Vistazo .- El crimen organizado toca la puerta de los medios de comunicación en Ecuador, donde este año al menos 15 periodistas han sido amenazados de muerte en medio de la creciente violencia que azota al país, informaron el jueves organismos de defensa de la libertad de prensa.
«Eso es un incremento del 100% con respecto a las amenazas de muerte que se registraron en el 2021 y 2022, cuando hubo entre siete y ocho» intimidaciones de ese tipo, señaló Susana Morán, presidenta de la Fundación Periodistas Sin Cadenas.
El miedo apremia entre los comunicadores, que -en un hecho inédito- debieron cubrir las últimas elecciones generales protegidos con chalecos antibalas y cascos, luego del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, conocido por sus investigaciones periodísticas.
Otros han optado por blindar sus vehículos o autocensurarse.
El mapa de las amenazas contra la prensa se recrudeció con un nuevo y temido actor: las bandas criminales ligadas al narcotráfico.
César Ricaurte, de la oenegé Fundamedios, aseguró en rueda de prensa que «el patrón de violencia» ha mutado, antes las amenazas venían de actores «estatales«, mientras que ahora la mayoría están relacionados con el «crimen organizado y la delincuencia común».
Esa organización y las fundaciones Periodistas Sin Cadenas y Nos Faltan Tres presentaron este jueves la Mesa de Protección para Periodistas en Ecuador.
La iniciativa busca verificar amenazas, analizar riesgos y proteger a periodistas cuya vida esté en peligro inminente.
Entre enero y agosto Periodistas Sin Cadenas registró 216 agresiones contra periodistas. De ellas, 15 fueron amenazas de muerte.
Magnicidio
Fernando Villavicencio, experiodista y uno de los candidatos favoritos a la elecciones presidenciales del 20 de agosto, fue asesinado a tiros diez antes de los comicios.
Durante años destapó sonados escándalos de corrupción y resistió embates judiciales y amenazas de políticos y criminales incómodos por su trabajo.
Su investigación maestra derivó en la condena a ocho años de cárcel del exmandatario Rafael Correa por corrupción.
Antes de su muerte, Villavicencio denunció que fue amenazado por «Los Choneros«, una organización criminal que ha sido relacionada con disidentes de las guerrilla colombiana FARC y el cartel mexicano de Sinaloa.
Para Morán, los ataques a periodistas están ligados al contexto de violencia creciente en el país, que pasó de ser un oasis de paz a un campo de batalla del narcotráfico.
«Cada vez las agresiones contra periodistas son más violentas», agregó Morán. Tres periodistas fueron asesinados en 2022 y cinco debieron abandonar el país este año por amenazas contra su vida, apuntó.
«Zonas silenciadas»
En marzo de este año, cinco sobres con memorias USB cargadas con explosivos fueron enviadas a periodistas de distintos medios. Uno de ellos resultó con heridas leves tras la detonación.
El año pasado el canal RTS fue atacado con disparos y en 2020 un artefacto explosivo estalló en las instalaciones de la estación televisiva Teleamazonas.
«Hay un patrón de impunidad (…) Cuando son casos de agresiones contra la libertad de expresión, de ataques, de asesinatos de periodistas nunca se investiga el móvil profesional y esto es muy grave porque además no nos da estadísticas oficiales sobre la violencia contra periodistas», apuntó Ricaurte.
Los organismos de defensa de la libertad de prensa también han identificado en Ecuador «zonas silenciadas«, donde el poder criminal lleva a los periodistas a autocensurarse. Por ello, exigieron al gobierno del presidente Guillermo Lasso que asigne recursos para proteger a los comunicadores.
«El silenciamiento se produce sobre todo en las provincias de la Costa que están muy afectadas por el crimen organizado, porque son corredores de estas mercancías ilícitas. La frontera norte tiene una situación urgente y dramática», comentó a la AFP Morán.
Fundamedios consideró al 2022 un año «letal» para el periodismo ecuatoriano tras la muerte de tres comunicadores que fallecieron en circunstancias violentas y del feminicidio de una periodista.
Ese año se registraron 356 agresiones contra la prensa en Ecuador, 67 más que en el 2021.