Ecuador está bajo ataque.
Así se pronunció el ex legislador, Ricardo Noboa Bejarano, al analizar la situación del país.
Según Noboa, las Fuerzas Armadas deben intervenir con dureza, porque lo que vive el Ecuador es un estado de guerra. Solo que en este caso no enfrenta a otra nación, sino a bandas criminales apoyadas por delincuencia del exterior.
En su opinión, es hora que los militares salgan a las calles, y literalmente “le den bala” al enemigo.
En ese sentido, lamentó que la Asamblea Nacional, antes de ser disuelta, se opusiera sistemáticamente a todas las herramientas legales, que eran tan necesarias para combatir la inseguridad. Empezando por la autorización para el uso progresivo de la fuerza.
Noboa aseguró que hay eficiencia en la fuerza pública, y como ejemplo citó a la Unidad Antisecuestros de la Policía Nacional (Unase), que en la mayoría de casos actúa con rapidez, y rescata sanos y salvos a los rehenes.
Atentados contra la seguridad del país
El ex parlamentario precisó que el asesinato del alcalde de Manta, Agustín Intriago, demuestra que el nivel de inseguridad que vive el país. Y además, estableció algunas de las causas.
Lo que paso en Manta, refiriéndose a este crimen, empezó en Manta, cuando desarticularon la base estadounidense y destruyeron los radares. Es decir, agregó, desbarataron los mecanismos de seguridad, y para remate prohibieron en la Constitución la presencia futura de militares extranjeros.
Todo eso, dijo, debe ser cambiado en el futuro gobierno.
Candidatos identificados
Para Noboa, en la contienda electoral que se viene hay 8 candidatos plenamente identificados: 7 con características democráticas, y una, Luisa González, representando una visión personalista, que quiere perpetuarse en el poder.
Por ello, consideró imprescindible derrotar a esa postulante, porque significará el regreso del correísmo, que tanto daño hizo y hace al país.
Muerte cruzada fue necesaria
Finalmente, Noboa Bejarano estimó que la “muerte cruzada”, decretada en mayo por el presidente Lasso, fue necesaria, debido al nivel de beligerancia y oposición de la Asamblea. La medida, anotó, era la única forma de “pararle el carro” al chantaje de ciertos grupos.
El problema no solo fue con el poder legislativo, sino con la función judicial, el Consejo de Participación y hasta con la Corte Constitucional.
El ex parlamentario recordó que, cuando asumió el poder, Lasso se ganó la enemistad del correísmo y del Partido Social Cristiano, por el simple hecho de no pactar con ellos.
Y al hacer un balance de su gestión, reivindicaría dos grandes méritos: respetar la libertad de expresión, y defender la libertad individual de cada ecuatoriano.
