Uno de los implicados en el “Caso Plaga”, que investiga una red de corrupción judicial, reveló que el expresidente del Consejo de la Judicatura, Wilman Terán, le jugó sucio al expresidente de la Corte Nacional, Iván Saquicela, actualmente candidato presidencial por el movimiento «Democracia Sí».
Este proceso investiga la conformación de una red integrada por jueces y otros funcionarios judiciales, que vendía sentencias a cabecillas criminales por grandes sumas de dinero.
Terán, el líder de la red
El principal cabecilla de la organización, justamente, es Terán, actualmente detenido en la Cárcel 4, de Quito, e identificado incluso por sus antiguos asesores, por las enormes coimas que exigía a cambio de favorecer a delincuentes detenidos.
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Michael Hernández, involucrado en el proceso, y ahora testigo de la Fiscalía para reducir su sentencia, reveló en su exposición la forma en que se negociaba el reparto de puestos dentro de la función.
Hernández fue director de la Escuela de la Función Judicial, y una de las personas de confianza de Terán. Se entregó en junio pasado y aceptó confesarlo todo, a cambio de una condena menor.
En su relato, señaló que entabló una estrecha amistad con Iván Saquicela Rodas, quien fue presidente de la Corte Nacional. Ahí se enteró que no tenía una buena relación con Terán.
Le decía «mal agradecido»
Incluso en México, a donde viajaron años atrás para recibir un título de tercer nivel, fue testigo de que Saquicela calificó al futuro presidente del CJ como “mal agradecido”, pues lo había ayudado a superar la evaluación, y nunca se lo agradeció.
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Sin embargo, con el tiempo se limaron asperezas, y con la ayuda del magistrado y su primo Virgilio, a la sazón presidente de la Asamblea, Terán alcanzó sus funciones en el CJ.
Ya no le respondió
Hernández precisó que, ya posesionado, Terán se reunió con Iván Saquicela, para repartirse puestos importantes en el organismo. Pese a que llegaron a un acuerdo, el polémico presidente del CJ cambió de números telefónicos, y no le cumplió a su interlocutor.
