Un equipo internacional de investigadores consigue la estimación más precisa hasta ahora y pone fin a las discrepancias halladas en cálculos anteriores.
¿Cómo es de viejo el Universo? Los científicos llevan décadas debatiendo la cuestión. Y en los últimos años, para colmo, una nueva serie de mediciones habían sugerido que el Universo podría ser varios cientos de millones de años más joven de los casi 13.800 millones de años que se le atribuyen en la actualidad. Ahora, una nueva investigación publicada en una serie de artículos por un equipo internacional de astrofísicos ha puesto las cosas en su sitio y confirma que, efectivamente, la edad del Universo es la que se pensaba.
13.770 millones de años, con un margen de error de apenas 40 millones de años. Ese es el resultado de la nueva medición llevada a cabo por un equipo de astrónomos a partir de los datos del Telescopio de Cosmología de Atacama (ACT), en Chile, de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos. El equipo de investigación de ACT es una colaboración internacional de científicos de 41 instituciones en siete países.
La nueva estimación coincide con la proporcionada por el modelo estándar del Universo, y también con las mediciones llevadas a cabo por el satélite Planck, de la Agencia Espacial Europea, que calculó la edad del cosmos basándose en la observación de los vestigios del Big Bang entre los años 2009 y 2013. Los resultados del estudio se acaban de publicar en el « Journal of Cosmology and Astroparticle Physics».
El trabajo ha supuesto un gran alivio para los investigadores, preocupados por la discrepancia hallada en 2019, cuando un equipo de investigación que midió los movimientos de las galaxias calculó que el Universo era cientos de millones de años más joven de lo que predecía el equipo del Planck. La discrepancia, de hecho, sugería que podría ser necesario elaborar un nuevo modelo para explicar el Universo, abandonando una buena parte de las teorías actuales. La comunidad científica, además, veía con gran preocupación la posibilidad de que uno de los dos conjuntos de medidas pudiera estar equivocado.
Por fortuna, «ahora hemos encontrado una respuesta en la que Planck y ACT están de acuerdo -asegura Simone Aiola, coautora del artículo-. Y podemos confiar en que estas difíciles mediciones resultan fiables».