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Ecuador: julio 27, 2024

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Ecuador, julio 27, 2024
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La Corte Suprema da la razón a Petro: sí podía modificar la terna para elegir al fiscal general

El País .- El tribunal concluye que la inclusión de Luz Adriana Camargo no es contraria a la ley. Así las cosas, Amparo Cerón no es más candidata para presidir el organismo investigativo. El presidente Gustavo Petro fue aplaudido cuando, el pasado 2 de agosto, presentó a la Corte Suprema de Justicia su terna para elegir a la nueva fiscal general. Francisco Barbosa, quien actualmente ocupa este cargo, culmina su periodo el próximo 13 de febrero, y el primer mandatario propuso como sus potenciales reemplazos a Ángela Buitrago, Amelia Pérez y Amparo Cerón. Se trató de un hecho histórico porque no existen precedentes de una terna conformada exclusivamente por mujeres. A finales de septiembre, Petro decidió hacer un ajuste que no alteró el mensaje simbólico de la terna: envió una misiva a la Corte en la que manifestaba su deseo de incorporar a Luz Adriana Camargo y retirar a Amparo Cerón. La modificación fue motivo de debate, luego de que Cerón objetara la decisión en un escrito que radicó ante el alto tribunal. Mucho se especuló sobre los posibles desenlaces, pero este jueves la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia zanjó el tema. Concluyó que Petro, en su condición de presidente, puede realizar cambios en la terna siempre y cuando aún no haya iniciado el proceso de evaluación de las hojas de vida. Dado que la propia Corte aún no ha surtido esta etapa, se desestimaron los argumentos de Cerón, quien aseguró que nunca renunció a su postulación y que tampoco brindó su consentimiento para ser excluida. Cerón trabajó durante tres décadas en la Fiscalía General y fue, por casi tres años, la encargada de adelantar las pesquisas del caso Odebrecht en Colombia. Fue separada de esta labor por Francisco Barbosa y al poco tiempo abandonó la institución. Posteriormente se supo que a su despacho llegaron informes sobre los hallazgos de corrupción en la Ruta del Sol II, una de las obras involucradas en este escándalo. El exfiscal anticorrupción Luis Gustavo Moreno, condenado por su participación en El cartel de la toga, ha señalado a Cerón de no actuar con celeridad. Pese a que no hay confirmación, se presume que estos señalamientos fueron la razón por la que Petro optó por sacar a Cerón de la terna. Bajo este panorama, la siguiente fiscal general será elegida entre las tres penalistas restantes. Ángela Buitrago, académica y exfiscal reconocida por llevar a la justicia a dos altos mandos del Ejército que participaron en la retoma del Palacio de Justicia en 1985; Amelia Pérez, también antigua funcionaria de la Fiscalía que investigó las masacres paramilitares ocurridas en la década de los noventa; y Luz Adriana Camargo, cercana a Iván Velásquez, ministro de Defensa, y exmagistrada auxiliar que estuvo detrás de la investigación de la parapolítica, como se conoce al fenómeno de las alianzas entre políticos y grupos del paramilitarismo. Sin embargo, este no es el único obstáculo que enfrenta la terna presentada por Petro. Gerardo Botero, magistrado de la Corte Suprema, interpuso una acción de tutela ante el Consejo de Estado —otra alta corte en Colombia—, exigiendo que la terna sea rechazada por violar la equidad de género, debido a que no incluye a ningún hombre. El Consejo de Estado ha inadmitido este mismo jueves esa acción por motivos de forma, pero es probable que Botero subsane los errores advertidos y el tribunal luego la decidida de fondo.

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Petro enfrenta con frialdad el gran reto político tras la detención de su hijo Nicolás

El País .- El presidente reacciona evitando un choque con el fiscal Francisco Barbosa, a pesar de los enfrentamientos pasados entre los dos funcionarios “Como afirmé ante el fiscal general no intervendré ni presionaré sus decisiones; que el derecho guíe libremente el proceso”, escribió el presidente Gustavo Petro en su cuenta de Twitter este sábado a las 7.17 de la mañana. Una hora antes, la Fiscalía General de la Nación había detenido al hijo mayor del presidente, el diputado departamental Nicolás Petro, en un proceso por lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Hasta ahí llegó el presidente: mantuvo su agenda del día, con un viaje a la ciudad de Neiva para el cierre de la Asamblea nacional de economía solidaria, popular y comunitaria, un evento importante para la apuesta política de su Gobierno, pero no fundamental. No dijo nada más de una noticia que usualmente es demoledora para una familia, y que puede dinamitar la popularidad de un mandatario; tampoco se lanzó contra el fiscal general Francisco Barbosa, acérrimo crítico e incluso rival político del Gobierno en los últimos meses.   El silencio del presidente es particularmente llamativo por el nivel de su choque con Barbosa. Hace menos de dos meses, Petro dijo en una ceremonia del Ejército: “A través de medios de comunicación algún alto funcionario del Estado, que no tiene esa función, les ha dicho a ustedes que desobedezcan al Presidente de la República. Eso se llama sedición”. Se refería a Barbosa, quien días antes se refirió a otro escándalo, el que llevó a la salida de la jefe de gabinete de Petro del Gobierno. “Quiero decirle un mensaje al director de la Policía, al director de la DIJIN, a los directores de la SIJIN: que no porque les dan una orden o les dicen algo, hay que hacerlo”, había dicho Barbosa en una entrevista con Blu Radio. Congresistas aliados del presidente lo han señalado de ser “un vocero de la oposición” y lo han denunciado formalmente ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes.   Además esos antecedentes, en otros casos el presidente ha reaccionado de forma muy agresiva en asuntos relacionados con sus hijos. Cuando La Silla Vacía publicó una fotografía en la que aparecía junto con su hija Sofía, en un acto público que había sido difundido incluso por medios oficiales, escribió públicamente que se trataba de una “canallada” (curiosamente, cuando un ciudadano entuteló a ese medio, la Presidencia aclaró que la publicación no había afectado los derechos de la menor de edad, y la justicia no le dio razón a la tutela).   La actitud de Petro también es diferente a la de otros políticos colombianos en situaciones similares. El fallido candidato presidencial Rodolfo Hernández ha defendido a capa y espada a su hijo Luis Carlos, enredado en un caso de contratación ilegal que tiene al mismo excandidato en un proceso penal. El también excandidato presidencial de derecha Óscar Iván Zuluaga ha defendido reiteradamente la inocencia de su hijo, David, en el proceso por la financiación irregular de su campaña, por la que la Fiscalía le imputó cargos el pasado 10 de julio. Y finalmente está el encono del expresidente Álvaro Uribe contra el periodista Daniel Coronell por las revelaciones de éste último sobre los negocios de Tomás y Jerónimo Uribe, hijos del expresidente; y su pelea con la Corte Suprema de Justicia cuando la Sala Penal del tribunal empezó a investigar a su primero, el entonces congresista Mario Uribe, eventualmente condenado por haberse aliado con los paramilitares para conseguir votos.   A pesar de todos esos antecedentes, Petro ha mantenido esa línea mesurada (o distante) frente al caso de su hijo Nicolás, así como también frente a su hermano Juan Fernando—señalado de pedir dinero a criminales extraditables para que se aseguren un espacio en la política de ‘Paz Total’. En marzo, el presidente le pidió públicamente a la Fiscalía investigar a sus dos familiares: en un comunicado, pidió que lo hiciera por “la información que se rumorea en la opinión pública”. Horas después, la revista Semana publicó una entrevista con Daysuris Vásquez, exesposa de Nicolás Petro, en la que lo acusó de haber pedido plata debajo de la mesa para la campaña presidencial y habérsela apropiado. Aclaró que todo fue a espaldas el hoy presidente, y que se había reunido pocos días antes con él para contarle esos hechos. Es por ese proceso que la Fiscalía detuvo este jueves a Vásquez y Petro hijo.   El padre, el presidente, sigue eligiendo a la justicia antes que a su hijo. No ha señalado a la Fiscalía de persecución política ni de buscar afectarlo. No ha dicho nada sobre el cambio de fiscal general del próximo mes de febrero, cuando Barbosa termine su período y la sala penal de la Corte Suprema de Justicia deba elegir un reemplazo de una terna que debe elaborar Petro.   Nicolás ha hecho política al lado de su padre y la investigación judicial en su contra golpea también al partido petrista que se dispone a competir para las elecciones locales de octubre con un familiar del presidente detenido por lavado de activos y enriquecimiento ilícito. Pero al no meter la mano al fuego por el mismo hijo de quien marcó distancia desde inicios de año, cuando afirmó “no lo crié” ante una pregunta sobre el escándalo, ese efecto se atenúa. El Gobierno del cambio seguirá, como siguió este sábado, con el hijo del presidente procesado, absuelto o condenado.

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