Más de 1.000 presos fueron intercambiados de prisión, como parte de una estrategia para reducir los riesgos de nuevos motines.
Según el reporte del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), el traslado involucró a 665 internos y 528 internas.
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Los reclusos estaban en la Prisión Número 1 de Tungurahua, y fueron enviados al Centro de Privación de Libertad Número 1 de Cotopaxi.
En el caso de las reclusas, las que estaban en Cotopaxi pasaron a Tungurahua.
Bajo estricta vigilancia
El informe anota que el traslado se cumplió bajo severas medidas de seguridad, a fin de evitar posibles incidentes o intentos de fuga.
La reubicación responde a la necesidad, de especializar los centros penitenciarios, brindando atención diferenciada para hombres y mujeres.
Además, se cumple así la normativa internacional, que promueve la separación de géneros en los centros de privación de libertad.
Para el SNAI, esta separación permitirá un entorno más seguro en ambas prisiones.