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Ecuador: julio 26, 2024

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Ecuador, julio 26, 2024
Ecuador Continental: 19:40
Ecuador Insular: 19:40

Nadal: «Espero ser competitivo y dar lo mejor. Pero es imposible pensar en ganar torneos»

ABC .- El balear, que ya se entrena en Brisbane para debutar el día 31 en dobles, admite las dificultades que se encontrará en estos primeros días de su vuelta tras casi un año de ausencia. Vuelve Rafael Nadal a las pistas y la repercusión es mundial. No acudía a Brisbane desde 2017, pero ya ha revolucionado a los australianos, conscientes de que viven un regreso deportivo único. Pero rebaja el balear la euforia porque es casi un año sin tenis, desde aquel 18 de enero de 2023 en el que el cuerpo volvió a dejarlo fuera de juego. Y así, Nadal despeja presiones mientras también influye ilusión. Se siente «mucho mejor» de lo que esperaba «hace un mes», golpea la pelota con fuerza y aunque se le ven las costuras de la falta de rodaje, este torneo preparatorio (del 31 de diciembre al 7 de enero) le dará alas y medida de las cosas. Para empezar, debutará el 31 de diciembre, con horario y rivales aún por confirmar, en el cuadro de dobles, de pareja con su amigo y entrenador Marc López. En individual será el 2 de enero, sin rival ni horario todavía, cuando salte a la pista después de 344 días en la enfermería. De ahí que se muestre más realista que nunca: «Espero sentirme competitivo y dar lo mejor. Pero es imposible pensar en ganar torneos. Estar ya en Brisbane es una victoria«, admitió en su llegada a tierras australianas. «Me siento bien, no me puedo quejar. Hoy me siento mucho mejor de lo que esperaba hace un mes. Pero lo realmente posible es intentar disfrutar de la vuelta a las pistas. No espero mucho, sinceramente, lo único que espero es poder salir a la pista, sentirme competitivo y dar lo mejor de mí», advirtió el balear, en el puesto 663 del ranking. De ahí que pueda enfrentarse a las mejores raquetas de la clasificación desde primeras rondas. Aunque sí tendrá asegurada su presencia en los cuadros finales de los torneos al jugar con ranking protegido. «Va a ser un proceso difícil al principio. Al final, es un año sin estar en una pista de tenis y solo llevo el último mes entrenando con muy buena intensidad. No digo que nada sea imposible, pero estar aquí es una victoria», recalcó Nadal. Por el momento, no hay objetivos a muy largo plazo, aunque ya tiene segura su participación en el Conde de Godó. «No me veo jugando durante mucho tiempo. Quiero intentar darme la oportunidad de ser cada vez más competitivo a medida que avanza la temporada. No soy el jugador que intenta predecir qué tipo de cosas pueden pasar en el corto plazo, y es aún más difícil en un período de tiempo mediano», aseguró. «La forma en la que necesito abordar este proceso es aceptando la adversidad y que las cosas no van a ser perfectas al principio. Sólo tengo que mantener la actitud correcta y el espíritu de trabajo todos los días», añadió. «Creo que en los momentos en que las cosas no van bien, por supuesto que el apoyo de la gente ayuda a seguir adelante. Me siento muy afortunado de haber recibido un gran apoyo en todos lados y Australia siempre ha sido un lugar muy especial para mí», recordó y agradeció a los aficionados. «Por supuesto, cuando no estás en la pista, te pierdes algunas cosas. Al final, esto es algo que hice casi toda mi vida y cuando no puedes competir, por supuesto que extrañas la competición, a los aficionados, jugar en los mejores estadios, el salir y ver la pista llena, pero lo que más eché de menos probablemente fue la sensación de que estás listo para competir, que te sientes listo para disfrutar e intentarlo», sentenció.

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Alcaraz: luces y sombras para llegar a octavos

ABC .- El español necesitó cuatro sets para deshacerse de Evans y avanza a la siguiente ronda como uno de los favoritos del US Open. Este sábado ha tenido lugar la tercera comparecencia de Carlos Alcaraz en el Abierto de EE.UU. de este año y la primera en la sesión diurna. Tercera ronda frente al primer rival de cierta entidad, el británico Dan Evans. En esas horas en las que el mediodía transita hacia la tarde, la central de Nueva York se parchea de zonas de luz y sombra.   Ha insistido el murciano que le gusta el ambiente de la sesión nocturna, que le da energía, con el público bullanguero, gritón, que busca su sitio en la grada en medio de los puntos, con una pizza en una mano y un cóctel de 25 dólares en la otra. No es que el público de día sea una orden monástica con voto de silencio, pero sin duda es más apagado. Y quizá el sol en algunas fases del partido le impidió ver bien alguna pelota. Pero la realidad es que esas luces y sombras sobre el cemento azul de la Arthur Ashe fueron el símbolo del partido de Alcaraz. Con fases de brillantez y otras de dudas, el número uno consiguió el objetivo principal: avanzar a octavos (6-2, 6-3, 4-6, 6-3).   Alcaraz fue un vendaval en el comienzo del primer set. Inapelable desde la línea de saque (llevaba cerca de un 90% de primeros saques mediada la manga), con la finura de un orfebre en la red y agresivo desde el fondo, arrolló al británico. Acabó el set con 14 golpes ganadores, por cuatro de su rival, con un tenis con una luz que cegó al Evans.   La única nube sobre el juego de Alcaraz fue el debilitamiento de su saque al final de ese set. Eso se convirtió en una sombra en el segundo set: el murciano solo metió un tercio de sus primeros saques, un nivel desconocido. Aquello dio alas a Evans, un veterano que tiene sus complicaciones.   El británico -33 años, número 28 del mundo- tiene pinta de tenista ‘cani’, de peleador peso medio de gimnasio de barrio, de personaje de ‘Trainspotting’. Juega enfadado y no le pierde la cara al partido nunca. En ese segundo set se creció ante el bajón de Alcaraz. Empezó a arañar puntos de ‘break’ con facilidad. Alcaraz sujetó el set por los errores groseros de Evans, como el servicio que cedió con dos dobles faltas seguidas.   Pese a las dudas, nadie en la Arthur Ashe apostaba por otra cosa que el tercer set fuera el último del partido. Pero las sombras se cebaron con Alcaraz, y parecía que, por momentos, se le hacía de noche el partido. El murciano se desesperó ante pelotas de ruptura de servicio desaprovechadas -«¡Puta vergüenza!, ¡puta bola de ‘break’!-, protestó ante el juez de silla, cabeceaba, mascullaba en la esquina junto a la toallas.   Evans se llevó el tercer set y Alcaraz empezó a quedarse sin margen de error. Se recompuso en la cuarta manga y recuperó un elemento esencial para su juego: la sonrisa. Con ella iluminó al estadio tras un punto de locura, en el que corrió de lado a lado de la pista para lanzar un obús imposible en ‘passing shot’ que se clavó en la línea. Pero también cuando tras dominar a Evans en un peloteo y subir a la red, la bola del británico chocó contra la red, evitó la volea y le pasó por encima.   El partido servirá para afinar a Alcaraz -en la raqueta y en la cabeza- de cara a retos mayores. El próximo, este lunes en octavos, ante el italiano Matteo Arnaldi, una de las sorpresas del torneo.

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