De acuerdo a la ley, todos los médicos recién graduados deben servir durante un año en el sector público rural, mediante un sorteo.
Sin embargo, este trabajo se ha vuelto peligroso, ya que en muchos dispensarios a donde acuden, son asaltados o amenazados por bandas de vacunadores, que les exigen determinadas cantidades para no atentar contra sus vidas.
Y como ejemplo está el asesinato del joven médico Steven Aguirre, ocurrido en El Empalme, Guayas, durante un intento de secuestro.
Ante esta situación, los decanos de Medicina de varias universidades de Guayaquil y Samborondón, plantean alternativas para garantizar la seguridad de los nuevos doctores.
Durante un encuentro destinado a tratar este problema, establecieron que, en efecto, no debe suspenderse el año de la rural. Sin embargo, consideraron que no debe ser obligatorio, como ocurre actualmente.
La cita reunió a los principales de las facultades de medicina de la Ecotec, UEES, Universidad Católica y Universidad de Guayaquil.
Los directivos presentaron un proyecto, que permitiría a los jóvenes mejores condiciones para cumplir la rural.
La propuesta es que los nuevos médicos reciban seguridad por parte del gobierno, con el apoyo de cada comunidad donde laboren.
También consideran necesaria una revisión de la infraestructura y categorización de riesgo, a fin de conocer los sitios de mayor peligro, y obrar en consecuencia.
Esta reestructuración debe establecer bonos especiales, para quienes deban acudir a sitios remotos.
Adicionalmente, los doctores podrían brindar su servicio de forma telemática, como ocurrió durante la pandemia del Covid, con lo cual se garantizaría su seguridad.
Las videollamadas, para las cuales hay varias plataformas, permitirían realizar consultas, diagnósticos y seguimiento de pacientes. Para ello sería necesario mejorar la conectividad en zonas rurales.
Caso contrario, los profesionales seguirán corriendo riesgos muy altos, al acudir a los dispensarios asignados.
