Estados Unidos incautó el avión que utilizaba el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como parte de las sanciones internacionales contra ese país.
La nave estaba en República Dominicana, donde fue confiscada. De inmediato se dispuso su traslado a Florida, donde permanece ahora.
En el operativo participaron agentes de las oficinas Investigaciones de Seguridad Nacional, Comercio, Industria y Seguridad y Departamento de Justicia.
Informes internacionales señalan que el gobierno venezolano violó las sanciones aplicadas por Washington, al adquirir el avión.
La medida es inédita. Estados Unidos advirtió que el mensaje queda claro: “nadie está por encima del alcance de las sanciones”.
El castigo forma parte de una ronda de presiones contra la dictadura chavista, por diversos actos de corrupción. Aunque no fueron mencionadas directamente, serían también consecuencias del posible fraude electoral cometido hace más de un mes, y que permitió a Maduro ser reelecto.
Tanto el mandatario como otros 14 altos funcionarios de su gobierno, están acusados de narcoterrorismo, tráfico de drogas y corrupción.
Estados Unidos mantiene en pie una recompensa de hasta 15 millones de dólares, por información que conduzca al arresto o condena del presidente Maduro.