Ecuador vive uno de los momentos más complejos alrededor de la violencia. Esta semana se han registrado varios atentados en tres provincias, a la par de la crisis carcelaria que no cesa, principalmente en la Penitenciaría del Litoral. El Gobierno considera esos ataques como una represalia del crimen organizado a su lucha contra el narcotráfico.
El presidente Guillermo Lasso, decretó la noche del martes, 1 de noviembre, el estado de excepción en Guayas y Esmeraldas y este viernes 5 de noviembre extendió la medida excepcional a Santo Domingo de los Tsáchilas, donde también se registraron atentados y disturbios.
Lasso dijo que la situación es una respuesta terrorista del crimen organizado a su lucha contra el narcotráfico, sobre todo por las más de 180 toneladas de droga incautadas en lo que va del año.
El mandatario, además, ligó esa represalia de los grupos violentos a la acción supuestamente “oportunista” de ciertos políticos de la oposición que critican su gestión, aunque no presentó mayores pruebas de su sospecha.
Varios analistas consideran que la violencia en las calles tiene relación con la crisis penitenciaria que estalló en 2020 y que cobra la vida de más de 400 prisioneros en frecuentes enfrentamientos entre bandas de reclusos que se disputan el control de las cárceles.