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Ecuador: julio 26, 2024

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Ecuador, julio 26, 2024
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Los demócratas cierran filas con Biden ante la falta de alternativas

El País .- El presidente recibe un apoyo cerrado de las personalidades de su partido, pese a que se le cuestionaba hace un año “¡Cuatro años más! ¡Cuatro años más!”. Joe Biden logró poner este martes en pie a los asistentes a un congreso sindical en un hotel de Washington. Era su primer acto público desde que anunciaba su decisión de presentarse a la reelección. El presidente de Estados Unidos se dispone a hacer campaña desde su cargo y sin necesidad de disputar la nominación a otras personalidades de su partido, que han cerrado filas con él, en parte por la falta de alternativas.   Numerosos dirigentes demócratas se planteaban hace un año la necesidad de buscar una alternativa a Joe Biden para las elecciones de 2024. No solo por su edad, casi 82 años cuando se vote. Además de eso, la popularidad del presidente estaba bajo mínimos y las encuestas anticipaban un desastre para los demócratas en las elecciones de mitad de su mandato.   Sin embargo, tras el éxito demócrata en las elecciones de noviembre, con el mejor resultado para el partido en el Gobierno de los últimos 20 años, se disiparon los planes de buscar un recambio. Tras esas elecciones, cumplió 80 años, y ya parecía dispuesto a seguir. Más adelante, en el discurso sobre el estado de la Unión fue preparando el terreno para el anuncio y ya habían desaparecido hasta las especulaciones. El anuncio de Biden se ha hecho esperar, pero el presidente había ido marcando el terreno dejando claro que su plan era volverse a presentar. El inquilino de la Casa Blanca tiene mucha ventaja en unas primarias y la historia reciente muestra que el intento de desbancarle nunca acaba bien. Como mucho, le debilita y acaba facilitando la victoria al candidato del partido rival.   Posibles alternativas, como los gobernadores de California, Gavin Newson; de Illinois, J. B. Pritzker, o de Michigan, Gretchen Whitmer fueron dejando claro que no competirían con Biden. Este martes los tres le han mostrado su apoyo. Pritzker ha actuado de telonero en el acto con sindicatos de Washington de este martes, pero también le ha expresado su apoyo en Twitter: Desde la derrota de una pandemia mortal hasta la defensa de nuestra democracia, Joe Biden ha sido el líder pragmático y reflexivo necesario para ayudar a nuestra nación a recuperarse de algunos de nuestros días más difíciles. Estoy orgulloso de apoyarle para la reelección y estoy preparado para la lucha que tenemos por delante”, ha escrito.   Newson se ha movilizado para recaudar fondos para la campaña: “Nuestra democracia está siendo atacada. Nuestra libertad está siendo despojada. Es hora de dar un paso al frente, y no hay nadie mejor para liderar esa lucha que el presidente Biden. Esperamos otros 4 años de su liderazgo. Hagámonos notar hoy. Cada dólar cuenta”, ha tuiteado.   Whitmer no ha sido menos “El presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris se han pasado su primer mandato luchando por nuestra libertad, democracia y más derechos, no menos. Pero en todo el país, peligrosos extremistas intentan hacernos retroceder. No podemos ser complacientes. Es hora de terminar el trabajo”, ha dicho, usando el lema del vídeo de inicio de campaña de Biden.   También han cerrado filas con mensajes claros de apoyo Barack Obama, Hillary Clinton, Hakeem Jeffries y otras personalidades del Partido Demócrata. El senador por Vermont Bernie Sanders, de 81 años, una de las figuras izquierdistas del partido y rival de Biden en las primarias de 2020, ha decidido renunciar a otra candidatura presidencial propia y hacer en su lugar “todo lo posible para que el presidente sea reelegido”. En declaraciones a AP ha apuntado que los demócratas deberían cerrar filas con Biden para evitar que “un Donald Trump o algún otro demagogo de derechas” se haga con la Casa Blanca. Durante gran parte del año, Sanders había dejado abierta la posibilidad de volver a presentarse. Ahora no solo dice que no se presenta, sino que desanima a cualquier otro candidato progresista de alto perfil a hacerlo.   Un puente generacional En el caso de Biden, cundió la idea de que podría ser un presidente de un solo mandato por voluntad propia, Él mismo se presentaba como un líder de transición: “Miren, yo me veo como un puente, no como otra cosa”, dijo en marzo de 2020, mientras hacía campaña en Michigan. “Hay toda una generación de líderes que habéis visto ponerse detrás de mí. Son el futuro de este país”, dijo acompañado entre otros por la vicepresidenta, Kamala Harris y la gobernadora, Gretchen Whitmer.   La opción de que fuera la vicepresidenta la que tomase el relevo estaba sobre el papel en 2020, pero su popularidad ha sido menor incluso que la de Biden. Para que ella hubiese dado el paso habría sido necesario que Biden renunciase a seguir.   Las encuestas dicen que más de dos tercios de los estadounidenses no quieren a Biden de nuevo como candidato, pero no hay ningún otro que suene como alternativa. La perspectiva de que el rival republicano vuelva a ser Donald Trump ha ayudado también a reforzar la confianza en Biden. Tras el anuncio de su candidatura, Trump ha salido en tromba contra el presidente, con su mensaje apocalíptico habitual y su bulo de que le robaron las elecciones de 2020.   A diferencia de 2020, el camino de las primarias está totalmente despejado para Biden. Por el momento solo han anunciado su candidatura rivales menores. Uno de ellos es el activista antivacunas Robert F. Kennedy Jr., de 69 años, hijo del senador por Nueva York, fiscal general de Estados Unidos y candidato presidencial Robert F. Kennedy, asesinado en 1968, y sobrino del presidente John F. Kennedy, asesinado cinco años antes. Otra es Marianne Williamson, escritora y activista cuya presencia es igualmente anecdótica.   Por si la falta de rivales de peso fuera poco, el Partido Demócrata ha organizado las primarias a medida de Biden. Comenzarán el 3 de febrero en Carolina del Sur, el primer Estado donde ganó en 2020, tras sus derrotas en

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Biden, el primer presidente octogenario de Estados Unidos

La edad del mandatario es su punto más débil para presentarse a la reelección en 2024. Kansas City, 21 de octubre de 1984. El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, se enfrenta al candidato demócrata, Walter Mondale, de 56 años, en el segundo debate de la campaña de las presidenciales. La prensa ha publicado que Reagan, con 73 años entonces, se ha sentido cansado tras el primer debate. Henry Trewhitt, corresponsal diplomático del Baltimore Sun, uno de los periodistas que participan, se atreve con la espinosa cuestión: ¿Tiene alguna duda de que podrá desempeñar el cargo a pleno rendimiento en caso de una crisis internacional? “En absoluto, señor Trewhitt, y quiero que sepa que tampoco voy a utilizar la cuestión de la edad en esta campaña. No voy a explotar, con fines políticos, la juventud e inexperiencia de mi oponente”. Risas y aplausos, recoge la transcripción. Reagan dejó el cargo en enero de 1989, a menos de un mes de cumplir los 78 años. Era el presidente de mayor edad de la historia de Estados Unidos hasta el día en que Joe Biden tomó posesión, el 20 de enero de 2021, con 78 años y dos meses. Este domingo, Biden se convierte en el primer presidente octogenario de Estados Unidos. El cumpleaños de Biden aviva el debate sobre su edad. El presidente no ha tomado aún la decisión definitiva, pero ha dicho una y otra vez que tiene la intención de presentarse a la reelección en 2024. Las elecciones serán cuando tenga casi 82 años y acabaría un hipotético segundo mandato con 86. Tras la muerte de Isabel II, solo tres jefes de Estado de todo el mundo superan esa edad: el presidente de Camerún, Paul Biya, de 89; el de Palestina, Mahmud Abbas, de 87, y el de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz Al Saud, de 86. El papa Francisco los cumple en diciembre. Durante la campaña de 2020, la edad ya fue una cuestión a considerar. Cuando como candidato le preguntaron si pensaba ser un presidente de un solo mandato, evitó comprometerse a ello: “Es legítimo que la gente pregunte sobre mi edad. Es la misma pregunta que me hicieron cuando tenía 29 años [fue elegido senador con esa edad], si tenía la edad suficiente para el puesto. Espero poder demostrar que con la edad viene la sabiduría y la experiencia que permite hacer las cosas mucho mejor”, contestó. Sin embargo, el propio Biden se definió a sí mismo en campaña como “un candidato de transición”. Por su edad, se dio una importancia mayor de la habitual a su elección para la vicepresidencia, que tras una larga espera recayó en Kamala Harris. Se especulaba con que quien ocupase ese cargo optaría a la presidencia en 2024, una vez que Biden hubiese reparado el daño hecho por Donald Trump a las instituciones y atenuado —esa era su intención— la polarización política que vivía el país. La polarización, sin embargo, ha ido en aumento. Trump no solo no ha desaparecido de la escena, sino que ha lanzado ya su campaña para volver a la Casa Blanca. La figura de Kamala Harris, por su parte, no ha cuajado y su popularidad no solo es menor que la del propio Biden, sino que es la más baja de todos los que han ocupado ese mismo cargo como mínimo en los últimos 30 años.  Biden, 50 años ganando elecciones Biden lleva 50 años ganando elecciones. Salió elegido senador por Delaware en noviembre de 1972, poco antes de cumplir 30 años, tras remontar una ventaja de 30 puntos e imponerse por poco más de 3.000 votos a James Caleb Boggs, el republicano que buscaba la reelección. Estuvo a punto de dejar la política al mes siguiente para cuidar a sus hijos Beau y Hunter después de que su primera mujer y su hija de un año muriesen en un accidente de tráfico. En lugar de eso, se acostumbró a vivir a caballo entre Washington y Wilmington, Delaware, adonde se sigue escapando siempre que puede, incluso ahora como presidente. Fue reelegido senador seis veces, por mandatos de seis años. En 2008 y 2012 acompañó a Barack Obama como candidato a la vicepresidencia en sendos triunfos. En 2020 se lanzó a competir por la nominación demócrata. Se entrevistó con el consejo editorial del New York Times, que no terminaba de ver clara su candidatura: “Todos me declaran muerto y adivina qué: ¡No estoy muerto y no voy a morir!”, les dijo. El periódico recomendó a dos candidatas como mejores opciones para la presidencia: Elizabeth Warren y Amy Klobuchar. Como respuesta, Biden tuiteó un vídeo que se hizo viral con la guardia de seguridad que le había acompañado en el ascensor en su visita a la redacción: “Honrado de haber logrado el apoyo de Jacquelyn”. Exactamente un año después de ese tuit, Biden juraba el cargo de presidente de Estados Unidos tras derrotar a sus rivales demócratas, primero, y a Donald Trump, después. Que Trump haya entrado en la carrera presidencial de 2024 aumenta las posibilidades de que Biden también lo haga. El presidente presenta a su antecesor como una amenaza para la democracia. Ya le derrotó y se ve con posibilidades de volver a hacerlo. Además, en ese caso, la diferencia de edad no es tanta. Trump llegaría a las elecciones con más de 78 años y, de hecho, si resultase elegido, superaría a Biden como el presidente de mayor edad en caso de completar su mandato. Tras las recientes elecciones legislativas, saboreando aún el buen resultado demócrata, a Biden le preguntaron sobre cómo influía ese éxito en sus planes de buscar la reelección. Biden señaló a su mujer, Jill, presente a su lado en la rueda de prensa, algo inusual, y dijo en plural: “Nuestra intención es volver a presentarnos. Esa ha sido nuestra intención, independientemente del resultado de estas elecciones”. Y añadió: “Pero soy un gran respetuoso del destino. Y esto es, en última instancia, una decisión familiar. Creo que todo el mundo quiere que me presente, pero vamos a tener discusiones al respecto. Y no siento ninguna prisa

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