Han pasado varias semanas desde que el ECU 911, asumió el manejo integral de las emergencias en todo el país.
Pero en el caso de Guayaquil, la respuesta no ha mejorado.
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Así lo afirmó Fernando Cornejo, presidente de Segura EP, empresa municipal que administraba esta tarea.
La entidad supervisa su propia red de cámaras, pero corresponde ahora al ECU atender las llamadas, y derivarlas según corresponda.
Demasiada tardanza
Consultado por “Punto de Orden”, Cornejo recordó que hasta hace poco, cuando Segura EP cumplía está labor, el tiempo de respuesta era de entre 111 y 115 segundos. Es decir, por debajo del nivel internacional recomendado, que es 119 segundos.
Sin embargo, ahora las emergencias son cubiertas en 151 y hasta 181 segundos. O sea, un minuto por encima de lo recomendado.
Para el funcionario, no importa quién atiende, sino la rapidez y eficiencia del servicio, ya que un segundo puede costar una vida.
Según Cornejo, quienes desean reportar cualquier tipo de emergencia, deben llamar entre 3 y 4 veces al 911. Y tal como lo ha contactado, o contestan tarde, o sale una grabación, o la llamada es atendida en Quito.
En ese aspecto, lamentó que el Gobierno Nacional no implementara una correcta transición, y peor todavía, no dotara del presupuesto necesario al ECU 911.
Basta citar, dijo, que el software tecnológico de sus cámaras data del 2011. Es decir, no ha sido mejorado, cuando la delincuencia y el crimen sí evolucionan.
El ECU, además, carece de atención para casos de violencia de género. En cambio, Segura EP cuenta con sicólogos y centros especializados.
El funcionario expresó su confianza de que a corto plazo, el Gobierno revea su decisión, y acepte devolver la competencia por el bien de Guayaquil.
Nuevos agentes
En otro punto, Cornejo confirmó que la próxima semana, Segura EP graduará a 661 nuevos agentes municipales, que serán destinados a varios ámbitos.
Entre ellos citó control de tránsito y comercio, protección al turismo, etc.
Los nuevos agentes fueron seleccionados de entre 22.000 aspirantes, y recibieron capacitación de manos de la Escuela Politécnica y la Universidad Católica, y de las Fuerzas Armadas.
