Estos camiones entran a Gaza cargados con agua, alimentos y suministros médicos, pero ninguno lleva combustible, elemento vetado por el Estado judío por temor a que llegue a manos del grupo islamista Hamás, si bien es extremadamente necesario para que sigan funcionando los hospitales, las panaderías y las plantas potabilizadoras de agua.
Unos 48 camiones con alimento, agua y suministro médicos entraron el domingo a la Franja, lo que constituyó el mayor convoy de ayuda humanitaria a Gaza en un momento en el que se intensifican las advertencias por la precaria situación de su población bajo los intensos bombardeos israelíes.
El flujo en cuentagotas de la ayuda humanitaria a Gaza ha generado una oleada de condenas de ONG y de la ONU, que ha advertido de que la asistencia que entra al castigado enclave es solo “una gota en el océano de necesidades” de la población.
Según Naciones Unidas, antes de que empezara la guerra entre Israel y Hamás unos 500 camiones de ayuda humanitaria entraban a diario a Gaza, bajo asedio israelí, mientras que en esta última semana han ingresado una media de 12 por día.
La ONU advirtió hoy de que a lo largo del fin de semana Israel ha bombardeado las inmediaciones de tres hospitales en el enclave, el de Shifa, el más importante de la franja, y el Al Quds (ambos en la capital gazatí), así como el Hospital Indonesio, en la zona norte del territorio palestino, en los que -afirmó- se refugian unos 117.000 desplazados internos, junto a los miles de pacientes.