Lo que vive Ecuador no es un problema de crónica roja común, sino un estado de guerra, tal como lo viven Colombia y México.
Así se pronunció el analista y columnista Roberto Aguilar, en diálogo con “Punto de Orden”.
Aguilar consideró que el actual gobierno, a la hora de afrontar la ola de violencia que vive el país, ha tenido una gestión inútil. Algo que se agrava al conocer que el Ministerio del Interior, apenas ha ejecutado menos del 9% de su presupuesto. Es decir, no ha presentado planes y proyectos, pese a contar con el dinero.
El columnista advirtió que el supuesto regreso al orden en las prisiones, es totalmente falso. Tanto así, que policías y militares tardan en saber cuántos reclusos murieron en los enfrentamientos, precisamente porque no pueden acceder a los espacios que ellos dominan.
Aguilar lamentó la negligencia mostrada por el gobierno en este tema. Y más aún cuando se evidencia el nivel de corrupción, que permite que los internos cuenten con armas, drogas, equipos de comunicación y muchos otros artículos prohibidos.
El problema principal, a su criterio, es que el narcotráfico genera tanto dinero, que puede corromper policías, jueces y sistema en general.
Campaña electoral demagógica
Por otra parte, Aguilar lamentó el bajísimo nivel de la campaña electoral, con miras a las elecciones anticipadas del 20 de agosto.
En su opinión, los ecuatorianos estamos ante propuestas demagógicas, que no toman en cuenta que el próximo gobierno apenas tendrá año y medio de duración.
Aguilar anotó que ciertos candidatos presidenciales, actúan como si se fueran a quedar por siempre o en el poder, o al menos con la intención de trabajar, desde ya, en una reelección para los comicios del 2025, mediante ofertas desubicadas, fuera de lugar y, al parecer, destinadas a “pescar” a votantes indecisos.
También auguró que la futura Asamblea Nacional volverá a estar fragmentada, lo que garantiza poca gobernabilidad al próximo presidente de la República.
Aguilar expresó que el actual Consejo Nacional Electoral no genera ninguna confianza, por su pésimo trabajo y su falta de diligencia para controlar las normas. Como prueba mencionó la forma frontal con que el correísmo impulsó en las elecciones de febrero, a sus candidatos para el Consejo de Participación Ciudadana, algo que está particularmente prohibido a todos partido o movimiento.
También lamentó que el ex presidente Rafael Correa, a quien calificó como un delincuente sentenciado, y sin derechos de participación política por 25 años, siga interviniendo en los asuntos del Ecuador.
