El ministro de Finanzas, Pablo Arosemena, destacó los buenos resultados que deja hasta ahora la gestión del gobierno a nivel económico, gracias a un manejo técnico y responsable.
Consultado por los micrófonos de “Punto de Orden”, citó como ejemplo el crecimiento previsto para este año. Mientras América Latina espera solo el 1 o el 1,5% como máximo, los propios organismos crediticios, como Banco Mundial o Fondo Monetario Internacional, predicen para Ecuador un 3% o más. Es decir, el doble del resto del continente.
Esto se debe, dijo, a la reducción del porcentaje de la deuda externa que hay que pagar cada año, así como el recorte en los impuestos para la población.
Prueba de la buena marcha de la economía, explicó el ministro, es la excelente recaudación tributaria del primer trimestre del año.
Se cumplen con obligaciones
Arosemena explicó que el actual gobierno, también está cubriendo deudas adquiridas durante las dos administraciones anteriores, del llamado “socialismo del siglo 21”.
Una de ellas es con los municipios y consejos provinciales, y que ascendía a 180 millones de dólares, fuera de las asignaciones mensuales. Dicha cifra, que se remonta al 2015 en adelante, o sea, al régimen de Rafael Correa, fue programada a un año, y en julio terminará de cubrirse.
Parecida situación aplica a los jubilados, ya que el correísmo dejó de cubrir los aportes del gobierno, que por ley correspondían. Solo el año pasado, dijo, se pagaron 140 millones de esa cifra pendiente.
El ministro agregó que los efectos del saneamiento económico, se aprecian ya a todo nivel. Tanto así, que el año pasado las operaciones internas llegaron a 227.000 millones de dólares, una cifra muy superior incluso a la época previa a la pandemia.
Socialismo fue irresponsable
Para el secretario de Estado, la gestión del correísmo en materia económica fue irresponsable. Aprovechando que contaba con el doble de ingresos de lo esperado, debido al inesperado incremento del precio del petróleo, cometió despilfarros escandalosos.
Si se revisan las cifras, triplicó el gasto público y multiplicó por 4 el endeudamiento. Además, implementó cerca de 30 reformas tributarias, incluyendo leyes secundarias, con el único fin de subir impuestos y cubrir el pavoroso hueco fiscal provocado por el derroche.
Incluso llegó al extremo de quitarle 1.200 millones de dólares al IESS, y extraer las reservas del Banco Central, que no pertenecen al gobierno, sino que conforman el respaldo de la banca privada.
Afortunadamente, agregó el ministro, fue posible realizar las rectificaciones necesarias, que han dado como resultado una reducción de la deuda externa, la refinanciación de las obligaciones con China, e incluso un canje de los bonos global, que significó un ahorro de 1.000 millones de dólares.
