Solo con inversión privada se superará el déficit del sector eléctrico. Y para recibir esa inversión, el Estado debe optimizar
el marco legal que regula esta actividad.
El exviceministro de Energía, Mauro Intriago, exhorta a
agilizar tales reformas, para atraer los capitales que necesita
el sector eléctrico. Hablamos de generar más de 1.000 megavatios para cubrir el faltante actual, sin mencionar
lo que sucede en época de estiaje.
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Ecuador necesita de urgencia una mayor generación eléctrica, si quiere evitar posibles racionamientos a fines de año.
Así se pronunció el exviceministro de Energía, Mauro Intriago, en diálogo con “Punto de Orden”.
Intriago explicó que de los 4.500 megavatios que consume el país, hay un déficit de casi 1.000 megavatios, que el actual gobierno busca cubrir mediante la compra de una barcaza, y la generación termoeléctrica a base de gas.
Sin embargo, la deficiencia real es mucho mayor, ya que el sector camaronero requiere de 2.200 megavatios, mientras que el sector minero otros 2.000. Y esa energía sale de generación a diésel, cara y compleja.
Intriago precisó que durante muchos años, no han tomado medidas para aumentar la generación. En cambio, el consumo sí ha subido progresivamente, debido a la expansión de la economía.
A esto hay que agregar que la mayoría de las centrales hidroeléctricas, dependen de los embalses situados en la región oriental del país, cuando debería existir un equilibrio con el lado occidental.
¿La solución? Una de ellas sería la implementación de electricidad fotovoltaica, con paneles solares, que permitiría cubrir hasta el 18% del déficit.
Asimismo, se deben brindar facilidades para que el sector privado, que cuenta con equipos, pueda generar también.
Concesión privada
Para Intriago, una excelente opción sería regresar a las concesiones de energía, tal como sucedió con EMELEC en Guayaquil.
Si bien la ley actual permite esta alternativa, existen demasiadas normas estatistas que ahuyentan a los inversores. De ahí que urge impulsar las reformas necesarias, que brinden reglas de juego claras y justas.
Una de las ventajas de la concesión, acotó, es que el Estado ya no sufriría –no tendría que afrontar- las llamadas “pérdidas negras”, como se llama al robo de energía.
La entrevista completa, a continuación:
