PortadaHomeRadioCentro

Ecuador: diciembre 6, 2024

Ecuador Continental:

Ecuador Insular:

Ecuador, diciembre 06, 2024
Ecuador Continental: 15:29
Ecuador Insular: 15:29

Ecuador, diciembre 06, 2024

La deforestación de la Amazonia cae un 22% en el primer balance anual desde el regreso de Lula al poder

El País .- La mayor selva tropical del mundo perdió 9.001 kilómetros cuadrados, el equivalente a Chipre La medición más precisa y fiable ha confirmado la tendencia apuntada por los datos preliminares en los últimos meses. La deforestación en la Amazonia cayó un 22,3% entre agosto de 2022 y julio de 2023, según el último balance anual realizado por el Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE) y divulgado este jueves. Es decir, la mayor selva tropical del mundo, un ecosistema clave para mitigar el calentamiento global, perdió en ese periodo 9.001 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente al tamaño de Chipre. El dato es una buena noticia para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que desde su regreso al poder ha colocado la protección de la Amazonia y el medioambiente entre sus prioridades. Durante el mandato de Jair Bolsonaro la tala ilegal aumentó de manera acelerada y solo en su último año cambió la tendencia para empezar a disminuir. Fue considerado un villano ambiental planetario. El dato de deforestación anual en la Amazonia es una especie de examen de fin de curso para los gobernantes brasileños de cara al exterior. Todos ellos son conscientes de que, desde hace más de dos décadas, el mundo mide el desempeño de su país en materia ambiental por el porcentaje de aumento o disminución. Durante la campaña electoral, Lula prometió deforestación cero para 2030, un objetivo de lo más ambicioso. Al presentar los resultados, la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, declaró: “Este resultado es fruto del trabajo de todos nosotros. Es un trabajo para el que ya teníamos know-how [conocimientos técnicos] de nuestra gestión anterior. Ahora lo hemos actualizado y estamos viendo estos resultados”, ha explicado la veterana política que ya ostentó ese mismo cargo hace dos décadas, también con Lula. Fue el periodo en el que la deforestación de la Amazonia cayó de manera más abrupta. Durante sus cinco años como ministra en aquella primera etapa, la tala ilegal se redujo a la mitad hasta los 12.900 kilómetros cuadrados. Los estragos del cambio climático también se notan en la Amazonia. El rio Amazonas, el más largo y caudaloso del mundo, sufre una sequía histórica agravada por El Niño mientras Manaos y otras ciudades de la región llevan semanas envueltas en un humo asfixiante que procede de los incendios ilegales. Lula tiene previsto viajar a la COP28, que empieza a finales de mes en Dubái. Sin duda, el mandatario brasileño esgrimirá en la cumbre climática de la ONU esta caída del 22,3% en la deforestación en la Amazonia como baza negociadora. También es de esperar que la utilice en las complejas negociaciones que Mercosur mantiene con la Unión Europea para intentar cerrar de una vez por todas el acuerdo comercial, atascado por exigencias medioambientales. Uruguay ha dado un ultimátum para cerrarlo antes de fin de año. Y tanto Lula como el presidente de España, Pedro Sánchez, se han comprometido ha reforzar los esfuerzos para esa fecha ahora que Brasil preside Mercosur y España, la UE. El Instituto de Investigaciones Espaciales elabora este balance anual de la deforestación en base a las mediciones hechas por satélite con un sistema llamado Prodes, que es mucho más preciso para calcular la superficie arbórea desaparecida que el sistema Deter, que ofrece datos semanales pero basados en las alertas que usan los equipos de agentes medioambientales para movilizar a los inspectores. El presidente Lula y Marina Silva aparcaron sus diferencias para unirse en la campaña electoral con la misión compartida de derrotar a Bolsonaro en las urnas. La exigencia de la antigua recolectora de caucho para apoyar al líder de la izquierda brasileña fue que la política de protección medioambiental fuera transversal. Exigía voluntad política y medios. La ministra Silva se ha felicitado de que los inspectores ambientales se hayan duplicado con este Gobierno. Bolsonaro llegó al poder en 2018 con un discurso de desprecio de las políticas ambientales y de negación de la emergencia climática que envalentonó a todo tipo de delincuentes que explotan ilegalmente la Amazonia. Para el antiguo militar, la vía más eficaz de combatir la miseria en esa región, la más pobre de Brasil, era explotar las riquezas de la selva tropical.  

La deforestación de la Amazonia cae un 22% en el primer balance anual desde el regreso de Lula al poder Leer más »

Lula sufre para formar Gobierno en Brasil y contentar a todos sus socios

El presidente electo debe nombrar todavía 16 de los 37 ministros antes de asumir el poder el día de Año Nuevo. A punto de tomar posesión este domingo como presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva todavía no ha revelado todos los nombres del Gabinete con el que gobernará la primera economía de América Latina a partir del 1 de enero. Queda por anunciar oficialmente quiénes dirigirán 16 de los 37 ministerios del que será su tercer Gobierno, incluidos algunos tan relevantes como el de Medio Ambiente. El líder de la izquierda brasileña y fundador del Partido de los Trabajadores (PT) está sufriendo para cuadrar el puzle de nombramientos que satisfagan a la decena de partidos que, desde el centro derecha a la extrema izquierda, se aliaron con él para derrotar al ultraderechista Jair Bolsonaro.   Si Lula logró vencer en las urnas al militar que coquetea con el golpismo fue porque logró reunir en torno a su figura a un amplísimo plantel de antiguos adversarios en defensa de la democracia y de las debilitadas instituciones. El PT jamás habría logrado la victoria en solitario.   La situación de Marina Silva, antigua ministra de Medio Ambiente, y de Simone Tebet, candidata presidencial que quedó tercera y apoyó a Lula en la segunda vuelta, ilustra bien lo complejo que resulta el juego de equilibrios incluso para un habilidoso negociador como el presidente electo. Ambas senadoras tuvieron un enorme protagonismo en la campaña, se las considera cruciales para la victoria, pero aún no tienen asignado oficialmente un cargo en el próximo Gobierno. Tebet es de centro derecha, liberal en economía, con fuertes vínculos con el sector agrícola y buena oradora. Tanto ella como Silva aportaban el hecho de ser mujeres en en un ambiente político ampliamente dominado por hombres. Desde el principio se dio por hecho que su activo respaldo sería recompensado con un ministerio. Ahora mismo Tebet acaricia el de Planificación, según la prensa brasileña, que dice que el anuncio es inminente. Siete semanas han transcurrido desde las elecciones.   También sigue en el limbo Silva, la ecologista que acompañó a Lula en su primer Gobierno hace dos décadas y que rompió con él por discrepancias estratégicas sobre Amazonia y la política verde. Y en el Brasil actual ofrece el valor añadido de ser evangélica. Su nombramiento, como ministra o como zarina del clima, era considerado uno de los más obvios pero sigue sin ser resuelto. Y eso que Lula no dejó de insistir en la campaña que la política medioambiental sería prioritaria y vertebraría todas las políticas de su Gobierno.   El próximo presidente de Brasil ha dejado el núcleo duro del Ejecutivo (Economía, la Casa Civil, Trabajo, Educación, Justicia y Desarrollo Civil) en manos de hombres del PT o de su órbita, ha colocado a un diplomático al frente de Exteriores, a una cantante en Cultura y a un hombre de consenso en Defensa. Sanidad ha quedado en manos de una tecnócrata y ha incorporado potentes voces negras de la sociedad civil en Igualdad Racial y Derechos Humanos. El futuro vicepresidente, Geraldo Alckmin, dirigirá Industria después de que el favorito para el puesto declinara la invitación. Lula presidirá uno de los mayores Gbinetes de la historia de Brasil; el de Bolsonaro arrancó con 22 ministerios y siempre incluyó muchos más militares que mujeres. También sigue vacante el Ministerio de los Pueblos Indígenas, cuya creación anunció Lula y que prometió dejar en manos de un nativo. A estas alturas no está claro si tendrá ese rango o se quedará en secretaría. Cuadrar el sudoku requiere satisfacer los intereses del Partido de los Trabajadores, que siempre ha tenido afán hegemónico, los de las dispares formaciones minoritarias que apoyaron a Lula y satisfacer los equilibrios territoriales. Junto a ello está la creciente demanda de que el Consejo de Ministros refleje la enorme diversidad de la sociedad brasileña, donde mestizos, negros, y mujeres son mayoría. La seguridad del próximo presidente es uno de los grandes quebraderos de cabeza de su equipo. Más todavía después de un atentado fallido con bomba que un bolsonarista pretendía detonar para causar el caos y que las Fuerzas Armadas intervinieran para frenar la toma de posesión del líder izquierdista. Desde que venció las elecciones el 30 de octubre, Lula ha dedicado también buenas dosis de energía a buscar apoyos parlamentarios para flexibilizar el techo de gasto y poder financiar las prometidas ayudas sociales para más de 20 millones de los brasileños más pobres. El acuerdo alcanzado contempla financiación extra para el primer año, no para los cuatro del mandato, como pretendían el próximo presidente y su partido.   El derrotado Bolsonaro sigue plenamente apartado de la vida pública y ya se da por supuesto que no será él quien coloque la banda presidencial a su sucesor. La toma de posesión estará mucho más concurrida que la de hace cuatro años. Está confirmada la presencia de 17 jefes de Estado incluidos el rey de España, Felipe VI, los presidentes Alberto Fernández (Argentina), Gustavo Petro (Colombia), Gabriel Boric (Chile), Guillermo Lasso (Ecuador), Mario Abdo (Paraguay), Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal), Luis Lacalle Pou (Uruguay), entre otros. También se esperan representantes de México, de Estados Unidos o de Francia.   Lula no ha podido invitar al venezolano Nicolás Maduro, como hubiera deseado, porque el Gobierno Bolsonaro reconoce como presidente a Juan Guaidó. El próximo ministro de Exteriores ya tiene el encargo de restablecer las relaciones diplomáticas con Maduro. Fuente: El País

Lula sufre para formar Gobierno en Brasil y contentar a todos sus socios Leer más »

Scroll al inicio