Carlos Ochoa atiende su celular y adelanta que luego de que la Asamblea lo posesione (esta semana) dará entrevistas. El primer superintendente de la Información y Comunicación, elegido el pasado martes, coordina la puesta en marcha de un nuevo organismo creado mediante la Ley de Comunicación, y que tiene entre sus atribuciones el control y la fiscalización de los medios y la capacidad para sancionarlos.
El funcionario velará por el cumplimiento de normas, como la aplicación de un código deontológico en los medios (art. 10), que incluye entre sus puntos el respeto a la honra y la reputación. Podrá requerir a los ciudadanos y actores relacionados a la Comunicación, información sobre sí mismos (no especifica de qué tipo) que fuere necesaria para cumplir sus atribuciones, según el artículo 56 de la ley.
La actuación que tendrá el periodista cuencano, de 53 años, al aplicar la Ley ha desatado controversia en torno a su independencia. Como director nacional de noticias de Gamatv, canal incautado por el Estado desde el 2008, Ochoa ha calificado a los medios privados como “mercantilistas”, “miserables”, “agoreros del desastre”, cuyo fin es “desestabilizar al Gobierno”.
También ha apoyado decisiones del gobierno, como la prohibición a los ministros de dar entrevistas a los medios privados, la explotación del Yasuní y la Ley de Comunicación
Esas actuaciones fueron incluidas como argumentos en tres de las cuatro impugnaciones presentadas ante el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPC) por los asambleístas Abdalá Bucaram Pulley (PRE), Andrés Páez (CREO), y Lourdes Tibán, Cléver Jiménez, César Umajinga y Pepe Acacho (PK). La cuarta fue del ciudadano Néstor Marroquín, quien alegó que cuando Ochoa era director de Gamatv (desde el 2009 hasta el 11 de septiembre pasado) no le dio el derecho a la réplica, para el cual la ley da un plazo de 72 horas y de incumplirlo dispone medidas administrativas.
Las impugnaciones fueron desechadas por el CPC, organismo que según la Constitución debe designar a los superintendentes, con los votos favorables de los consejeros Fernando Cedeño, Hugo Arias, Marcela Miranda, Mónica Banegas y Luis Pachala, y el pronunciamiento en contra de David Rosero y Andrea Rivera. La votación fue igual en la sesión que eligió a Ochoa de la terna enviada por el presidente de la República.
El proceso fue cuestionado en las impugnaciones y por los vocales que votaron en contra, bajo el argumento de que se incumple el art. 213 de la Constitución, que en su inciso segundo señala que la ley determinará los requisitos que deban cumplir quienes aspiren a dirigir las superintendencias. La Ley de Comunicación no los incluyó.
El CPC consideró que no tiene capacidad de interpretación de la Constitución y la Ley; sin embargo, en sesión del 17 de julio pasado resolvió aplicar para este cargo el reglamento de designación de procurador general y de superintendencias, emitido en el 2010. Según la resolución, la decisión se basó en el art. 38 numeral 4 de la Ley Orgánica del CPC, que señala entre sus atribuciones dictar las normas de los procesos de selección.
Para Andrés Páez, se violó el principio de legalidad, establecido en el art. 226 de la Constitución, que señala que los servidores públicos “ejercerán solamente” las competencias y facultades que les confiere la Carta Magna y la Ley. Y en este caso no había requisitos para el superintendente. Por ello anuncia que presentará una acción legal contra los consejeros del CPC.
David Rosero fue uno de los que cuestionó el proceso, por considerar que existe un vacío legal. “#palancocracia se impone en designación de Super de Información inobservando Constitución Art. 232 (conflicto d intereses) y 213 (requisitos) (sic)”, dijo en su cuenta de Twitter cuando se eligió a Ochoa.
El art. 232 señala que no podrán ser funcionarios ni miembros de organismos directivos de entidades que ejerzan control y regulación quienes tengan intereses en las áreas que vayan a ser controladas o representen a terceros que los tengan.
Pero el consejero Luis Pachala asegura que actuaron dentro de la Ley y que si había un vacío legal, los mismos asambleístas que impugnaron debieron haber hecho esa observación en el debate de la Ley de Comunicación, pese a haber votado en contra.
Asegura que no se presentaron pruebas de conflicto de intereses porque en Gamatv Ochoa no ha sido accionista o directivo (la Constitución no habla de cargos) sino un empleado más, como lo fue antes en otros medios. En su hoja de vida, Ochoa presenta una trayectoria de 28 años (aunque obtuvo el título de Licenciado en Comunicación en agosto del 2003 y lo registró en octubre de ese año) en medios como Teleamazonas, Ecuavisa, TC , ahora TC Mi canal radio La Voz de Tomebamba, El Mercurio, Ecuador TV y Gamatv.
Gustavo Sosa, coordinador de la veeduría ciudadana de la elección de superintendente, dice que ese factor se consideró para no creer que hay conflicto de intereses, puesto que Ochoa trabajó en medios públicos y privados. Además, en la impugnación de Marroquín, el CPC consideró que el pedido de réplica no se lo hizo a él sino a los representantes legales del canal.
Páez lo refuta respecto al conflicto de intereses. Afirma que si se aplica el mismo reglamento del CPC, en el art. 6 de las prohibiciones, se incluye a quienes mantengan contratos con el Estado, como persona natural, socio, representante o apoderado de personas jurídicas, para adquirir bienes, ejecutar obra pública o prestar servicio público.
Pachala y Sosa argumentan que Ochoa no era empleado directo del Estado sino de Gamatv (allí ganaba $ 8.000 y en el 2012 declaró por impuesto a la renta $ 24.342,17), lo cual no lo invalida. Pero Páez considera que sí porque Gamatv está incautada. Según la Superintendencia de Compañías, 88% de las acciones es del fideicomiso AGD-No más impunidad-Medios y el 22% del fideicomiso de trabajadores.
Ochoa no se ha pronunciado sobre los cuestionamientos. El día de su designación agradeció a través de Twitter y dijo que la ley, es la ley, “ni se transa, ni se negocia, se cumple”. El 25 de agosto en la misma red social escribió: “La imparcialidad no existe… ni siquiera en el cementerio… todo ser humano tiene su punto de vista, exponerlo frontalmente se llama valentía”.