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Ecuador: octubre 25, 2024

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Nayib Bukele busca perpetuarse en el poder

El País .- El mandatario salvadoreño oficializa este domingo su candidatura a la reelección, a pesar de que la Constitución se lo prohíbe y en medio de críticas por su modelo autoritario. “No soy un dictador”, se ha defendido No hay prohibición constitucional que cuente para el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. El controvertido mandatario ha anunciado que este domingo oficializará su candidatura a la reelección, a pesar de que hay candados legales establecidos en la Constitución de su país que le impiden repetir mandato. Desde el partido del presidente, Nuevas Ideas, han justificado la necesidad de que Bukele continúe en el cargo para mantener un modelo político que ha logrado reducir los niveles de inseguridad en el país centroamericano, pero voces críticas advierten de que se trata de un movimiento para perpetuarse en el poder y critican la deriva autoritaria del político. “No soy un dictador”, se ha defendido Bukele, en el cargo desde 2019.   La proclamación de este domingo junto a su vicepresidente, Félix Ulloa, es el fin de un proceso que inició en septiembre de 2021, cuando los magistrados de la Sala Constitucional, impuestos por Bukele y leales al mandatario, hicieron una “interpretación” de la Ley Fundamental en la que establecían que la reelección en períodos continuos es viable, con lo que despejaron el camino del popular presidente para repetir mandato. Ese mismo año, el Tribunal Electoral informó de que admitía la resolución de los jueces y dará luz verde a la inscripción de una candidatura de Bukele y Ulloa. La Constitución salvadoreña, en vigor desde 1983, establece en su artículo 152 que no puede ser candidato a presidente “el que haya desempeñado la Presidencia de la República por más de seis meses, consecutivos o no, durante el periodo inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores del periodo presidencial”. Es decir, no permite de ninguna manera dos mandatos sucesivos, aunque la redacción deja la puerta abierta a los mandatos alternos.   Bukele cuenta con una enorme popularidad entre la población de su país, que se debe principalmente a una brutal ofensiva lanzada hace más de un año contra las pandillas y grupos criminales que sembraban el terror en las ciudades salvadoreñas. Hasta la fecha han sido apresadas al menos 68.000 personas y las estadísticas oficiales muestran una reducción muy importante en cuanto a homicidios y otros crímenes. Organismos de derechos humanos, sin embargo, han denunciado un uso extremo de la fuerza y sistemáticas violaciones a los derechos humanos, que incluyen muertos por torturas, golpes, estrangulación, hacinamiento extremo, violaciones del debido proceso, falta de garantías, detenciones masivas y muertes bajo custodia. Además de su controvertida guerra contra las maras, Bukele ha avanzado en el control del aparato del Estado. El presidente ya había consolidado su poder en 2021 con una victoria sin precedentes en las elecciones legislativas, tras lograr un número de diputados inédito que le ha dado mano libre para impulsar su agenda política.   El presidente ya había enfrentado las críticas a mediados de junio, cuando inauguró en San Salvador los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Bukele, arropado por miles de seguidores que gritaban su nombre, se mostró sonriente durante la ceremonia de apertura de los Juegos y retó a los periodistas que lo critican a que visiten las ciudades del país y constaten la seguridad que él ha logrado. “No soy un dictador”, dijo Bukele en medio de los aplausos y vítores de una audiencia que exigía “reelección”. Los Juegos han sido una costosísima puesta en escena valorada en 100 millones de dólares (unos 91,5 millones de euros) para vender al mundo un país seguro y bueno para los negocios, una Singapur centroamericana, como el mismo Bukele lo ha definido. Bukele ha criticado a la agencia estadounidense de noticias Associated Press por una crónica sobre su aparición en los Juegos. AP citó a Alan McDougall, un historiador del deporte de la Universidad canadiense de Guelph, quien hizo una comparación del uso de grandes eventos deportivos por gobiernos autoritarios para lavar su imagen. “Organizar con éxito un evento internacional puede dar confianza a un régimen para actuar con impunidad. El deporte es un atajo para ganarte a ti mismo, ni siquiera popularidad, solo aceptación”, explicó McDougall. El analista, según AP, hizo referencia “al uso del atletismo como herramienta política en la década de 1930, cuando la Italia dirigida por Mussolini fue sede de la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos se celebraron en la Alemania nazi”. Bukele reacciono con mofa en Twitter, su red favorita para comunicar sus decisiones. “AP literalmente me está comparando con Hitler y Mussolini. Reductio ad Hitlerum: ganamos el debate”, escribió. Aunque los salvadoreños celebran los bajos índices de criminalidad y muestran adoración hacia su presidente, hay acciones de Bukele que levantan las alertas sobre un giro autoritario en su Gobierno. Recientemente, las autoridades pidieron a la Feria del Libro de Guatemala, la más grande de Centroamérica, que retirara del programa la colección de cuentos Sustancia de hígado, de la escritora salvadoreña Michelle Recinos, que reúne relatos que critican el régimen de excepción impuesto por Bukele, las violaciones a los derechos humanos y las desapariciones forzosas. Al Gobierno salvadoreño le molesta especialmente el cuento titulado Barberos en huelga, una conmovedora y alarmante narración que explica cómo el Ejército tomó las calles e hizo desaparecer a miles de hombres jóvenes en su guerra contra las maras. “El Gobierno de mi país prohibió la presentación de mi libro. ¿Bajonea? Sí, un vergo. ¿Vamos a callar? No. No nos van a callar”, escribió en Twitter Recinos, quien anunció que presentará su libro este sábado. Acciones como esta ponen en alerta a escritores, periodistas e intelectuales de El Salvador, que temen que la censura se convierta en algo común en su país, mientras Nayib Bukele busca perpetuarse en el poder.

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Bukele inscribe su precandidatura a la reelección a pesar de la prohibición constitucional

El País .- El controvertido mandatario se apoya en una resolución de magistrados leales para pasar por encima del artículo 152 de la Constitución, que prohíbe repetir mandato.   Nayib Bukele avanza en sus pretensiones de mantenerse en el poder en El Salvador a pesar de la prohibición a la reelección establecida en la Constitución del país centroamericano. Nuevas Ideas, el partido del mandatario, anunció la noche del domingo que ha inscrito las precandidaturas de Bukele y su vicepresidente, Félix Ulloa, para compartir por la reelección en las elecciones previstas para el próximo año. La candidatura de Bukele se sustenta en un controvertido fallo de la Sala de lo Constitucional, cuyos jueces, nombrados por el mandatario y leales a él, hicieron una lectura de la Constitución que despeja el camino del popular presidente para repetir mandato.   Aunque Bukele no se ha pronunciado sobre el anuncio de su partido, sí retuiteó el mensaje que Nuevas Ideas publicó el domingo en su cuenta de Twitter. “Comunicamos al pueblo salvadoreño que el Presidente Nayib Bukele y el vicepresidente Félix Ulloa ya están inscritos como precandidatos para Presidente y Vicepresidente de la República de El Salvador, en el partido más grande de la historia de El Salvador. Las Nuevas Ideas son invencibles”, apuntaba el movimiento creado por Bukele y que se ha convertido en una fuerza política arrolladora en El Salvador.   El controvertido mandatario cuenta con una enorme popularidad en su país y se da por descontado que ganará las próximas elecciones, a pesar de las críticas hechas a sus medidas para combatir la delincuencia. Bukele ya había consolida su poder en 2021 con una victoria sin precedentes en las elecciones legislativas, tras lograr un número de diputados inédito que le ha permitido el control de importantes instituciones y le ha dado mano libre para impulsar su agenda política, que incluye una guerra contra las pandillas que desangraban el país. Desde hace un año, Bukele mantiene un estado de excepción en El Salvador y la suspensión de las garantís constitucionales, además de impulsar una fuerte reforma en las cárceles y de apresar a más de 68.000 personas, acusadas de pertenecer a agrupaciones criminales. El mandatario ha reaccionado con mofa a las críticas de organizaciones de derechos humanos que denuncian sistemáticas vejaciones contra los detenidos y de opositores políticos, que lo tildan de un nuevo “dictador”.   La oposición, precisamente, se ha visto desbordada por el huracán político que representa Bukele y su movimiento. Hartos de tres décadas de corruptelas e incapacidad de hacer frente a los problemas que los aquejan, los salvadoreños han castigado con dureza a los partidos tradicionales, el izquierdista Frente Farabundo Martín para la Liberación Nacional (FMLN) y la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Tras las sucesivas derrotas, los medios salvadoreños informaron en mayo que ambas organizaciones, otrora archienemigas, se unirán para formar un frente común con el propósito de derrotar al actual presidente en las elecciones previstas para 2024. El mandatario reaccionó furibundo y criticó con dureza la nueva alianza. “Unos años después, consuman su unión. Una guerra civil que dejó 85,000 muertos, un millón de desplazados, cinco décadas de atraso, nuestra infraestructura destruida, el nacimiento de las pandillas y unos acuerdos de paz falsos, que nos sumergieron en 30 años más de pobreza y subdesarrollo. Dividieron a un país en dos y pusieron a que nos matáramos, entre hermanos; financiados (ambos) por poderes extranjeros. Todo eso, y muchas cosas más, para terminar en esto. Dios los perdone”, dijo en su momento Bukele.   Prácticamente sin oposición fuerte, con un enorme control de todo el aparato del Estado y con el apoyo popular a su favor, Bukele solo cumple un mero trámite para lograr la reelección. El mandatario, que no ha tenido que reformar las leyes para lograr consolidarse en el poder, pasa de esta forma por encima de la Constitución, que en el artículo 152 establece que no puede ser candidato a presidente “el que haya desempeñado la Presidencia de la República por más de seis meses, consecutivos o no, durante el periodo inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores del periodo presidencial”. Los magistrados de la Corte de los Constitucional, leales al presidente, hicieron una controvertida lectura de las leyes y decidieron que Bukele sí puede reelegirse. De esta manera, Bukele contradice sus propias posiciones críticas cuando aspiraba a llegar a la Presidencia. “La Constitución no permite que la misma persona sea presidente dos veces seguidas. Eso es para garantizar que no se mantenga en el poder y que se que ocupe el poder para quedarse en el poder”, dijo hace unos años el joven político en un programa de televisión.

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