EL COMERCIO .– La flexibilización para portar armas anunciada por el presidente Guillermo Lasso ha encendido el debate en redes sociales y entre políticos. En el Legislativo, el Partido Social Cristiano (PSC) y Pachakutik (PK) ya se pronunciaron a favor y en contra de la medida. Pero, en medio de la crisis del Ejecutivo y el juicio político en su contra, ¿la media suma apoyos? Dos expertos coinciden en que no. El Gobierno atraviesa en este momento el juicio político que empezó ayer, 3 de abril del 2023, en la Comisión de Fiscalización. Y, en medio de esta crisis, la reciente medida para afrontar la inseguridad está en la misma línea que ha impulsado el Partido Social Cristiano (PSC). Para la politóloga y experta en temas de seguridad, Carolina Andrade, esta decisión puede entenderse como un intento de acercamiento con esa tienda política. Sin embargo, menciona que el PSC ha demostrado que es partidario de los pactos específicos y no a largo plazo. PSC a favor del porte de armas El socialcristianismo emitió un comunicado el 2 de abril pasado en el que decía apoyar la medida adoptada por el Presidente. “Tenemos dos años pidiendo que se haga ya que dependía exclusivamente del Ejecutivo”. Pero ese apoyo al Decreto no significa estar del lado de Lasso en la interpelación. El jefe de esa bancada, Esteban Torres, dijo ayer en La Posta que nada tiene que ver el juicio político con el porte de armas. “Son dos cosas distintas y nuestra posición es clara en el juicio político. Somos proponentes y firmantes”. Para que el juicio termine en destitución se requieren 92 voluntades. En ese escenario, cada voto cuenta. Si se toma en cuenta que la situación con la bancada del correismo es insalvable, el Gobierno podría recurrir a su exalianza con el PSC. En la Asamblea, el PSC, además del mismo oficialismo, ha sido el único que abiertamente ha celebrado la posibilidad de que civiles porten armas. Pero eso no será suficiente. Para Andrade, el PSC también está en la posición de alejarse de los errores cometidos por el Gobierno del que fue aliado en campaña presidencial. Otras posiciones de las bancadas El correísmo y Pachakutik (PK) se pronunciaron en contra de la flexibilización del porte de armas. Este último dijo que rechaza la medida porque no soluciona nada y “va en contra de la Ley y el derecho a la vida”. Sin embargo, la Izquierda Democrática (ID)no se ha pronunciado como bloque sobre su posición frente a la nueva medida adoptada por el Gobierno. Para Crespo sí es posible que el Decreto tenga acogida entre la ciudadanía en medio de una popularidad del Gobierno que cada vez disminuye. Plantea que, ante la crisis de seguridad, la gente puede ver esto como una herramienta más y sumar apoyos. Andrade cree algo parecido. Sin embargo, aunque en un inicio esto pueda calar en cierto sector de la sociedad, el riesgo a largo plazo es alto. Esto sobre todo porque la responsabilidad de la regulación anunciada recae en una institucionalidad cada vez más debilitada. La antesala del decreto del porte de armas Si bien bancadas como PK en la Asamblea se mostraron en contra de la medida, Lasso pudo emitir el Decreto con el aval de una reforma hecha por el mismo Legislativo. En enero pasado, 117 asambleístas aprobaron una reforma al Código Orgánico Integral Penal (COIP) sobre la tenencia y porte de armas autorizado. Paúl Ocaña, presidente del Colegio de Abogados de Pichincha, explica que lo que hizo Lasso fue tomar esa reforma para emitir el Decreto. Aunque aclara que, como lo hizo en su momento el expresidente Rafael Correa para eliminar el porte, Lasso podía emitir un Decreto sin esa reforma. También, en enero de este año, el Gobierno anunció la reducción del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) a la importación de armas. Es decir, el Decreto Ejecutivo no es una medida aislada.