Está en marcha la audiencia de juicio contra los implicados en la red de corrupción judicial, descubierta por el denominado “Caso Metástasis”. Y uno de los puntos de la investigación tiene que ver con el asesinato del excandidato presidencial, Fernando Villavicencio.
Gracias a la explotación de los teléfonos celulares del fallecido narcotraficante Leandro Villavicencio, la Fiscalía estableció quiénes eran sus nexos, y lo molesto que resultaba Villavicencio para el cometimiento de sus delitos.
En diálogo con “Punto de Orden”, Tamia y Amanda Villavicencio, hijas del malogrado periodista y político, detallaron lo duro que resulta leer y escuchar los testimonios de este proceso.
Villavicencio decía la verdad
Las jóvenes señalaron que desde la muerte de su padre, en agosto del 2023, aprendieron lo que significa la narcopolítica. Y coinciden en que sus palabras eran ciertas: sin poder político no hay crimen organizado.

Para ambas resulta indignante repasar el proceso, y ver el poder que tenían los “tetones de la piscina”, como llamó Fernando Villavicencio a Norero, Xavier Jordán y Ronny Aleaga, estos dos últimos prófugos de la justicia.
En los chats hallados en los teléfonos de Norero, anotaron, queda confirmado que pretendían “silenciar” a Fernando Villavicencio.
También expresaron su malestar por las penas reducidas que recibieron algunos inculpados, gracias a su colaboración con la justicia. Si bien entienden que sus testimonios fueron necesarios para sustentar el caso, no están de acuerdo.
Quieren tomarse su nombre
A las puertas de un nuevo proceso electoral, apuntaron que hay candidatos presidenciales que quieren tomarse el nombre de su padre, para tratar de obtener votos. Los calificaron de “oportunistas”.
Sobre este y otros temas tratan en un libro, que describe además con detalle la vida de Villavicencio, y todos los detalles en torno a su asesinato.