Solo abriendo la puerta a la inversión extranjera, será posible revertir la crisis eléctrica que vive el país, y que nos conduce a racionamientos.
Así lo señaló el analista económico, Walter Spurrier, en diálogo con “Punto de Orden”.
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Para el experto, los apagones anunciados para esta semana y la próxima, y que durarán 9 horas por día, son solo el “preestreno”.
Se requiere inversión privada
Spurrier calculó que, para superar la crisis, Ecuador requiere una inversión de 13.000 millones de dólares. Y dado que el Estado no tiene ese dinero, se necesita la participación del sector privado.
El analista recordó que desde hace 10 años, no se brinda el mantenimiento adecuado a las centrales generadoras, y mucho menos a las redes de distribución.
Lamentablemente, dijo, la Constitución de Montecristi restringe la participación privada en los sectores estratégicos. Es por ello que se requiere cambiar primero el modelo legal.
Enormes pérdidas
Las pérdidas que dejan los apagones son enormes, puntualizó Spurrier. Sectores como el camaronero tienen que trabajar con generadores a diésel, los cuales aumentan de forma considerable los costos de producción y, por ende, el valor de exportación.
Además, con los toques de queda dispuestos durante los cortes eléctricos, todos los negocios dejan de vender.
De ahí su insistencia en abrir las puertas a la empresa privada, aunque para ello es necesario implementar reformas legales sustanciales.
Fin de nuestra época petrolera
En cuanto a la situación petrolera, el analista advirtió que también es crítica, al punto que podría decirse que Ecuador vive el fin de su época como gran exportador de crudo.
La causa es la falta de inversión, no existen empresas privadas interesadas en participar en la explotación de nuevos pozos, y encima nos obligan a cerrar el bloque ITT, situado en el Parque Yasuní.
Todo comenzó, sostuvo, durante el gobierno de Rafael Correa, que expulsó a los inversionistas particulares y les confiscó sus negocios.
Basta revisar el panorama actual, sin campos nuevos, y sin opciones de compañías extranjeras, que prefieren invertir en Colombia, Venezuela, Brasil, Argentina y México.