La crisis entre Ecuador y México va para largo.
Para el destacado internacionalista, Carlos Estarellas, el conflicto diplomático solo bajará de intensidad, cuando los actuales gobiernos de ambos países queden atrás.
Consultado por “Punto de Orden”, Estarellas destacó por ahora la necesidad de bajar el tono, y evitar declaraciones altisonantes que puedan exacerbar la tensión existente.
Una vez que López Obrador deje la presidencia mexicana, y Noboa la ecuatoriana, los nuevos mandatarios podrían buscar un acercamiento que permita desistir del reclamo mutuo, y restablecer las relaciones. Caso contrario, no habrá más remedio que evacuar las demandas y contrademandas que están en curso en las cortes internacionales, y que podrían tardar mucho tiempo.
Mientras las relaciones estén rotas, ambos países manejarán las necesidades migratorias de sus ciudadanos a través de terceros estados, lo cual genera enormes problemas y gastos, dijo.
Al no existir embajadas y consulados habilitados, los migrantes que requieran visado o cualquier tipo de documentación, deberán buscar otros caminos, que en este caso serían Guatemala y Houston.
Estarellas puntualizó que el apostillado de papeles, el trámite más común para viajes, solo lo puede realizar una autoridad propia del país. Es decir, no se podría delegar.
