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Descartado impacto de asteroide contra la Tierra

La Tierra está a salvo. Al menos por ahora. Nuevos cálculos científicos establecieron que el asteroide “2024 YR4”, que llegará a nuestro Sistema Solar en diciembre del año 2032, no impactará contra el planeta. LEER TAMBIÉN: Los planes de la ciencia por si un asteroide golpea al planeta Tierra El cuerpo celeste, de entre 40 y 90 metros por ancho, había desatado las alarmas, pues existía un riesgo, si bien pequeño, de que se estrelle contra la Tierra. Incluso se había calculado África, India o Colombia como posibles puntos de impacto. Bajó la posibilidad de choque Pero el porcentaje inicial de riesgo, de 3,1%, bajó al 0,004%, una vez realizados cálculos más precisos. Lo que sí está claro es que pasará relativamente cerca en el 2032, y que será la ocasión de ver de primera mano un asteroide. La posibilidad de un estrellamiento había sacudido a la comunidad científica, que desde ya especulaba sobre posibles medidas para evitar el choque, tal como ocurrió en las aclamadas películas de ciencia ficción “Armaggedon” e “Impacto profundo”.

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Los planes de la ciencia por si un asteroide golpea al planeta Tierra

Hace solo unos años, semejante noticia habría parecido de ciencia ficción: un asteroide amenaza con colisionar contra la Tierra. Pero ya no lo es, ni genera la misma alarma. Primero, porque en el caso de suceder, sería en diciembre del año 2032. Es decir, dentro de 7 años y medio. Segundo, porque las posibilidades son bajas: 3,1%, porcentaje que varía de acuerdo a cada observación. Bajas, sí, pero no imposibles. Y tercero, porque a diferencia de tiempo atrás, nuestros científicos disponen, al menos en teoría, de mecanismos e inventos para salvarnos del cataclismo. LEER TAMBIÉN: Asteroide amenaza con impactar a la Tierra en el año 2032 LEER TAMBIÉN: La NASA tiene dificultades para abrir el contenedor de muestras tomadas del asteroide Bennu El asteroide “2024 yr4” no es tan grande. Apenas mide entre 40 y 90 metros de ancho, una cantidad insignificante en la inmensidad del Universo. Pero de chocar contra la Tierra, a la velocidad con que viaja, significaría un impacto 500 veces mayor al de la bomba atómica que fue detonada sobre Hiroshima, Japón, en agosto de 1945. Suficiente para destruir vastas regiones del planeta, y causar cientos de millones de muertes. No llega al tamaño del asteroide que causó la extinción de los dinosaurios, pero sí es capaz de causar mucho, muchísimo daño. Las opciones ¿Qué hacer? Felicidades, hay plan “A”, plan “B” y plan “C”. En su mayoría, a cargo de la NASA, la agencia espacial estadounidense. El primero consiste en lanzar naves cargadas con bombas atómicas, cuando el dicho objeto esté cerca de la Tierra. La explosión causaría que el asteroide sea destruido, o al menos lo desviaría lo suficiente como para evitar un impacto. La segunda alternativa es de locos: crear una “telaraña” láser, mediante la instalación de satélites combinados, que destruya o desvíe al invitado no deseado. La teoría dice que es perfectamente posible. Lo malo es que ambos planes requieren que “2024 yr4” esté cerca. Por tanto, el “C” es pesimista, y solo se aplicaría si los anteriores fallan. Consiste en esconderse en cavernas muy profundas, y esperar a que pasen la explosión y el consiguiente oscurecimiento del cielo y caída de escombros. Serían cerca de 2 años, pero eso no es lo peor: en esas cavernas no habría espacio para todos. Para remate, los estudiosos de los desastres hacen notar un detalle curioso: la eventual caída del meteorito, fijada para diciembre del 2032, en algún punto de Colombia –aquí alado nomás- India o África, coincidiría en parte con el calendario maya, que supuestamente predijo el fin del mundo para diciembre del 2012. Sí, son 20 años de atraso, pero los conspiradores aman los números redondos.

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Asteroide amenaza con impactar a la Tierra en el año 2032

Tal como sucede en la trama de varias películas de ciencia ficción, un asteroide amenaza con colisionar contra nuestro planeta. Aunque no sería algo inmediato, sino que ocurriría el 22 de diciembre del año 2032, los científicos especulan el alcance del peligro. LEER TAMBIÉN: Aumenta el riesgo de que asteroide «asesino» llegue a la Tierra El asteroide se denomina “2024 YR4”, y mide entre 40 y 90 metros de ancho. Su recorrido es largo, por lo cual recién volvería a nuestro Sistema Solar dentro de 7 años. 3,1% de posibilidades Según los expertos, existe un 3,1% de posibilidades de impacto contra la Tierra. De hecho, es el porcentaje más alto que ha registrado en toda su historia la NASA, la Agencia Espacial de Estados Unidos. Su sitio de impacto posible sería en algún lugar de Colombia, India o África. Sin embargo, la posibilidad podría variar significativamente en los próximos meses, de acuerdo a los cambios que tome el asteroide. Un posible choque significaría una detonación 500 veces mayor, a la bomba nuclear detonada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, en agosto de 1945. Fue la primera vez que un artefacto de este tipo estalló sobre una población. En caso que el peligro se confirme, la NASA ya analiza varias opciones. Una de ellas sería disparar una nave cargada de explosivos contra el objeto, cuando esté cerca del planeta, para cambiar su rumbo.

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La NASA tiene dificultades para abrir el contenedor de muestras tomadas del asteroide Bennu

Infobae .- El equipo de técnicos y científicos de la misión OSIRIS-REx no pudo destrabar la cápsula principal del material del asteroide, de unos 4500 millones de años. Qué impide la aplicación de otros mecanismos para acceder al contenido sin contaminar del cuerpo celeste. Pasó más de un mes desde que las primeras muestras de asteroides obtenidas por la NASA en el espacio profundo cayeron en paracaídas en el desierto de Utah. La nave espacial Osiris-REX (abreviatura de Origins-Spectral Interpretation-Resource Identification-Security-Regolith Explorer) soltó, el 24 de septiembre, la cápsula de muestras a 100.000 kilómetros de distancia de la Tierra con hasta 250 gramos de muestra tomadas del asteroide Bennu, en una misión espacial de 7 años de duración. Apenas se necesitaron 4 horas para que contenedor con este material llegara a la Tierra desde el espacio. Tras tocar suelo terrestre en una remota extensión de terreno militar, esta cápsula enseguida fue puesta a resguardo en un laboratorio improvisado en el lugar. 24 horas más tarde, su destino fue el Centro Espacial Johnson en Houston, Texas. En este mes que pasó, la NASA solo pudo abrir la tapa de la cápsula espacial, pero no el contenedor principal de las muestras. Y mientras esta adversidad aún mantiene en vilo a los expertos, su “nave nodriza” ya se encuentra en camino a buscar a otro asteroide. El proceso de recolección de la muestra traída por la misión OSIRIS-REx de la NASA del asteroide Bennu avanza más lento de lo previsto porque hay más material del previsto (NASA/Keegan Barber/Handout via ) Inicialmente, el equipo OSIRIS-REx pudo recoger 70,3 gramos de rocas y polvo al abrir la cápsula, ya que se encontraba desperdigado alrededor del cabezal del muestreador, llamado mecanismo de adquisición de muestras Touch-and-Go, o TAGSAM. Pero al querer abrir este cabezal, donde se halla el contenedor principal de la nave y la mayor cantidad de material, el equipo de técnicos no pudo hacerlo. Descubrieron que dos de los 35 sujetadores no se podían quitar con las herramientas que disponían para OSIRIS-REx. “Es insólito lo que está pasando, pero real. El contenedor principal es muy posible que haya sufrido algún impacto, un poco más fuerte de lo esperado, cuando OSIRIS REx recogió la muestra en la superficie del asteroide Bennu”, explicó a Infobae Diego Córdova, historiador argentino e investigador de las misiones espaciales. Al tiempo que resaltó que la elección del mecanismo Touch&Go fue “porque, justamente, de un toque se recolectaban las muestras”. “El asteroide Bennu tiene prácticamente una fracción de gravedad y no era posible posar la sonda espacial su superficie. Por lo tanto, cuando el contenedor tocó la superficie aspiró el material y se cerró, incorporando los gramos de muestra que querían obtener, que por sí fueron más de lo que se esperaba, y superó las expectativas de la cantidad de muestras recopiladas”, señaló el especialista. Los miembros del equipo de conservación de la NASA junto con los especialistas en recuperación de Lockheed Martin observan después de retirar con éxito la tapa del recipiente de retorno de muestras (NASA/ROBERT MARKOWITZ) Una publicación reciente en el blog de la NASA informó que el equipo está trabajando para desarrollar nuevos enfoques para extraer el material garantizando al mismo tiempo la seguridad y preservación de la muestra. “La misión OSIRIS-REx enfatiza el trabajo de curación para mantener el estado prístino de la muestra. Todos los procedimientos se realizan en una caja de guantes especializada bajo flujo de nitrógeno para preservar su integridad científica”, dejó en claro la NASA. La muestra procesada hasta ahora incluye las rocas y el polvo encontrados en el exterior del cabezal del muestreador, así como una porción de la muestra a granel del interior del cabezal, pero no del propio contenedor. “Las muestras son de tamaño muy irregular, las porciones parecen piedras muy pequeñas, incluso reducidas a polvo. En un primer momento se dijo que la tapa del contenedor no se había cerrado bien y es evidente que con esta cantidad de muestra adicional que vino quedó completamente apretada esta cantidad en el contenedor”, dijo el autor del libro Huellas en la Luna y añadió: “Ahora bien, es tanta la muestra que vino que hubo un excedente por fuera de esa primera tapa. Esto ya entró en análisis y se estableció que tiene una gran cantidad de agua y de carbono”. Para evitar la contaminación de las muestras, desde la NASA indicaron que cualquier procedimiento debe ser consistente con los estándares de la sala limpia Las próximas semanas serán claves, según especificó la agencia espacial estadounidense, ya que el equipo técnico buscará desarrollar y poner en práctica un nuevo procedimiento para eliminar la muestra de asteroide restante del cabezal del muestreador TAGSAM mientras procesa simultáneamente el material que se recolectó esta semana. “Recordemos que el contenedor principal está sellado con 35 tornillos, y hay dos de ellos que no los pueden destrabar. Están muy apretados, posiblemente pudo haber sido por un impacto u otro factor. Recorremos que la OSIRIS-REx hizo un viaje muy largo y estuvo sometida a las inclemencias del vacío espacial, las temperaturas de 273 bajo cero, la radiación”, remarcó Córdova. Asimismo, el especialista resaltó que “no se puede utilizar cualquier herramienta ni cualquier destornillador que sea ajeno a la estructura del armado de la sonda espacial” para obtener estas muestras. Sino que “tienen que ser las herramientas específicas con las cuales se armó la sonda espacial para poder destrabar estos tornillos, aunque aún no están pudiendo. Entonces, ahora están estableciendo un protocolo para utilizar herramientas que estén fuera de la especificación de la sonda y utilizarlas”, explicó el especialista. El polvo y material del asteroide se esparció por dentro de toda la cápsula, lo que permitió obtener más muestras de las pensadas (NASA) “¿Por qué tan estricto esto de las herramientas específicas y no específicas? Porque no quieren romper parte del contenedor y con eso contaminar las muestras. Una vez que establezcan un nuevo protocolo para utilizar herramientas que no están en la lista de especificaciones de OSIRIS-REx, lo van a poder destrabar”, aseguró el especialista y escritor. Y concluyó: “Una vez que abran y accedan a la

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Un asteroide podría chocar contra la Tierra en el futuro, según la NASA

TC .- Según un reciente informe del equipo científico OSIRIS-REx, el asteroide Bennu, objeto de estudio de la NASA durante casi 25 años debido a su cercanía a la Tierra, presenta la posibilidad de impactar nuestro planeta en el año 2182. El estudio menciona que la probabilidad de este evento es de aproximadamente 1 entre 2,700, lo que equivale a un 0,037%. Este hallazgo plantea una nueva perspectiva sobre la trayectoria futura de Bennu. Si este asteroide golpeara la Tierra liberaría 1,200 megatones de energía, 24 veces la energía de la mayor parte de las armas nucleares fabricadas por el hombre, según IFLScience. Bennu pasa cerca de la Tierra cada seis años y ha tenido tres encuentros cercanos con nuestro planeta en 1999, 2005 y 2011, dijeron los expertos.  

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