Georgia, EE.UU. | 20 de junio de 2025 — Un jurado del condado de Fulton otorgó una indemnización de USD 2,25 millones a Jessica Ross y Treveon Isaiah Taylor, los padres del bebé que fue decapitado durante el parto en julio de 2023 en el estado de Georgia. La compensación se ordenó tras una demanda contra el médico que realizó la autopsia del menor y difundió imágenes explícitas en redes sociales sin consentimiento.
Autopsia viral sin autorización
La demanda fue interpuesta en septiembre de 2023, luego de que los padres descubrieran que el médico Jackson Gates, contratado para una autopsia independiente, había publicado en Instagram —sin autorización— videos gráficos de la cabeza y cuerpo del recién nacido. El contenido se hizo viral, generando una ola de indignación y dolor adicional para la familia.
Ross había contratado al doctor Gates por USD 2.500 para una revisión forense privada. Según los documentos del juicio, nunca se otorgó consentimiento verbal ni escrito para divulgar públicamente las imágenes.
El jurado determinó USD 2 millones por daños compensatorios y USD 250.000 por daños punitivos, declarando a Gates culpable de angustia emocional intencional, invasión de la privacidad y fraude.
Justificaciones rechazadas
En su defensa, Gates alegó que su conducta no violaba la Ley HIPAA y que buscaba exponer fallos médicos al público. “He publicado autopsias durante 15 años para educar sobre víctimas olvidadas”, declaró. Sin embargo, el jurado desestimó sus argumentos por el impacto emocional causado a la familia.

La tragedia del parto
El caso está estrechamente ligado a una segunda demanda por negligencia médica contra el Southern Regional Medical Center y la doctora Tracey St. Julian, quienes atendieron el parto el 10 de julio de 2023.
Jessica Ross, de 20 años y con embarazo de alto riesgo por diabetes tipo 2, solicitó una cesárea al notar complicaciones. Sin embargo, se le indicó que continuara empujando por tres horas, a pesar de una distocia de hombros, una condición en la que el hombro del bebé queda atrapado tras el pubis materno.
La Dra. St. Julian intentó un parto vaginal usando diversos métodos, entre ellos tracción excesiva en la cabeza, lo que, según la denuncia, resultó en la decapitación del bebé, además de fracturas en el cráneo y cara. La cesárea de emergencia no se practicó hasta las 23:49, cuando ya no se detectaban signos vitales. El cuerpo fue extraído a las 00:11.
El hospital niega responsabilidad
El Southern Regional Medical Center ha negado cualquier responsabilidad, argumentando que el fallecimiento ocurrió intraútero, antes de la intervención médica. No obstante, la Oficina del Médico Forense del Condado de Clayton emitió en febrero de 2024 un informe concluyente: la muerte del bebé fue un homicidio, provocado por fractura de vértebras cervicales debido a “acciones de otra persona”.
Una tragedia viral y legal
Ross y Taylor afirman que fueron disuadidos por el hospital de solicitar una autopsia oficial, lo que los llevó a buscar la opinión independiente de Gates. Ese paso terminó no solo en una dolorosa experiencia médica, sino en una segunda tragedia: la exposición pública del cuerpo de su hijo.
Aunque la familia ha obtenido una victoria legal, sus abogados enfatizaron que “ninguna cantidad de dinero podrá compensar la pérdida sufrida”.