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Guerra contra las pandillas en El Salvador | “Hemos encarcelado a más de 65.000 personas, y cuando manejas una operación de estas dimensiones podría haber un error”

BBC .-“Más del 90% de la población está de acuerdo con el estado de excepción y quieren que se extienda», dice le vicepresidente de El Salvador. Así de tajante se muestra el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa. Se jacta de estar ganando la guerra contra las pandillas «sin derramamiento de sangre» y niega que las fuerzas del orden estén deteniendo a ciudadanos solo por tener tatuajes o por una llamada anónima. Aunque reconoce que, con una operación de esas dimensiones en marcha y cuando los encarcelados en un año superan los 65.000, es posible que se haya cometido algún error y arrestado a algunas personas sin vínculos con la Mara Salvatrucha o el Barrio 18. «Pero lo perfecto es el enemigo de lo bueno», insiste. El estado de excepción en El Salvador ya cumplió un año. Pero como su nombre indica, se supone que iba a ser excepcional, temporal. ¿Cuánto tiempo deben esperar los salvadoreños que dure esta situación en la que se le otorgan poderes especiales a la Policía? Como dices, de excepción significa que es temporal. De acuerdo a nuestra Constitución, se puede dictar un régimen de excepción por 30 días. Pero si las condiciones continúan, la Asamblea tiene el derecho de extenderlo por otro periodo exactamente igual. Hasta este momento lo hemos extendido hasta un año, y si la condición que lo generó sigue, el estado de excepción continuará. No se puede establecer una fecha límite, dependerá de las condiciones en el terreno. Suena a que su fin sigue totalmente abierto: podría durar otra semana, un año más, otros cinco años… En los 80 en El Salvador vivimos bajo un estado de excepción por más de seis años, porque estábamos en una guerra civil. Y el gobierno lo fue extendiendo cada mes hasta que firmamos los Acuerdos de Paz. Ahora llevamos un año y si las condiciones siguen, lo extenderemos. Mis expectativas son que antes o después ganaremos esta guerra contra las pandillas y que ya no lo necesitaremos, que volveremos a la normalidad. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,El estado de excepción seguirá mientras continúen las condiciones que lo generaron, dice el vicepresidente salvadoreño Félix Ulloa. Pero hay algo que hay que aclarar aquí: el estado de excepción no implica la restricción de las libertades públicas. No está restringido el derecho a la libre circulación, a la libertad de expresión ni nada por el estilo. Solo hay dos garantías que han sido suspendidas, y son garantías personales de quien ha sido procesado. De acuerdo a nuestra Constitución, una vez que has sido capturado tienes el derecho de ser enviado ante un juez en un plazo de tres días, en 72 horas. Bajo el estado de excepción tenemos el derecho de tener a esa persona en detención preventiva por 15 días. Esa es una de las garantías que han sido suspendidas. Y la segunda es el derecho a la privacidad. Es decir, que ni la Policía ni ninguna autoridad tiene el derecho a intervenir tus comunicaciones o dispositivos personales como el teléfono o la computadora. Pero bajo el estado de excepción esta garantía está suspendida, porque la Policía, el juez y el representante del fiscal general necesitan revisar las computadoras de los miembros de las pandillas. Estas son las dos únicas garantías constitucionales que están siendo afectadas, y tengo que aclararlo porque en Europa, en Estados Unidos, la percepción sobre el estado de excepción es que El Salvador vive bajo una especie de toque de queda. Una vez, en un país europeo, me dijeron que estaban preocupados por el confinamiento de la población salvadoreña, porque, decían, a partir de las diez de la noche nadie podía circular por las calles. Esa es una percepción errónea del estado de excepción. Lo hace sonar muy inocente, ligero. Pero la verdad del asunto es que otorga poderes extremadamente draconianos a la Policía, que puede arrestarte casi por una llamada anónima, casi por llevar tatuajes, casi por sospechar que estás vinculado a la actividad ilícita de las pandillas Esa es otra percepción errónea de lo que está pasando aquí. Lo que has dicho no es verdad. La policía no ha acudido a las comunidades a capturar a la gente porque tiene tatuajes o porque ha habido una llamada anónima. Esa es una mentira que ha sido difundida por la oposición política en El Salvador y que los medios y otra gente en el extranjero han dado por sentada. La verdad es que cuando la policía acude a capturar a una persona en una comunidad es porque tiene el perfil. Te voy a poner un ejemplo: cuando establecimos aquel cerco en el mayor municipio de El Salvador, en Soyapango, desplegamos 10.000 miembros de la Policía y el Ejército. Tenían una lista de 1.231 personas que debían ser capturadas y casi lo consiguieron. Fueron a capturar a gente que tenía un historial. Hay una base de datos, así que cuando se va a capturar a una persona es porque se tiene el perfil. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y muchos otros, incluidas los familiares de muchos de los que han sido arrestados, dicen que hay miles de detenidos sin ningún vínculo con las pandillas en la cárcel Podría ser. Cuando manejas una operación de estas dimensiones —y hasta ahora hemos encarcelado a más de 65.000 personas—, podría haber un error y que haya gente detenida sin tener ningún vínculo con las pandillas. FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES Pie de foto,Organizaciones, periodistas y familiares de detenidos aseguran que muchos arrestados en El Salvador durante el estado de excepción son inocentes. Está reconociendo que puede haber miles de personas potencialmente inocentes detenidas Miles de personas han sido liberadas. La procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos declaró que más de 3.000 personas han sido liberadas porque, tras revisarlo siguiendo el debido proceso legal en los tribunales, se ha probado que no han tenido vínculo alguno con las pandillas. ¿Cuántos cree que siguen adentro? No puedo hacer conjeturas en ese sentido porque

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Qué es el «Programa México» de la Mara Salvatrucha y cuál fue el golpe que lo dejó al borde de su desaparición

BBC .- La huida de presuntos pandilleros de El Salvador por las detenciones masivas durante el régimen de excepción que está cerca de cumplir un año en su país llevó a extremar la vigilancia de fronteras en lugares como Guatemala, Honduras o el sur de México. Pero la presencia de estos grupos en México no es nueva. De hecho, se estima que la Mara Salvatrucha (MS-13) está en ese país desde inicios de este siglo y, de una manera más formal, desde que hace casi una década creó uno de sus proyectos más ambiciosos: el llamado Programa México. Con él, la mara trató de extender su poder en las calles de El Salvador más allá de su territorio. Sin embargo, lo cierto es que su presencia es muy poco conocida en México, donde sus autoridades tienen a los grandes carteles del narcotráfico como prioridad de combate dentro del crimen organizado. Fue a finales del pasado mes de febrero cuando la atención mediática sobre el Programa México aumentó gracias a que Estados Unidos dio a conocer una acusación por cargos de crimen organizado y terrorismo contra 13 importantes líderes de la MS-13, así como la detención de tres de ellos en territorio mexicano. Según el documento judicial, la MS-13 se alió en México con carteles para traficar droga y consiguió financiación controlando rutas de migrantes como la que recorre el conocido tren de carga «La Bestia». Los migrantes eran extorsionados a cambio de «seguridad» durante su paso por el país camino a EE.UU. y, si se negaban a pagar, eran en ocasiones lanzados desde lo alto de los vagones causándoles graves daños o incluso la muerte. También asesinaron a rivales de otras pandillas o a miembros de la propia MS-13 que trataban de huir mediante esta ruta. Sin embargo, tras la reciente detención y deportación a EE.UU. de algunos de sus líderes, ¿cuál es la situación actual y futuro del Programa México? ¿Se está fortaleciendo gracias a la llegada de mareros que huyen de la «guerra contras las pandillas» en El Salvador? FUENTE DE LA IMAGEN,POLICÍA NACIONAL CIVIL DE EL SALVADOR Pie de foto,Mapa (no actualizado) con algunos de los principales miembros del Programa México de la MS-13 más buscados por las autoridades. El nacimiento del Programa México La MS-13 está presente en México, al menos, desde los primeros años de la década de los 2000. Algunos grupos se localizan especialmente en el sureño estado de Chiapas -fronterizo con Guatemala y lugar de paso de miles de migrantes centroamericanos cada año- y en el área de Tijuana que limita con California -compuesto aquí principalmente por personas deportadas de EE.UU.-. El Programa México, sin embargo, tuvo como base central de operaciones el municipio de Celaya, en el estado central de Guanajuato, aunque después se extendería por al menos otros seis estados como muestra este mapa con base en información de la Policía Nacional Civil de El Salvador. Fue en Celaya donde se asentaron entre 2014 y 2015 pandilleros liderados por Hugo Armando Quinteros Mineros, alias Flaco; y Francisco Javier Román Bardales, alias Veterano; quienes llegaron a México enviados por la Ranfla Nacional (la estructura de mando de la pandilla). La situación en El Salvador por aquel entonces era convulsa. La tregua iniciada por las maras en 2012 había terminado. La violencia y matanzas se habían recrudecido -así como los enfrentamientos de la MS-13 con grupos rivales-, y el gobierno alistaba las llamadas «medidas extraordinarias» para cortar todo tipo de comunicación desde y hacia los pandilleros en las cárceles. Es en este contexto que miembros de la MS-13 de alto rango llegaron a México para establecer este programa. Según la investigación de EE.UU., uno de sus objetivos era ampliar la estructura de la pandilla para tener una especie de cúpula alternativa en caso de que las autoridades salvadoreñas lograran reducirlos en el país centroamericano. «El Flaco fue enviado a México para conseguir droga y armas, para servir de traficante de personas entre Centroamérica y México… y que así la Mara Salvatrucha tuviera una extensión. Pero eso no quiere decir que se iban a asentar en México, sino que iban a hacer operaciones para El Salvador desde aquí», matiza Carlos García, periodista e investigador mexicano experto en pandillas centroamericanas. FUENTE DE LA IMAGEN,DPTO. DE JUSTICIA DE EE.UU. La relación con el narco A la hora de asentarse en México, los miembros de la MS-13 tuvieron que relacionarse con unos interlocutores inevitables y necesarios para sus actividades: los poderosos grupos de narcotráfico del país. Según la acusación de EE.UU., la pandilla se habría aliado en determinados momentos con el cartel Jalisco Nueva Generación, el cartel de Sinaloa, el cartel del Golfo y los Zetas. En 2017, la Fiscalía de El Salvador ya hizo público como parte de las investigaciones de la llamada «Operación Jaque» que la MS-13 se había reunido meses antes con el cartel de Sinaloa, con el que acordaron importar droga hacia Centroamérica y del que lograron el compromiso de que los pandilleros podrían circular por México. La Fiscalía también apuntó a que altos mandos de la pandilla fueron enviados para negociar directamente con Joaquín «el Chapo» Guzmán, entonces líder del cartel, si bien no aclaró si esa reunión finalmente se celebró. FUENTE DE LA IMAGEN,AFP Pie de foto,La MS-13 mantuvo contactos en México con grupos de narcotráfico como el cartel de Sinaloa de Joaquín «el Chapo» Guzmán. En entrevista con BBC Mundo, García niega cualquier posibilidad real de «competencia» por el negocio entre ambos grupos criminales. «No mantenían una relación de compañerismo sino comercial, de compra de droga para enviar a El Salvador. La MS-13 no iba a venderla en México y ganarle esa venta al cartel, ni tiene la capacidad ni la infraestructura de un grupo de narcotráfico», dice el corresponsal del portal especializado Insight Crime. Bryan Avelar, periodista salvadoreño, coincide al señalar que «no se trata de una relación de iguales, sino que las pandillas están supeditadas a las órdenes de los carteles y trabajan para ellos de una forma bastante menor». Actualmente basado en la frontera sur de México, Avelar asegura que en

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