El vicepresidente de la Cámara de Energía, Roberto Aspiazu, exhortó al gobierno a darle un giro de eficiencia a Petroecuador, que por su ineficiencia y por presiones políticas, está causando graves estragos al país.
Para Aspiazu, resulta inconcebible que la mayor empresa estatal del país, que factura 11.500 millones de dólares al año, muestre una permanente inestabilidad institucional, con gerentes que duran en promedio 9 meses, y que terminan cediendo sus sitios a funcionarios encargados.
Como resultado, Ecuador sufre un descenso en producción, tiene atrasadas las licencias ambientales, se realizan inversiones sin resultados, y Petroecuador se convierte en presa de los voraces sindicatos.
En su opinión, es urgente la modernización de las refinerías de Esmeraldas y Santa Elena, que por falta de mantenimiento operan muy por debajo de su capacidad óptima.
A esto hay que agregar el mal estado de sus tanques de almacenamiento. En Esmeraldas, 14 de los 42 tanques no funcionan, mientras en Santa Elena, la tercera parte está en similar situación.
Además, la refinería de Esmeraldas quema cerca de 18 toneladas diarias de azufre, precisamente por sus problemas de refinamiento. Un tema que, además de costarle mucho dinero al país, provoca enormes daños ambientales en toda la provincia.
Aspiazu recordó que Ecuador consume al día alrededor de 250.000 barriles de derivados, de los cuales apenas produce 75.000. Eso significa que debe importar 170 mil barriles, equivalentes al 71% de toda la demanda.
De ahí la importancia de modernizar las refinerías, y conseguir que el país ya no sea dependiente del mercado internacional, que en caso de problemas, como retrasos de los barcos o conflictos, podría paralizar la industria ecuatoriana.
