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Ecuador: julio 26, 2024

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Ecuador, julio 26, 2024
Ecuador Continental: 19:03
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Ecuador decide el 15 de octubre entre Luisa González y Daniel Noboa: ¿La primera presidenta electa o el gobernante más joven?

Vistazo .- Ecuador definirá el 15 de octubre al próximo presidente en un nuevo duelo entre la izquierda y la derecha para gobernar a un país dividido, asediado por las bandas narco y en duelo por el asesinato de un candidato.   La aspirante Luisa González, delfín del exmandatario izquierdista Rafael Correa, se enfrentará a la sorpresa Daniel Noboa, hijo del magnate Álvaro Noboa (que fue cinco veces candidato presidencial), luego de que ambos se proclamaran vencedores de los comicios el domingo, en los que han obtenido 33% y 24% de los votos respectivamente, tras el escrutinio del 98% de las actas el lunes.   En una tensa jornada, los aspirantes votaron protegidos por esquemas de seguridad inéditos, chalecos y cascos antibalas, en medio de un estado de excepción desde el magnicidio del presidenciable Fernando Villavicencio el 9 de agosto.   González, de 45 años, y Noboa, de 35, protagonizarán un nuevo choque entre la izquierda y la derecha.   “Estamos haciendo historia“, dijo González al celebrar su “gran triunfo” en esta primera vuelta, mientras que Noboa aseguró que “la juventud” lo escogió “para ganar al correísmo”.   En los comicios se registró una participación de 82% de los 13,4 millones de ecuatorianos convocados al voto obligatorio. En el extranjero se registraron “dificultades” para sufragar por vía electrónica, según autoridades.   “Quiero felicitar la actitud democrática de los candidatos al reconocer los resultados, que son el reflejo de la voluntad popular expresada en las urnas”, destacó la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint.   Noboa, la sorpresa Si bien las encuestas ya preveían que González sería la más votada en la primera vuelta, gracias al voto duro que acostumbra a tener la corriente política de Rafael Correa, Noboa no estaba entre los primeros lugares de las tendencias y su apoyo tuvo un un ascenso meteórico en los últimos días, impulsado por el voto joven y por presentar una imagen de “outsider”.   Ecuador bajó el telón de una campaña corta empañada por la violencia política en la que también fueron asesinados un alcalde, un candidato a diputado y un dirigente local del correísmo.   El magnicidio barajó las cartas de la contienda electoral, en la que Noboa aterrizó de sorpresa aupado por un sector de la derecha y el voto joven, según expertos. La candidatura de Daniel Noboa, que podría convertirse en el gobernante más joven del país, subió como espuma tras el único debate presidencial. El candidato de la alianza política ADN fue uno de los asambleístas destituidos con la “muerte cruzada” de Guillermo Lasso y es hijo de Álvaro Noboa, uno de los hombres más acaudalados de Ecuador.   Noboa afirma que fue un niño con “ímpetu”, un adolescente “responsable” y ahora se ha tornado un joven “exitoso”.   Mientras que, González, una abogada y también exasambleísta que ocupó varios cargos dentro de la administración de Correa, destacó en una intervención pública frente a sus seguidores que será la primera mujer en disputar la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales en Ecuador.   Para haber ganado en primera vuelta necesitaba haber aglutinado el 50 % de los votos o, por el contrario, al menos 40 % y no menos de diez puntos porcentuales de ventaja sobre el resto.  

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La ultraderecha toma impulso en Europa, pero la realidad condiciona las agendas de los extremistas

Infobae .- Giorgia Meloni ha sido una prueba de “normalización” de la extrema derecha. En España, una posible alianza del Partido Popular con los radicalizados de VOX sellaría esta nueva mirada hacia los movimientos ultraconservadores   El tablero político viene cambiando hace tiempo en Europa. Las coaliciones de gobierno entre la derecha “tradicional” y movimientos radicalizados se multiplican. Los gobiernos socialdemócratas europeos son cambiados por formaciones conservadoras y ultraconservadoras. Incluso, este juego de expulsiones podría consagrarse en las elecciones al Parlamento Europeo a mediados de 2024. Quizás lo más elocuente es que el ascenso de Giorgia Meloni a Italia, quien después de meses de gobierno, ha “normalizado” el hecho que los movimientos ultraconservadores puedan gobernar en el continente. El ensayo de la líder del partido ‘post fascista’ Fratelli d’Italia no ha roto ni las temidas alianzas atlánticas, ni la posición occidental contra Vladimir Putin, ni ha trastocado, al menos por ahora, los valores fundamentales en los que se sostiene la Unión Europea (UE). Para consagrar esta tendencia, las elecciones del 23 de julio en España podrían ser un paso más en este giro europeo, y esto dependerá del número de escaños que logre el Partido Popular (PP), con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, para necesitar o no del apoyo de VOX, la formación ultraconservadora que dirige Santiago Abascal. Por estas horas, el partido de Feijóo necesita al de Abascal para tener mayoría en Extremadura y la Comunidad Valenciana, y la cuestión será sensible en otras 135 alcaldías. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el líder de Vox, Santiago Abascal, en el Día de la Hispanidad. Ambos presionados a sellar acuerdos para investidura o cogobernar. Donde también se ha roto el hábito de gobiernos progresistas es en los países nórdicos. Los tabúes se desmoronaron de tal manera que formaciones socialdemócratas pactaron alianzas con movimientos de extrema derecha. En Noruega, el Partido del Progreso, populista y antiinmigración, se ha asociado a los conservadores en un gobierno de coalición. Otro caso, hasta hace poco impensado, es el de Suecia. Desde Estocolmo, el líder conservador, Ulf Kristersson, administra un acuerdo con democristianos y liberales con el apoyo externo del ultraderechista Demócratas de Suecia (SD), que le garantiza la mayoría en el Parlamento. Se suma, en otro giro sorprendente, la primera ministra socialdemócrata danesa, Mette Frederiksen, que debió inclinarse desde la izquierda hacia la derecha para mantener ahora una coalición con los liberales conservadores. Por su parte, Alemania avisa: según un sondeo de la televisión pública, la formación de derecha extrema AfD obtendría hoy el 18% de los votos en unos comicios, el mismo resultado que la socialdemocracia (SPD), actual socio mayoritario de la coalición gobernante junto a los Verdes y Liberales. Un segundo relevamiento confirma que es una tendencia marcada. El pasado domingo, el periódico BILD publicó que el partido ultraderechista y el socialista empatarían con el 19 por ciento. Nunca en la historia, después de la Segunda Guerra Mundial, en Alemania la derecha radical tuvo tanta proyección de votos. Estos movimientos en Europa vienen acompañados de líderes conservadores que se han desmarcado de posiciones radicalizadas como las de Donald Trump y Jair Bolsonaro. El asalto al capitolio el 6 de enero de 2021 por parte partidarios “trumpistas” ha sido un límite. Lo mismo, en Brasil, la revuelta que puso en jaque a la democracia de ese país y al gobierno del presidente Lula da Silva. Está claro que más allá de la tendencia hacia la ultraderecha en occidente, el ejercicio del poder tiene sus reglas. Meloni y otros han comprendido esto: su margen de maniobra tiene límites ya que debe seguir para conseguir los millones de euros que llegan del Fondo Europeo. Cualquier locura o deriva autocrática, la pondría en las mismas condiciones que dos países con tensas relaciones con Bruselas: Hungría y Polonia.

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