concretamente, en el primer trimestre la economía se contrajo un 0,1%, lo que supone la entrada en recesión técnica de la economía de la región, después de la caída de la actividad también del 0,1% en el cuarto trimestre de 2022, según la última revisión del dato publicada por Eurostat. De este modo, la oficina estadística europea revisaba a la baja su anterior estimación, es la que el PIB de la zona euro se anotaba una expansión del 0,1%, acallando los tambores de una recesión, de la que finalmente no ha escapado.

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El FMI prevé un crecimiento mundial de cerca del 3% en los próximos cinco años, el peor dato desde 1990

CINCO DÍAS .– La directora gerente del organismo llama a vigilar los riesgos financieros: “No es momento para la complacencia” El Fondo Monetario Internacional advirtió este jueves que sus perspectivas para el crecimiento económico mundial en los próximos cinco años son las más débiles en más de tres décadas, e instó a los países a evitar la fragmentación económica causada por las tensiones geopolíticas y a tomar medidas para impulsar la productividad. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, afirmó que la economía mundial crecerá en torno al 3% durante la próxima media década debido al impacto del aumento de los tipos de interés. Es la previsión de crecimiento a medio plazo más baja desde 1990 e inferior al promedio quinquenal del 3,8% de las dos últimas décadas. Para 2023, la institución afirma que el producto interno bruto mundial probablemente se expandirá menos del 3%, cifra que está en línea con el pronóstico de enero del fondo de un 2,9%.   Alrededor del 90% de las economías avanzadas experimentarán una desaceleración del crecimiento este año debido a que una política monetaria más estricta afecta la demanda y desacelera la actividad económica en Estados Unidos y la Eurozona, pronosticó el FMI.   La invasión de Rusia a Ucrania ha empeorado las ya tensas relaciones entre EE UU y China, ha agravado una crisis de inflación mundial y está provocando hambre en todo el mundo. ”Con el aumento de las tensiones geopolíticas y una inflación aún elevada, sigue siendo difícil lograr una recuperación sólida”, dijo Georgieva. “Esto perjudica las perspectivas de todos, especialmente de las personas y los países más vulnerables”. Algunos mercados emergentes están mostrando fortaleza, sobre todo en Asia, donde se espera que India y China representen la mitad de la expansión mundial. Pero los países de bajos ingresos se ven afectados por el debilitamiento de la demanda de sus exportaciones, y el crecimiento de su ingreso per cápita se mantiene por debajo del de las economías emergentes.   A pesar de las sombrías perspectivas de crecimiento, la elevada inflación obliga a los bancos centrales a seguir subiendo las tasas de interés, siempre que las presiones sobre la estabilidad financiera sigan siendo limitadas tras las recientes turbulencias en el sector bancario en EE UU y Suiza, afirmó Georgieva. Si el sistema bancario se vuelve inestable, los responsables de la política monetaria se enfrentarán a disyuntivas más complicadas entre la inflación y la protección del sistema financiero, añadió Georgieva. “Tienen que estar más atentos y ser más ágiles que nunca”.   El duro mensaje de Georgieva se produce un día después de que el FMI advirtiera que la fragmentación geopolítica, impulsada por las tensiones entre EE.UU. y China, corre el riesgo de dañar la economía mundial, cuando la inversión extranjera directa y otros capitales se canalizan cada vez más hacia bloques de países alineados. Reiteró su advertencia de enero de que la fragmentación del comercio a largo plazo —incluidas las restricciones a la migración, los flujos de capital y la cooperación internacional— podría reducir el producto interno bruto mundial hasta un 7%, equivalente a la producción anual combinada de Alemania y Japón.   Según Georgieva, las interrupciones del comercio tecnológico podrían provocar pérdidas de hasta el 12% del PIB en algunos países. La invasión rusa el año pasado disparó una inflación, que ya de por sí era elevada en muchos países, a su nivel más alto en décadas. El apoyo del presidente chino Xi Jinping al líder ruso, Vladímir Putin, incluido un viaje de alto nivel a Moscú el mes pasado, generó críticas de la Administración Biden y empeoró la relación entre EE UU y China.   Estas relaciones ya eran malas en los últimos años. Se deterioraron bajo el mandato del expresidente Donald Trump, que desencadenó una guerra comercial que se tradujo en cientos de miles de millones de dólares en aranceles. La Administración del presidente Joe Biden ha mantenido una línea dura, centrada principalmente en preocupaciones económicas y de seguridad nacional.   Washington implementó el año pasado estrictos controles de exportación de tecnologías de semiconductores a China y lleva años apuntando a Huawei Technologies Co., líder en infraestructura de telecomunicaciones que EE UU considera una amenaza a la seguridad nacional por sus vínculos con el Gobierno chino.   La semana pasada, Pekín abrió un nuevo frente en la escalada de la batalla de los chips, lanzando una revisión de ciberseguridad de las importaciones del mayor fabricante de chips de memoria estadounidense, Micron Technology Inc. Y el miércoles, el presidente de la Cámara de Representantes de EE UU, Kevin McCarthy, y un grupo bipartidista de legisladores se reunió en California con el presidente de Taiwán, Tsai Ing- wen, una visita a EE.UU. por la que China ha protestado.   En medio de ese conflicto y después de las interrupciones en la cadena de suministro por el covid-19, EE.UU. ha fomentado el nearshoring, o deslocalización, y el friend-shoring, instando a las empresas a trasladar a sus proveedores a países alineados ideológicamente y más cercanos y, en particular, lejos de Asia y China. Georgieva instó a los países a ser pragmáticos a la hora de reforzar la cadena de suministro. También repitió su llamado a los miembros del FMI para que brinden alivio de deuda a las naciones en dificultades y contribuyan a un fondo para los países más pobres al que le faltan miles de millones de dólares. Nota Original:IMF Warns Five-Year Global Growth Outlook Is Weakest Since 1990.

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La economía de Estados Unidos creció el 2,1% en 2022

El PIB estadounidense aumentó el 0,7 % con respecto al trimestre anterior, lo que supondría un ritmo anual de crecimiento del 2,9 %. Se debe a los aumentos en el gasto del consumidor y otras áreas como las exportaciones   La economía de Estados Unidos creció el 2,1 % en 2022, según el primer cálculo sobre el Producto Interior Bruto anual del país publicado este jueves por la Oficina de Análisis Económico (BEA, en inglés).   Según esta estadística, el PIB estadounidense aumentó el 0,7 % con respecto al trimestre anterior, lo que supondría un ritmo anual de crecimiento del 2,9 %.   La cifra de todo el año “reflejó principalmente aumentos en el gasto del consumidor” y otras áreas como las exportaciones, dijo el departamento, y la economía más grande del mundo se expandió a una tasa anual del 2,9 por ciento en el período de octubre a diciembre.   La estimación del jueves del Departamento de Comercio mostró que el Producto Interno Bruto de la nación, el indicador más amplio de la producción económica, se desaceleró el último trimestre desde la tasa de crecimiento anual del 3,2% que había registrado de julio a septiembre. La mayoría de los economistas creen que la economía se desacelerará aún más en el trimestre actual y caerá en una recesión al menos leve a mediados de año.   La economía recibió un impulso el último trimestre gracias a la resiliencia del gasto de los consumidores y la reposición de suministros por parte de las empresas. El gasto del gobierno federal también ayudó a elevar el PIB. Pero con tasas hipotecarias más altas que socavan los bienes raíces residenciales, la inversión en vivienda se desplomó a una tasa anual del 27% por segundo trimestre consecutivo. Para todo 2022, el PIB se expandió 2,1% después de crecer 5,9% en 2021.   La desaceleración esperada de la economía en los próximos meses es una consecuencia intencionada de la agresiva serie de aumentos de tasas de la Reserva Federal. Los aumentos de la Fed están destinados a reducir el crecimiento, enfriar el gasto y aplastar la peor inflación en cuatro décadas. El año pasado, la Fed elevó su tasa de referencia siete veces. Está previsto que lo haga de nuevo la próxima semana, aunque esta vez en una cantidad menor. El edificio de la Reserva Federal en Washington La resiliencia del mercado laboral estadounidense ha sido una gran sorpresa. El año pasado, los empleadores agregaron 4,5 millones de puestos de trabajo, solo superados por los 6,7 millones que se agregaron en 2021 en los registros gubernamentales que se remontan a 1940. Y la tasa de desempleo del mes pasado, 3,5 %, coincidió con un mínimo de 53 años.   Pero es probable que los buenos tiempos para los trabajadores estadounidenses no duren. A medida que las tasas más altas hacen que los préstamos y los gastos sean cada vez más caros en toda la economía, muchos consumidores gastarán menos y es probable que los empleadores contraten menos.   “Mirando hacia el futuro, los datos recientes sugieren que el ritmo de expansión podría disminuir drásticamente en (el trimestre actual), a medida que se arraiguen los efectos de la política monetaria restrictiva”, escribió Rubeela Farooqi, economista jefe para Estados Unidos de High Frequency Economics, en un informe de investigación. “Desde la perspectiva de la Fed, una desaceleración deseada en la economía será una buena noticia”.   Los economistas de Bank of America esperan que el crecimiento se desacelere a una tasa anual del 1,5 % en el trimestre de enero a marzo y luego se contraiga durante el resto del año, a una tasa del 0,5 % en el segundo trimestre, del 2 % en el tercero y del 1,5 %. en el cuarto. Una persona compra carne en un supermercado en Manhattan, Nueva York, Estados Unidos La Fed ha estado respondiendo a una tasa de inflación que se mantiene obstinadamente alta a pesar de que ha ido disminuyendo gradualmente. La inflación interanual alcanzó una tasa del 9,1 % en junio, el nivel más alto en más de 40 años. Desde entonces se ha enfriado, al 6,5% en diciembre, pero todavía está muy por encima del objetivo anual del 2% de la Fed.   Otra amenaza para la economía este año tiene sus raíces en la política: los republicanos de la Cámara podrían negarse a aumentar el límite de la deuda federal si la administración de Biden rechaza su demanda de amplios recortes de gastos. Si no se aumenta el límite de endeudamiento, el gobierno federal no podrá pagar todas sus obligaciones y podría destruir su crédito.   Moody’s Analytics estima que la agitación resultante podría acabar con casi 6 millones de empleos estadounidenses en una recesión similar a la devastadora que desencadenó la crisis financiera de 2007-2009.   Al menos, es probable que la economía comience el año con una base más firme que a principios de 2022. El año pasado, la economía se contrajo a un ritmo anual del 1,6 % de enero a marzo y otro 0,6 % de abril a junio. Esos dos trimestres consecutivos de contracción económica generaron temores de que podría haber comenzado una recesión.   Pero la economía recuperó fuerza durante el verano, impulsada por un gasto de consumo resistente y mayores exportaciones.   Fuente: Infobae

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Venezuela anuncia un crecimiento económico de 18 puntos del PIB para 2022

Analistas y la Cepal calculan el incremento en la mitad, pero la economía da su primer salto después de haber sufrido siete años la contracción productiva más grave de su historia. Después de seis años de espectacular contracción, y un 2021 de estabilización en el foso, la economía venezolana ha crecido durante 2022. El Banco Central de Venezuela anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) en 2022 registrará un crecimiento de 18,70% y agregó que este es “el mayor de América Latina durante cuatro semestres seguidos”. Es la primera vez que se publican unas cifras oficiales después de que el Gobierno chavista se había negado a darlas durante los últimos años. El presidente Nicolás Maduro se felicitó por la circunstancia y afirmó que este resultado “es producto del esfuerzo del trabajo nacional, de la unión y la articulación”. Aunque nadie niega la recuperación, analistas y firmas independientes, e instituciones internacionales, como la Comisión Económica para América Latina (Cepal), ubican la tasa de crecimiento de la economía nacional en un rango mucho menor. La mayoría de los economistas venezolanos la calculan del 9%, mientras la Cepal la ubica en un 10. Los expertos explican que la recuperación de la economía venezolana acusa los efectos de un rebote productivo luego de varios años de una caída libre que parecía indefinida en el tiempo y es, en buena medida, consecuencia de la reorientación estratégica del Gobierno bolivariano hacia los fundamentos de la economía de mercado y la búsqueda desesperada de capitales, vigente desde 2019. Asdrúbal Oliveros, economista y socio directivo de la firma Ecoanalítica, afirma que la recuperación de 2022, aunque evidente, “es bastante débil, desigual e insuficiente”. Sostiene que está muy asentada en el ámbito de la capital, y está fundamentada en la recuperación del comercio, en parte gracias a la medida de dolarizar parte de la economía. “Es un crecimiento focalizado en pocos sectores, unos nueve en total, principalmente alimentos, salud, cuidado personal, tecnología, empaques, medios, comercio, transporte. El aumento de la actividad productiva se ha concentrado en Caracas, el eje Lara-Portuguesa, o Lechería, con enormes diferencias en el ingreso”, añade. Oliveros considera que la circunstancia es producto del aumento de los ingresos del Gobierno, que según Ecoanalítica se han recuperado en un 90%, “y de la actividad del sector privado y del estímulo a las importaciones”. Las remesas de la diáspora son también protagonistas del aumento del ingreso nacional. “Hay un impulso fiscal producto del aumento de los ingresos petroleros, cuyo precio ha aumentado a causa de la guerra en Ucrania”, afirma José Manuel Puente, economista de la Universidad de Oxford y el Instituto de Estudios Superiores de Administración, IESA. “La pregunta es cuan sostenible, y de qué calidad es ese crecimiento”. “La verdad es que en Venezuela no se publican las cuentas nacionales, ni la balanza de pagos, ni la posición internacional de la inversión desde 2019″, observa Roland Balza, académico de la Universidad Católica Andrés Bello, quién afirma no desconocer la recuperación, pero se muestra dudoso sobre la magnitud de las cifras. “No hay información completa ni transparente. Desde 2016 no se publica el Presupuesto Nacional. Sin una información detallada es complicado tener estimaciones sobre el PIB, o lo que pueda ocurrir el año próximo”. Aunque las cifras ofrecidas tienen entusiasmado al Gobierno, los expertos consultados comentan que habrá que trabajar mucho, y durante varios años, para que el aparato productivo nacional retome su antigua fisonomía luego del derrumbe económico vigente en Venezuela desde 2014, cuando Maduro asumía funciones, y que concretaron un crack del 80% del PIB local en 2019. Las dificultades estructurales del servicio eléctrico le colocan un techo a la actividad industrial; sigue habiendo muchas áreas con una enorme desinversión, y la actividad petrolera, que en sus buenos tiempos podía producir hasta 3.500.000 barriles diarios de crudo, hoy apenas alcanza los 700.000. La escasez del crédito bancario sigue siendo un cuello de botella a resolver. Fuente: El País

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