El control de calidad de todos los productos de consumo masivo, se ha vuelto una de las prioridades del gobierno.
Solo en lo que va del 2024, la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA), ha realizado cerca de 20.000 controles y operativos en todo el país.
El director de la institución, Daniel Sánchez, explicó que, gracias a estas acciones, que abarcaron 12.000 establecimientos, se han decomisado más de 2,2 millones de productos irregulares. Se trata de artículos que no eran aptos para el consumo humano.
Los controles también incluyen los “semáforos”, que ofrecen detalladamente información nutricional, y que son obligatorios en las etiquetas de todos los productos alimenticios.
De acuerdo a la Ley Orgánica de Salud, los responsables de vender bienes contaminados o adulterados, o que no tengan los respectivos permisos, se exponen a la clausura de sus locales de forma temporal o definitiva, así como a multas que pueden llegar a 10 salarios básicos.
Adicionalmente, dijo Sánchez, las irregularidades son puestas en conocimiento de otras autoridades, si se considera que son de mayor gravedad.
El funcionario explicó que, además de la vigilancia, la ARCSA labora en fortalecer los análisis de laboratorio, especialmente con productos considerados de alto riesgo. De ese modo se puede establecer si una adulteración es a propósito o accidental.
De ahí que la entidad trabaja en el fortalecimiento de sus profesionales y equipos. En enero, por ejemplo, se realizaron 400 pruebas más que en el mismo periodo del 2023, pese a tener igual cantidad de personal y recursos.
El siguiente paso será establecer alianzas estratégicas con universidades, que pueden aportar con sus propios laboratorios en los análisis y estudios.
