El destino de los vestidos de Alfombra Roja
Los vestidos y trajes que adornan las alfombras rojas de los grandes eventos tienen un impacto cultural que va más allá de su uso inmediato. Después de ser deslumbrantes protagonistas de una noche de gala, su destino varía dependiendo de su importancia y demanda en la moda. Algunas piezas se preservan en condiciones controladas, desde archivos especializados hasta museos de prestigio. Estos trajes se convierten en verdaderos símbolos de la moda, como el vestido Dior que Nicole Kidman usó en los Oscar de 1997, o el icónico diseño de Billie Eilish para el Met Gala 2021, que fue expuesto en el Palacio de Kensington. Estos atuendos dejan de ser ropa para transformarse en arte, exhibidos como piezas de alta costura y celebradas por su diseño. Por otro lado, algunos vestidos terminan en subastas, donde adquieren un valor histórico. Un ejemplo es el vestido de Elizabeth Taylor que fue regalado y luego encontrado en una maleta, vendiéndose por $200,000. Otras celebridades, como Kim Kardashian y Zendaya, han optado por conservar sus trajes, creando así una colección privada de prendas memorables. Sin embargo, no todas las historias son tan glamurosas. Algunas prendas son olvidadas, como el vestido de Lady Gaga dejado en un hotel tras los Globos de Oro en 2019, que terminó en una subasta. Y, en casos inesperados, algunas prendas tienen un destino fugaz, como el vestido de Tyla en el Met Gala 2024, al que se le cortó la falda tras el evento para mayor comodidad de la cantante. Así, el futuro de los atuendos de alfombra roja se asegura a través de la conservación, la reventa en subastas o su exhibición en museos, garantizando que continúen dejando huella en la historia de la moda. Te puede interesar: Incendios en Los Ángeles retrasan nominaciones al Oscar de 2025
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