Álex Palacios, quien fue asesor del expresidente del Consejo de la Judicatura (CJ), Wilman Terán, brindó un nuevo testimonio en torno al llamado “Caso Metástasis”.
En el proceso, que contempla corrupción, delincuencia organizada y vínculos con el narcotráfico, están implicados Terán, el exvocal del CJ, Xavier Muñoz, y otros ex jueces y fiscales. Los dos primeros permanecen detenidos en la Cárcel “La Roca”, de Guayaquil, la de mayor seguridad del país.
Durante la diligencia realizada en la Corte Nacional, y a la cual asistió la fiscal general, Diana Salazar, Palacios reveló que Terán lo amenazó de muerte por sus declaraciones.
También reveló que el fallecido narcotraficante Leandro Norero, le envío a través suyo a Terán 10.000 dólares, a cambio de que postergue una sentencia contra su hermano. El dinero, agregó, se lo dio en persona a su entonces jefe, en su oficina.
El exasesor anotó que decidió colaborar con la justicia, por el temor de que lo maten personas vinculadas a Terán. Supuestamente le dijo “que voy a ser un muchacho muerto si abro la boca”.
El vínculo entre ambos comenzó en el 2017 en la Corte Nacional, pero recién en diciembre del 2021 empezó a trabajar a su lado.
Según afirmó, Wilman Terán, en un baño de la institución, pidió 2 millones de dólares para tramitar un hábeas corpus en beneficio de Norero, quien se negó por considerarlo muy caro.
Tras esta declaración intervino Héctor Paredes, exagente de la Policía, y otro de los 52 procesados en “Metástasis”. Su declaración se limitó a explicar las acciones que tomó, para proteger los bienes embargados a Norero, a cambio de una retribución.
Terán y sus reclamos
Durante la diligencia, Wilman Terán provocó algunos incidentes.
Primero pidió permiso para chatear con sus abogados, porque está en “La Roca” y no le permiten visitas. Su solicitud fue negada.
Posteriormente, interrumpió varias veces al juez Felipe Córdova, cuando este daba indicaciones. Córdova optó por ordenar que silencien su micrófono.
La audiencia se realizó bajo estrictas medidas de seguridad. Todos los asistentes, antes de comenzar, fueron cacheados para detectar posibles armas.
