Este acompañamiento será de manera directa realizado por la Municipalidad a través de sus direcciones, empresas públicas y fundaciones municipales. De esta manera, detalló el director de la Dupot, habrá una intervención urbana integral.
Pese a que está definida el área, el cabildo no ha especificado las calles en las que están ubicadas las edificaciones que podrían funcionar para la implementación de proyectos.
De manera inicial, la Dirección de Inclusión Social tiene mapeadas áreas de gestión administración (AGA) -apegándose a la ordenanza de reorganización de la ciudad- en el centro de la urbe en las que se pudieran implementar soluciones habitacionales para personas sin hogar. Allí figura un perímetro que acoge tres de estas zonas, como son centro, AGA 12 y AGA 15.
El área de estudio 9’051.994,03 m2 o 9,05 km2 se localiza parcialmente en las parroquias Tarqui, Urdaneta, Letamendi, García Moreno y Ximena; completamente en las parroquias Roca, Pedro Carbo, Nueve de Octubre, Rocafuerte, Sucre, Bolívar, Olmedo y Ayacucho
Saltos indicó que en el sector del centro, por ejemplo, ya se está trabajando en ubicar predios de propiedad municipal disponibles en conjunto con la Dirección de Control de Edificaciones, Catastro, Avalúos y Control Minero (Decam). Esto es para implementar en ellos equipamientos de diferente índole que suplan las necesidades de la ciudadanía que componen estos territorios.
Respecto a la implementación de sitios para personas sin hogar, el Municipio está generando un diagnóstico en conjunto con varias direcciones para determinar zonas específicas en las que se puedan asentar equipamientos temporales, pero que esto no genere impactos negativos en la comunidad cercana.
Para Daniela Hidalgo, directora académica de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), este diagnóstico previo es vital para que el proyecto que se prevé implementar cumpla el objetivo planteado.
“Es necesaria una especie de auditoría urbana para conocer la situación integral del sector. Se debe revisar cuál es el estado de aceras, de servicios básicos (para evitar futuros colapsos) y qué puntos de interés existen en la comunidad y que se puedan vincular en ese espacio a intervenir”, dijo la catedrática.
Ahí saltarían opciones, además de habitabilidad, áreas verdes, espacios recreativos, lúdicos y culturales que pueden impulsar la vitalidad del casco central de Guayaquil, citó Hidalgo.
Moradores y propietarios de negocios en inmuebles de las calles Boyacá, Loja y 9 de Octubre señalaron que en el centro sí existen edificaciones subutilizadas, no solo municipales, que pudieran funcionar para el proyecto que quiere impulsar el cabildo.
“Aquí en el centro hay edificios en los que sabemos que a veces solo vive la familia del dueño y un inquilino o máximo dos, y son edificios que tienen más de cuatro o cinco pisos. Son edificios de personas que vivían en el centro hace muchos años, pero que migraron a Daule o Samborondón”, expresó Mario Lara, quien vive en la avenida 9 de Octubre desde hace más de 20 años.
Para Carmen Ballesteros, residente del centro, un proyecto de este tipo dinamizaría zonas deprimidas u oscuras que hay actualmente en el corazón de la urbe. “Lo que se hizo en la calle Panamá es un ejemplo de cómo la intervención le cambió la cara al centro, le dio vida”, refirió.
La presidenta de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces en Guayas (Acbir), Sue Murillo, señaló que otro de los factores para tomar en cuenta por parte del Municipio es la figura con la que trabajarían para intervenir en los predios y el estado en el que están las edificaciones.
“Si es en comodato, analizar en qué condiciones. El Municipio también debe saber en dónde invertir, porque hay que tener en cuenta que los inmuebles del centro son antiguos y que en muchos casos no son recuperables”, puntualizó ella.