Tal como hicieron antes en las prisiones de Latacunga, Machala y Esmeraldas, miembros e las Fuerzas Armadas intervinieron el Centro de Privación de Libertad Tungurahua, localizado en Ambato.
Ahí, durante un operativo que recorrió cada espacio, desmantelaron una red de internet, que funcionaba de manera clandestina.
Los militares recorrieron de forma detallada todos los rincones de la prisión, y establecieron los puntos donde estaban ocultos los routers y el cable, que permitían a los reclusos comunicarse con sus familiares y sus compinches.
Los soldados inspeccionaron techos, paredes y ventanas, donde descubrieron y eliminaron cables y antenas, que proporcionaban acceso no autorizado a internet a los presos.
Los internos se las habían ingeniado para esconder los dispositivos, pero la exhaustiva requisa tuvo éxito.
Un comunicado oficial de las FF.AA. enfatizó la importancia de estas operaciones, que se mantendrán de forma permanente.
