Primicias .- Líderes comunitarios advierten con castigar a quienes cometan delitos en las comunidades de Tungurahua. La Policía pide calma, pero no se abastece para contener la ira popular.
En la Sierra Centro, que corresponde a las provincias de Tungurahua, Cotopaxi, Chimborazo y Pastaza, más barrios se organizan para protegerse entre ellos de la delincuencia.
Las alarmas que se instalan con grandes parlantes en lugares estratégicos y los chats comunitarios son los principales medios para comunicarse y alertar a los vecinos.
Desde el 13 de octubre, cuando descubrieron que en Baños se escondía alias ‘Joselo’, presunto líder de Los Lagartos, insisten en que los dueños de viviendas de alquiler pidan pasado judicial a sus inquilinos, dijo el gobernador de Tungurahua, Fernando Gavilanes.
«La unión hace la fuerza»
En Ambato, que tiene 320 barrios urbanos y alrededor de 500 rurales, han optado por realizar charlas comunitarias y conocerse entre vecinos, porque ya no confían en las autoridades, aseguró Felipe Bonilla, presidente de la Federación de Barrios de Ambato.
Mencionó que la unidad es la mejor manera de combatir la inseguridad. En los 88 barrios de la parroquia más grande de Ambato, Izamba, reaccionaron a los frecuentes robos de animales y en domicilios.
Milton Orlando Maliza, directivo del barrio Quillán Loma, en Izamba, contó que en lo que va del año han «castigado» a unas cuatro personas, han quemado motos y carros que utilizaban los sospechosos.
“Quizás a mucha gente le parezca que exageramos cuando se castiga a quienes roban las vacas, los chanchos o las casas, pero todo lo que consigue el delincuente es el fruto de mucho esfuerzo», aseguró Maliza.
Agregó que «nuestra mejor herramienta fue unirnos entre los vecinos y nos está funcionando la táctica utilizada de castigar a todo ladrón que encontremos cometiendo algún acto indebido”.
Unidad entre autoridades
Para el presidente de la Federación de Barrios de Ambato, las autoridades deben trabajar de manera coordinada, tomando en cuenta a la comunidad en general.
“La gente en las zonas rurales y urbanas ya no confía en los actores de la justicia, porque si no hay una acusación particular dejan en libertad al implicado y sin eso no se sigue el proceso”, zanjó Bonilla.
El dirigente recordó cuando a inicios de 2023 fue víctima de la delincuencia. Sujetos en un vehículo lo acorralaron, encañonaron con armas de fuego y se llevaron su vehículo valorado en más de USD 12.000.
“Estos casos molestan. La gente está indignada, porque parecería que nadie defiende los derechos de los ciudadanos. Se debe trabajar en unidad para que Ecuador regrese a ser el país de paz«, dijo el presidente de la Federación de Barrios.
La comunidad aprueba los castigos
Para Orlando Maliza, desde la pandemia del Covid-19 los vecinos de Tungurahua empezaron a organizarse, porque también se incrementó la ola de inseguridad.
Contó que han tenido casos en los que los ladrones se han llevado todos los animales de los vecinos de las zonas más apartadas de la zona urbana, como cuyes, conejos y hasta vacas.
“Hasta un cuy que cuesta USD 8 es mucha pérdida para alguien del campo. Acá se ha acordado el castigo de acuerdo a la gravedad y es la comunidad quien decide: agua, ortiga o caminar desnudo por las calles para robos menores”, sostuvo el dirigente.
Agregó que la Policía Nacional no se abastece y que también «está atada de manos» por la falta de recursos.
“Deben crear leyes que beneficien al país, poner freno a extranjeros sin pasado judicial. Mientras no lo hagan, la comunidad debe asumirlo, porque se está haciendo más fácil robar que pedir trabajo”.
Orlando Maliza.
José Vaca, presidente del Gobierno Parroquia de Toacaso, en Latacunga, aseguró que la unidad ha prevalecido y han mantenido alejados a los extorsionadores y sicarios.
A inicios de 2023, en esta parroquia de Latacunga murieron calcinados dos extranjeros por presunto sicariato.
La Policía pide calma
El coronel Hernán Miller Rivera, jefe de la Zona Tres de Policía, informó que en las cuatro provincias se investigan al menos unos 10 casos de presunto linchamiento en coordinación con Fiscalía.
Dijo que no hay procesados, ya que tampoco existe una acusación particular.
“No estamos de acuerdo con estos excesos y siempre pedimos cordura, porque la vida debe prevalecer. Pero la gente no permite que el policía ingrese y se agotan todas las mediaciones para que no se llegue a esos límites que terminan en homicidio”, lamentó el coronel.
Para el presidente de la Federación de Barrios de Ambato, la Policía Nacional está limitada y no puede actuar frente a la gente enfurecida, que solo quiere paz.
Por ejemplo, en Tungurahua hay 1.200 policías, cuando se requieren por lo menos 2.000.
“En la Zona Centro y en la Sierra en general hay unidad y firmeza al momento de tomar decisiones. La gente está decidida a no dejarse intimidar por los malos”, agregó Bonilla.