Hoy no solo es una fecha triste para la historia de la humanidad, por los 22 años de los atentados terroristas, que cobraron miles de vidas en Estados Unidos.
En Ecuador, hoy también se cumple el primer año, de uno de los crímenes más impactantes: el de María Belén Bernal. Por tal motivo, se realizó en Quito una marcha, encabezada por la madre de la víctima, Elizabeth Otavalo.
El 11 de septiembre del 2022, la joven abogada, quien tenía 34 años, fue asesinada por su esposo, el entonces teniente de la Policía, Germán Cáceres, en la Escuela de Formación, situada en Quito.
Todo comenzó cuando Bernal acudió al lugar para reprochar las infidelidades de Cáceres, acentuadas por una reciente fiesta en casa de una de las cadetes. La pareja se encerró en la habitación del oficial, y tras varios minutos de discusión, el capitán la mató mediante estrangulamiento y asfixia.
En su afán de ocultar el crimen, Cáceres envolvió el cuerpo y lo llevó al cerro Casitagua, donde lo abandonó. Aunque en principio fue detenido como principal sospechoso de la desaparición, la falta de evidencias llevó a que fuera liberado. El oficial aprovechó entonces para salir del país.
A los pocos días, finalmente, el cuerpo fue encontrado. De inmediato se montó la búsqueda de Cáceres, quien, el 30 de diciembre, fue detenido en el Departamento de La Guajira, en Colombia, donde se hacía pasar por tendero en un bar. El hallazgo fue posible gracias a que el teniente habría usado un vocabulario común en Ecuador.
Cáceres confesó el crimen, pero eso no lo privó de la máxima sentencia posible: 34 años de cárcel. Además, se le impuso una reparación económica, ya que su esposa tenía un hijo de 13 años, fruto de una relación anterior.
Sin embargo, hay críticas por el fallo, ya que cumple la condena en la Cárcel No. 4, de Quito, considerada de mínima seguridad.
Por su parte, el suceso trajo repercusiones políticas. El presidente Guillermo Lasso anunció el cese del general Patricio Carrillo, del cargo de ministro del Interior, así como la destitución, separación y degradación de varios otros miembros de la Policía.
