El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), tiene nueva presidenta. Se trata de Nicole Bonifaz, quien reemplaza en estas funciones a Alembert Vera, destituido por la Corte Constitucional.
Vera quedó fuera del organismo, debido a que permitió una “veeduría ciudadana” para evaluar el trabajo de los jueces, lo cual contravenía una disposición expresa.
En diálogo con “Punto de Orden”, Bonifaz explicó que su gestión apuntará a cumplir los objetivos del CPCCS. Y muy en especial a la designación transparente de las autoridades de control.
Sin embargo, para ello consideró indispensable que la Corte Constitucional imponga limitantes a ciertos recursos legales, que terminan por convertirse en armas para retrasar los procesos.
Como resultado de estos abusos, dijo, el actual concurso para elegir a nuevo contralor general del Estado se encuentra paralizado, toda vez que un juez de Samborondón acogió la Acción de Protección solicitada por una participante. Lo peor es que en la audiencia, a realizarse en pocos días, dicho magistrado podría ordenar comenzar todo desde cero, con el consiguiente retraso.
Hasta entonces, Bonifaz precisó que ha dispuesto la comparecencia de la comisión ciudadana, su ex secretario y los veedores, a fin de que informen al pleno sobre la forma en que llevaron adelante el concurso, y sobre todo para que respondan sobre graves denuncias. Entre ellas la razón por la cual rebajaron 10 puntos a la carpeta de un candidato, sin dar justificación alguna.
Asimismo, quieren saber por qué hubo reparos a la prueba escrita, el supuesto “apagón”, la sesión del día siguiente, que era domingo.
Transparencia
Nicole Bonifaz afirmó que su prioridad, como presidenta del CPCCS, será devolver la confianza del país a la institución, y sobre todo llevar con transparencia los concursos pendientes para designación de nuevas autoridades.
En ese marco, prometió que no permitirá la imposición de agendas políticas, y menos aún, la imposición de nombres.
Uno de los objetivos, agregó, será buscar que la Corte Constitucional redacte un reglamento definitivo, totalmente despolitizado, que impida manoseos, y que sirva de base para todos los concursos futuros.
Bonifaz remarcó que su labor será ajena a “mayorías” y “minorías”, sino en base al estricto cumplimiento de la ley.
