Los apagones que sufre el país desde hace algunos días, generan malestar y críticas en ciudadanos y empresas.
Los más recientes cortes ocurrieron el fin de semana. En Guayaquil, por ejemplo, hubo uno que comenzó casi a la medianoche del domingo, y se extendió por cerca de 3 horas.
En otras ciudades, como Durán, duró casi hasta el mediodía.
Las quejas apuntan a la falta de información de CNEL, que no ofrece una respuesta concreta a los apagones. Simplemente señala que fueron producto de “desconexiones temporales”, pero sin dar horarios.
Un barrido nacional reveló que los cortes afectaron a Guayaquil, Quito, Cuenca, Riobamba, Santo Domingo, Manta, Loja y Ambato, sin aviso previo y con varias horas de duración.
En Guayaquil, la suspensión del servicio dejó sin operar los semáforos, y complicó todavía más el tránsito vehicular. Incluso el servicio de la Aerovía fue suspendido por falta de suministro eléctrico.
Para el sector productivo es un enorme problema, pues además del retraso en el ingreso de su personal, a consecuencia de los embotellamientos ya mencionados, sin electricidad no pueden operar maquinarias y computadoras.
La semana pasada, el Ministerio de Energía reconoció que la situación en las centrales hidroeléctricas es complicada, debido a que el estiaje se adelantó y los embalses están casi secos.
Por si fuera poco, Colombia sufre una situación aún más crítica, y ya no está en condiciones de venderle energía a Ecuador.
