La ola de violencia que el país vivió en los primeros días de enero, tuvo como objetivo dar un golpe de Estado.
Así lo afirmó el presidente de la República, Daniel Noboa, durante su intervención en la Segunda Conferencia Internacional de Consenso sobre Seguridad Penitenciaria y Ciudadana en Ecuador, que se realiza desde el miércoles y hasta este viernes en Quito.
El acto reúne a expertos nacionales e internacionales, representantes de instituciones estatales, sociedad civil, periodistas y académicos, a fin de abordar desafíos en materia de seguridad. Entre los asistentes consta la fiscal general, Diana Salazar, y delegados de varios países y de la Unión Europea.
En su exposición, Noboa señaló que en enero pasado, como es público, grupos de delincuencia organizada desataron actos terroristas, con el propósito de desestabilizar la acción del gobierno nacional.
Ante esta situación, dijo, tomó la decisión de declarar el Estado de Excepción y el “Conflicto Armado Interno”, que permitió la presencia de las Fuerzas Armadas en los operativos.
Uno de los grandes objetivos, anotó el presidente, fue retomar el control de las cárceles, ya que las bandas tenían pleno control de las mismas, gracias a décadas de abandono.
Noboa precisó que cada motín desatado por las pandillas se convertía en una guerra abierta, gracias a que contaban con armas y municiones. Los resultados eran masacres, con decenas de víctimas.
Además, las requisas efectuadas por los militares detectaron que los presos contaban con internet y celulares, gracias a instalaciones clandestinas, además de droga y muchos otros artículos prohibidos.
En ese marco, el mandatario destacó el valor de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, que junto con el SNAI se jugaron la vida en retomar el control de las prisiones.
El resultado está a la vista, apuntó Noboa: cárceles limpias y ordenadas, donde los presos practican deporte, trabajan y cantan el himno nacional todas las mañanas. Además, pueden comer sin temor a que los extorsionen.
En vista que la violencia está en niveles altos, optó por extender el Estado de Excepción por 30 días. Una medida difícil, acotó, pero muy necesaria.
Dentro del balance general, el presidente agradeció el gran apoyo que está recibiendo de la comunidad internacional, incluyendo Italia y la Comunidad Europea, que permiten optimizar el trabajo de los operativos.
Crimen organizado sin fronteras
Por su parte, la fiscal, Diana Salazar, advirtió que el crimen organizado se ha vuelto un mal que traspasa fronteras, y por tanto debe ser combatido bajo una nueva óptica.
A su criterio, solo con cooperación internacional será posible tener éxito en esta tarea, tal como la realiza la Fiscalía.
