Grupos de mujeres han salido a protestar esta semana por sus derecho a la educación.
Las mujeres de Afganistán se enfrentaron la semana pasada a un anuncio que cambió sus vidas. Los talibanes les prohibieron al acceso a la educación universitaria y guardias armados custodian las entradas a sus aulas.
Desde entonces, varias protestas han surgido en diferentes zonas del país, abogando por los derechos de las mujeres a educarse.
Este sábado, las fuerzas de seguridad dispersaron una manifestación de mujeres que se tomaron las calles de Herat para pedir volver a clases. Con un cañón de agua, los talibanes dispersaron el grupo de protestantes.
Shaikh Neda Mohammad Nadim, el ministro de Educación Superior, indicó que las razones del gobierno de prohibir la educación universitaria a las mujeres eran: la llegada de mujeres de otras provincias sin acompañantes masculinos, la asistencia a clase sin cubrirse el rostro, la coeducación en las aulas y la existencia de facultades femeninas que contrastan con la “ley islámica y el orgullo afgano”.
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Para la activista pro derechos de la mujer Nahid Noori, las razones del ministro “son ilógicas y no tienen ninguna base islámica”, y sus explicaciones para relegar a las estudiantes afganas de las universidades “son solo excusas para eliminar sistemáticamente a las mujeres de la participación social y privarlas de la educación”.
“Fácilmente podemos decir que están apartando sistemáticamente a las mujeres de la participación social”, señaló a EFE por su parte la activista afgana Basira Hussaini.
Antes del veto, ya existían restricciones para la enseñanza a las mujeres. Las universidades introdujeron aulas y entradas segregadas por género, y las alumnas solo podían ser enseñadas por profesoras u hombres mayores.
Las mujeres perdieron incluso su derecho de acudir a parques, que antes ya contaban con horarios para que no se cruzen con los hombres.
Fuente: El Universo
