La victoria electoral del presidente Daniel Noboa es también la victoria de una sociedad, que participó masivamente en la segunda vuelta.
Así lo señaló el exlegislador, Ricardo Noboa, en diálogo con Carlos Vera, en nuestro programa “Del Día a la Noche”.
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A su criterio, la campaña de ADN manejó adecuadamente los tiempos, pero también hay que reconocer que el correísmo cometió un cúmulo de errores, sobre todo en los últimos 15 días.
¿Qué ayudó a este triunfo electoral? El cambio de estrategia del mandatario, que se mostró sereno y tranquilo, y que fue capaz de aguantar los improperios salidos de tono de su contrincante.
El voto de los adultos mayores

Noboa Bejarano destacó la significativa participación de los adultos mayores, que por primera vez acudieron masivamente a sufragar en esta segunda vuelta, pese a que la ley ya no los obliga.
El resultado fue un conmovedor desfile de bastones, andadores y sillas de ruedas, con gente ansiosa por defender la democracia.
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Fruto de ello es que el número de votantes del balotaje, superó en 200.000 al de la primera vuelta.
El exparlamentario estimó que la gota que derramó el vaso, fue la propuesta de Luisa González de crear “gestores de paz”, que no son más que brigadas comunitarias de espionaje, tal como sucedía en la Unión Soviética en 1917.
Además, los ecuatorianos reaccionaron ante los evidentes afanes de tomarse el poder y la justicia, como quedó demostrado en los chats de la llamada “Liga Azul” del correísmo, y que calificó como “de insolencia total”.
La victoria del presidente también representa un respaldo al trabajo de la fiscal, Diana Salazar, y un apoyo a los conceptos de independencia de poderes.
Será necesario dialogar

Mirando hacia el futuro, advirtió que el Gobierno Nacional necesitará un acuerdo mínimo en la Asamblea, con miras a la reforma constitucional que tanto hace falta.
Y esas conversaciones deberán incluir a los legisladores de la RC5, siempre y cuando entiendan que su agenda no puede ser dictada desde Bélgica, y que no pueden ser por siempre peones, únicamente dispuestos a moverse para conseguir la impunidad de sus líderes.
Esta reforma política debe apuntar a la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana, y a desmontar muchas trabas impuestas en la asamblea constituyente de Montecristi.