El 25 de junio de 2009, «rey del pop» falleció a los 50 años debido a un paro cardíaco causado por una sobredosis de propofol, un potente tranquilizante (Shutterstock). Su cuerpo estaba devastado por las intervenciones quirúrgicas estéticas, los fármacos prescritos y una enfermedad.
Según lo dicho por The Sun, el cantante se había administrado pastillas en el estómago. Su cadera, muslos y hombros estaban cubiertos de pinchazos de las inyecciones de analgésicos que recibía de su médico personal, Conrad Murray, quien fue nombrado culpable de homicidio involuntario por administrar la droga que condujo a la muerte del artista.
La televisión británica también mostró algunas fotografías del cuarto donde el famoso cantante y bailarín pasaba sus noches, que ya habían sido reveladas hace medios años. Los oficiales encontraron medicamentos, agujas, poemas adheridos a las paredes y una figura de apariencia enigmática entre otros objetos.
Los investigadores que penetraron en el ámbito privado de la estrella fallecida describieron la estancia como un espacio «desordenado» y repleto de fármacos.
Su cuerpo se encontraba manchado, lo que confirma que padecía de vitíligo, una enfermedad de pigmentación en la piel. Además, su cabello era una peluca pegada a su cabeza, ya que era calvo.
Se cree que Jackson empezó a utilizar película tras sufrir quemaduras de segundo y tercer grado durante una filmación de un comercial de Pepsi en 1984. El Auditorio de Los Ángeles le exigió que bajara un corto tramo por unas escaleras mientras se lanzaban fuegos artificiales a su alrededor, pero esto provocó unas chispas que impactaron en el rostro de Jackson, quien terminó con varias heridas.
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