Diego Borja, quien fuera ministro de Economía durante los gobiernos de Rafael Correa, tuvo hace 12 años violentos conflictos verbales con el entonces presidente de la República.
Entonces afirmó que el correísmo “era una propuesta política de intolerancia, de concentración de poder y manejo alegre de las cuentas públicas”. Es más: habló de que se sentía “apuñalado por la espalda.
Ahora, reconciliado y postulado como candidato a la Vicepresidencia de la República, busca “acomodar” sus críticas de antes.
En entrevista concedida a Ecuavisa, aceptó que tuvo en dicha época un cuestionamiento frontal contra la administración, si bien “nunca se rompió esa relación” con el mandatario.
Por ello decidió dejar de lado las discrepancias, gracias a que la otra parte (Correa) hizo lo mismo.
“A Correa le acusan de intolerancia. Hoy da una muestra de absoluta tolerancia, con alguien que fue supercrítico. Extiende la mano, tomamos la mano y vamos a delante”, señaló Borja.
Ahora aclara que el culpable no fue el líder de la Revolución Ciudadana, sino Fander Falconí, quien fuera canciller del gobierno correísta, y ministro de Educación con Moreno.
“Había sido mi compañero de aula. Cuando él me acusa de algo que yo no había hecho, yo sentí eso como una traición”, subrayó Borja.
Y por supuesto, siguiendo la línea de la RC, indicó que “la verdadera traición” vino de Lenín Moreno, quien dio la espalda a Correa, pese a que llegó con un proyecto político que lo tenía como pilar fundamental.
El exministro no descartó posibles cambios en las candidaturas de la Revolución Ciudadana. Todo depende de los diálogos que están en proceso, y de posibles acuerdos con otros grupos de izquierda.