Putin se jacta de destruir sistemas lanzamisiles que en realidad son inflables

ABC .- La empresa checa InflaTech, que antes de la guerra fabricaba atracciones para niños, provee al Ejército ucraniano con réplicas de armamento

Hasta hace poco, los expertos militares se preguntaban por qué Rusia afirma haber destruido 35 sistemas Himars, según los informes diarios oficiales del Ministerio de Defensa ruso, cuando en ese momento, a principios de año, Ucrania había recibido solamente 20 de estos sistemas lanzamisiles múltiples ligeros, montados en camiones militares, de fabricación estadounidense. La explicación más plausible entonces fue que Putin falseaba los datos en una operación de propaganda.

Ahora sabemos, sin embargo, que el desajuste entre los datos y el relato no era un defecto de precisión de la comunicación del Kremlin, sino que el misterio se ha resuelto en la República Checa. La empresa InflaTech, que hasta hace un año se dedicaba a la fabricación de grandes juegos inflables con destino a ferias y fiestas populares, se ha revelado como proveedor del Ejército ucraniano con producto revolucionario: se trata de maquetas inflables, copias exactas del sistema de lanzamiento estadounidense que después son distribuidas estratégicamente por el frente con el objetivo de despistar a la Inteligencia rusa.

Estas estructuras inflables, a pesar de su creación bastante improvisada, están cuidadosamente construidas: emiten calor en el mismo punto donde se calientan los motores de los Himars reales para confundir a los sistemas de imágenes térmicas rusos, son visualmente muy refinadas y tienen el mismo tamaño que las originales.

Los señuelos inflables, por supuesto, no tienen capacidad de ataque, pero hacen que el oponente tenga que lidiar con su destrucción y ayudan a que la atención rusa se distraiga de otros puntos estratégicamente más importantes. InflaTech se jacta de producir hasta 35 lanzadores falsos al mes. En una entrevista con Czech Television 1, su presidente, Vojtech Fresser, ha asegurado que cuenta con pruebas de que el Ejército ruso ha destruido estas unidades Himars falsas que fueron comunicadas por Moscú como bajas reales y que Rusia ha estado empleando cohetes por valor de decenas de miles de dólares para destruir «globos baratos».

«Naturalmente, me gustaría seguir fabricando juegos infantiles en lugar de estos productos, pero ahora tenemos que fabricar estas unidades para ayudar a que los niños puedan seguir jugando en paz en el futuro», ha difundido también en las redes sociales.

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, InflaTech ha comenzado a producir más de 30 modelos diferentes de tanques, municiones y aviones de combate. Según la empresa checa, la demanda se ha disparado. Y todo ello ocurre, aparentemente, con el acuerdo de Bruselas. Ulrike Franke, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, ha declarado, según ‘Der Spiegel’, que «tiene perfecto sentido si se usaran maniquíes. Permite sugerir que Ucrania tiene más fuerzas de las que en realidad tiene. Y quieres que el enemigo agote su munición. Ese es un gran tema en Ucrania en este momento, que al menos algunas municiones se están agotando en ambos lados. Y si el enemigo usa su munición para disparar a los maniquíes, eso es, por supuesto, una victoria para el otro lado».

El uso de armas ficticias en las guerras, por otra parte, no es nada nuevo. En la Segunda Guerra Mundial, todos los bandos utilizaron trucos parecidos: desde vehículos de combate a casas, pasando incluso por trenes y animales. Los sistemas de armas reales están en constante evolución, pero también lo están las habilidades para explorar y monitorear al enemigo, de manera que «la tasa de éxito depende en gran medida de los sistemas que se utilicen para realizar el reconocimiento», señala Franke, «solo tiene que ser lo suficientemente bueno para desestabilizar el sistema utilizado para buscar. Y si, por ejemplo, se monitorea un área con drones que llevan cámaras, digamos en el bosque, un área es difícil de descubrir, entonces a veces puede ser suficiente si es un maniquí relativamente mal hecho, porque se puede ver más o menos desde arriba que hay algo allí que podría ser un tanque, y se decide: ¡Bombardeémoslo!».

InflaTech apunta que los tanques de goma, en comparación con los vehículos de combate reales, son relativamente ligeros y fáciles de transportar, por lo que han cumplido misiones en diferentes lugares del frente y en cortos intervalos de tiempo. Verificar dicha información es difícil, ya que actualmente no es posible realizar investigaciones independientes sobre el terreno y porque, claro está, ambas partes guardan silencio sobre sus tácticas. Fresser tampoco confirma ni desmiente que la idea surgió precisamente de manifestaciones contra el envío de tanques a Ucrania, que han tenido lugar en Alemania, en las que la oposición se sirvió de tanques inflables para hacer más vistosas sus protestas en manifestaciones.