Infobae .- Los terroristas dejaron en claro que no lo harán a menos que se trate de una acción que contribuya al fin de las agresiones israelíes
Mientras los combates entre Hamas y las tropas de Israel continúan en Gaza, con el ejército cada vez más adentrado en el enclave y en bastiones clave terroristas, la situación de los rehenes sigue preocupando al mundo.
Este martes, el presidente Isaac Herzog aseguró que su país está “preparado para otra pausa humanitaria y ayuda humanitaria adicional para hacer posible la liberación de rehenes”, una alternativa que había comenzado a contemplarse por lo bajo en los últimos días luego de que el jefe del Mossad, David Barnea, se reuniera, junto con el director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), Bill Burns, con el primer ministro de Qatar, Sheikh Mohammed bin Adbulrahman Al thani, en Varsovia.
Sin embargo, el mandatario aseguró que, más allá de sus esfuerzos y su voluntad, toda la responsabilidad de un nuevo acuerdo cae en manos de los terroristas, que son quienes mantienen a los cientos de civiles aún privados de su libertad.
Como respuesta a estas declaraciones, Hamas advirtió que no está dispuesto a sentarse nuevamente en una mesa de negociaciones mientras sigan los ataques israelíes sobre la Franja y su pueblo.
“Afirmamos nuestra posición de rechazar categóricamente el mantener cualquier forma de negociaciones sobre el intercambio de prisioneros mientras continúe la guerra genocida de Israel”, difundió el grupo en un comunicado en el que agregaron que sí “estamos abiertos a cualquier iniciativa que contribuya a acabar la agresión a nuestra gente y a abrir los cruces para traer ayuda y aliviar a los palestinos”.
De todas formas, una fuente del grupo confirmó a la agencia AFP que este miércoles que uno de los líderes, Ismail Haniyeh, viajará desde Qatar hasta Egipto -otro de los países mediadores- junto con una comitiva “de alto nivel” para abordar con el jefe de Inteligencia local, Abbas Kamel, “el cese de la agresión y la guerra, y preparar un acuerdo de liberación de prisioneros y el fin del asedio a la Franja de Gaza”, lo que daría esperanzas de una nueva tregua.
A la par, ayer Hamas difundió un video en el que se ve a tres rehenes de entre 79 y 84 años pidiendo su liberación “sin importar el costo” y asegurando que transcurren los días “bajo condiciones muy duras”. Uno de ellos fue identificado como Haiem Bery.
“No entendemos por qué hemos sido abandonados aquí, deben liberarnos, no importa el costo. No queremos ser víctimas como resultado directo de los bombardeos del Ejército israelí. Libérennos sin ningún tipo de condición”, se los escucha decir en lo que Tel Aviv denunció como un acto de terrorismo psicológico con el que intentan aumentar la presión. Inclusive, el portavoz del kibutz Nir Oz, al que pertenecen, no tardó en señalar que “los recientes acontecimientos muestran tristemente que la situación de los rehenes se está deteriorando”.
Es por ello que Israel se mantiene firme en su oposición a este pedido, también realizado por la comunidad internacional y por organismos como las Naciones Unidas, ya que asegura que ello sólo fortalecería a Hamas y le permitiría seguir operando y continuar con las amenazas sobre su país. En su lugar, sostienen que continuarán con las agresiones hasta garantizar la erradicación de la milicia pro iraní.
No obstante, sobre la situación humanitaria en Gaza, Herzog aseguró que su país está abierto a aumentar los envíos de suministros, que podrían ser de hasta el triple -es decir, unos 350 camiones al día en lugar de los cerca de 100 actuales- pero para ello se requiere de “un esfuerzo” de la ONU y las organizaciones con las que trabaja, a las que acusa de ser parciales en este conflicto.
De los 240 rehenes iniciales, de momento se cree que Hamas aún tiene bajo su poder a unos 129 civiles, de los cuales una veintena estarían muertos.
La tregua del pasado 24 de noviembre, que se extendió durante una semana, permitió la vuelta a casa de 105 personas, 24 de ellos extranjeros, a cambio de la excarcelación de 240 presos palestinos y gracias a la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos.