Las tarifas que cobra Panamá, por el paso de los buques a través de su canal, generan controversia con Estados Unidos.
El presidente electo de ese país, Donald Trump, incluso amenazó con exigir la devolución del Canal de Panamá, entregado al gobierno centroamericano en 1999.
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“Las tarifas son una completa estafa”, afirmó el futuro gobernante.
Según Trump, los valores que pagan actualmente los barcos de carga “son exorbitantes”. De ahí que no descarta exigir su devolución, si no se respetan los principios “morales y legales” del comercio.
El presidente electo denunció que tanto la Armada como el comercio estadounidense, “han sido tratados de una manera muy injusta e imprudente”.
La respuesta panameña
La contestación panameña no se hizo esperar.
El presidente José Raúl Mulino advirtió que el canal interoceánico, “es panameño y lo seguirá siendo”.
“Como presidente quiero expresar de manera precisa, que cada metro cuadrado del Canal de Panamá y sus zonas adyacentes es de Panamá, y lo seguirá siendo. La soberanía e independencia de nuestro país no son negociables”, dijo Mulino, en un video difundido por el Gobierno.
La vía que une al Atlántico y el Pacífico y por la que pasa cerca del 3% del comercio mundial, es parte de la historia de lucha, “y una conquista irreversible de Panamá”, agregó el gobernante.
El canal de Panamá fue construido por Estados Unidos, que lo inauguró en 1914, y lo administró hasta su traspaso al Estado panameño el 31 de diciembre de 1999.