La edad del mandatario es su punto más débil para presentarse a la reelección en 2024. Kansas City, 21 de octubre de 1984. El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, se enfrenta al candidato demócrata, Walter Mondale, de 56 años, en el segundo debate de la campaña de las presidenciales. La prensa ha publicado que Reagan, con 73 años entonces, se ha sentido cansado tras el primer debate. Henry Trewhitt, corresponsal diplomático del Baltimore Sun, uno de los periodistas que participan, se atreve con la espinosa cuestión: ¿Tiene alguna duda de que podrá desempeñar el cargo a pleno rendimiento en caso de una crisis internacional? “En absoluto, señor Trewhitt, y quiero que sepa que tampoco voy a utilizar la cuestión de la edad en esta campaña. No voy a explotar, con fines políticos, la juventud e inexperiencia de mi oponente”. Risas y aplausos, recoge la transcripción. Reagan dejó el cargo en enero de 1989, a menos de un mes de cumplir los 78 años. Era el presidente de mayor edad de la historia de Estados Unidos hasta el día en que Joe Biden tomó posesión, el 20 de enero de 2021, con 78 años y dos meses. Este domingo, Biden se convierte en el primer presidente octogenario de Estados Unidos. El cumpleaños de Biden aviva el debate sobre su edad. El presidente no ha tomado aún la decisión definitiva, pero ha dicho una y otra vez que tiene la intención de presentarse a la reelección en 2024. Las elecciones serán cuando tenga casi 82 años y acabaría un hipotético segundo mandato con 86. Tras la muerte de Isabel II, solo tres jefes de Estado de todo el mundo superan esa edad: el presidente de Camerún, Paul Biya, de 89; el de Palestina, Mahmud Abbas, de 87, y el de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz Al Saud, de 86. El papa Francisco los cumple en diciembre. Durante la campaña de 2020, la edad ya fue una cuestión a considerar. Cuando como candidato le preguntaron si pensaba ser un presidente de un solo mandato, evitó comprometerse a ello: “Es legítimo que la gente pregunte sobre mi edad. Es la misma pregunta que me hicieron cuando tenía 29 años [fue elegido senador con esa edad], si tenía la edad suficiente para el puesto. Espero poder demostrar que con la edad viene la sabiduría y la experiencia que permite hacer las cosas mucho mejor”, contestó. Sin embargo, el propio Biden se definió a sí mismo en campaña como “un candidato de transición”. Por su edad, se dio una importancia mayor de la habitual a su elección para la vicepresidencia, que tras una larga espera recayó en Kamala Harris. Se especulaba con que quien ocupase ese cargo optaría a la presidencia en 2024, una vez que Biden hubiese reparado el daño hecho por Donald Trump a las instituciones y atenuado —esa era su intención— la polarización política que vivía el país. La polarización, sin embargo, ha ido en aumento. Trump no solo no ha desaparecido de la escena, sino que ha lanzado ya su campaña para volver a la Casa Blanca. La figura de Kamala Harris, por su parte, no ha cuajado y su popularidad no solo es menor que la del propio Biden, sino que es la más baja de todos los que han ocupado ese mismo cargo como mínimo en los últimos 30 años. Biden, 50 años ganando elecciones Biden lleva 50 años ganando elecciones. Salió elegido senador por Delaware en noviembre de 1972, poco antes de cumplir 30 años, tras remontar una ventaja de 30 puntos e imponerse por poco más de 3.000 votos a James Caleb Boggs, el republicano que buscaba la reelección. Estuvo a punto de dejar la política al mes siguiente para cuidar a sus hijos Beau y Hunter después de que su primera mujer y su hija de un año muriesen en un accidente de tráfico. En lugar de eso, se acostumbró a vivir a caballo entre Washington y Wilmington, Delaware, adonde se sigue escapando siempre que puede, incluso ahora como presidente. Fue reelegido senador seis veces, por mandatos de seis años. En 2008 y 2012 acompañó a Barack Obama como candidato a la vicepresidencia en sendos triunfos. En 2020 se lanzó a competir por la nominación demócrata. Se entrevistó con el consejo editorial del New York Times, que no terminaba de ver clara su candidatura: “Todos me declaran muerto y adivina qué: ¡No estoy muerto y no voy a morir!”, les dijo. El periódico recomendó a dos candidatas como mejores opciones para la presidencia: Elizabeth Warren y Amy Klobuchar. Como respuesta, Biden tuiteó un vídeo que se hizo viral con la guardia de seguridad que le había acompañado en el ascensor en su visita a la redacción: “Honrado de haber logrado el apoyo de Jacquelyn”. Exactamente un año después de ese tuit, Biden juraba el cargo de presidente de Estados Unidos tras derrotar a sus rivales demócratas, primero, y a Donald Trump, después. Que Trump haya entrado en la carrera presidencial de 2024 aumenta las posibilidades de que Biden también lo haga. El presidente presenta a su antecesor como una amenaza para la democracia. Ya le derrotó y se ve con posibilidades de volver a hacerlo. Además, en ese caso, la diferencia de edad no es tanta. Trump llegaría a las elecciones con más de 78 años y, de hecho, si resultase elegido, superaría a Biden como el presidente de mayor edad en caso de completar su mandato. Tras las recientes elecciones legislativas, saboreando aún el buen resultado demócrata, a Biden le preguntaron sobre cómo influía ese éxito en sus planes de buscar la reelección. Biden señaló a su mujer, Jill, presente a su lado en la rueda de prensa, algo inusual, y dijo en plural: “Nuestra intención es volver a presentarnos. Esa ha sido nuestra intención, independientemente del resultado de estas elecciones”. Y añadió: “Pero soy un gran respetuoso del destino. Y esto es, en última instancia, una decisión familiar. Creo que todo el mundo quiere que me presente, pero vamos a tener discusiones al respecto. Y no siento ninguna prisa