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Donald Trump calla ante golpismo en Brasil pese a simpatía por Jair Bolsonaro

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, guarda silencio sobre el ataque de partidarios de Jair Bolsonaro a las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil. El silencio es llamativo por la simpatía que siempre ha expresado Trump por el expresidente brasileño. Trump no ha hablado ni escrito hasta ahora sobre unos sucesos vistos como un intento de golpe al nuevo presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva. Esto a pesar de lo activo que suele ser en redes Trump y la similitud de los sucesos con la toma del Capitolio protagonizada por partidarios suyos el 6 de enero de 2021.   El llamado «Trump del trópico» parece haber seguido al pie de la letra el guion del estadounidense tras ser derrotado en las urnas por el demócrata Joe Biden en noviembre de 2020.   Primero, Bolsonaro habló de fraude electoral sin pruebas. Luego, decidió no entregar el poder a Lula el 1 de enero. Y siendo todavía presidente, voló a Florida (EE.UU.) en el avión presidencial, lo mismo que hizo Trump con Biden.   Ambos escogieron el estado de Florida como lugar para instalarse una vez terminados sus respectivos mandatos presidenciales.   Como si el guion fuera el mismo, los seguidores de ambos trataron de revertir el resultado electoral con manifestaciones violentas en las sedes de los poderes del Estado de sus respectivos países.   Fuente: El Comercio

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Jair Bolsonaro, hospitalizado en Orlando por dolores en el abdomen

El exmandatario Jair Bolsonaro presentó problemas de salud. El expresidente brasileño Jair Bolsonaro se encuentra ingresado en un hospital de Orlando, en Estados Unidos, donde viajó el pasado 30 de diciembre, por unos dolores abdominales, informó una fuente próxima del exmandatario. «Está hospitalizado en Orlando. Haciéndose análisis» por unos dolores abdominales, afirmó a EFE esa fuente sobre el estado de salud del exgobernante, que dejó el poder el pasado 1 de enero, cuando le sucedió el progresista Luiz Inácio Lula da Silva. Según la prensa brasileña, el exjefe de Estado está en el AdventHealth Celebration de Orlando, en el estado de Florida, aunque una operadora de esa clínica aseguró a EFE que el líder ultraderechista no se encuentra allí. La esposa del exgobernante, Michelle Bolsonaro, señaló en redes sociales que su marido está «en observación» en el hospital por una «incomodidad abdominal». Esos problemas gástricos, según Michelle, son consecuencia de la «puñalada que Bolsonaro recibió» el 6 de septiembre de 2018 durante un acto electoral en la ciudad de Juiz de Fora, y por la que tuvo que pasar varias veces por el quirófano. Jair Bolsonaro tiene varios malestares Como consecuencia de ese atentado, el capitán retirado del Ejército también ha sufrido problemas en el aparato digestivo que le han obligado a ser hospitalizado en diversas ocasiones durante su mandato, que empezó en enero de 2019 y terminó el 31 de diciembre de 2022. Una de las últimas veces que estuvo ingresado fue en enero del año pasado, aunque esa vez no fue necesario operar y la obstrucción intestinal que padecía se deshizo con el paso de una sonda. Bolsonaro abandonó Brasil el pasado 30 de diciembre, dos días antes de la investidura de Lula, a quien todavía no ha felicitado por su victoria en las elecciones del pasado mes de octubre, y puso rumbo a Florida sin previsión oficial de volver a su país. Su hospitalización coincide con el frustrado intento de golpe de Estado que perpetraron el domingo miles de sus seguidores más radicales en Brasilia, donde invadieron y vandalizaron las sedes del Parlamento, la Presidencia y la Corte Suprema durante cuatro horas y media. Bolsonaro rechazó de forma tibia la insurrección de sus partidarios y cargó contra Lula, quien acusó al ahora exgobernante de «estimular» a sus simpatizantes a atacar la democracia brasileña. Fuente: El Comercio

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Lula retomó actividades en medio de los destrozos de los golpistas

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva comenzó este 9 de enero de 2023 una serie de encuentros de alto nivel en su despacho. Ese fue el único lugar del Palacio Presidencial que se salvó de los daños, causados el domingo, por bolsonaristas radicales con intenciones golpistas. Lula optó por despachar desde su oficina en el Palacio de Planalto, para mostrar que los actos violentos de los radicales de la ultraderecha no paralizarán a las instituciones.} El ministro de Comunicación Social, Paulo Pimenta, dijo que Lula optó por despachar en Planalto «para mostrar que el Gobierno está funcionando en absoluta normalidad». El líder progresista comenzó el día con un encuentro con los jefes de la Corte Suprema y del Congreso, cuyas instituciones también fueron atacadas por los bolsonaristas el domingo en la tarde. Según el reporte dado por el ministro Pimenta, el despacho presidencial no fue invadido por los radicales de ultraderecha, por estar protegido con vidrios blindados. Tampoco sufrió destrozo alguno la sala donde Lula sostiene las reuniones ministeriales. Fuente: El Comercio

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Más de 1 200 personas detenidas por ataques a edificios públicos en Brasil

Al menos 1 200 bolsonaristas fueron detenidos este 9 de enero de 2023 en el campamento que habían montado frente al cuartel general del Ejército en Brasilia desde las elecciones de octubre y desde el que fueron lanzados los ataques contra las sedes de los tres poderes en Brasil. Los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, que no reconocen la victoria del líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales, fueron detenidos luego de que, cercados por la Policía y el Ejército, desmontaran pacíficamente el campamento en el que se refugiaban.   Según el Ministerio de Justicia, los bolsonaristas detenidos fueron conducidos en al menos 40 autobuses hasta la sede de la Policía Federal. Allí serán identificados para intentar establecer si participaron en los ataques violentos y fichados por si en un futuro surgen pruebas en su contra. Tan solo permanecerán arrestados los que sean señalados como participantes en los actos vandálicos y los que tengan algún indicio en su contra. Los presos se sumarán a las cerca de 300 personas que fueron detenidas el domingo por su responsabilidad en los ataques. Desalojo de campamento El desalojo fue pacífico y se produjo luego de que el magistrado Alexandre de Moraes, uno de los once miembros de la Corte Suprema, ordenara el desmonte de todos los campamentos montados por bolsonaristas frente a cuarteles militares del país y desde el que defendían un golpe de Estado en Brasil contra Lula. Moraes; responsable por varias de las investigaciones contra Bolsonaro y sus seguidores por ataques a la democracia; ordenó que los ocupantes de los campamentos «sean detenidos en flagrante la práctica de diferentes crímenes». El campamento de los radicales en Brasilia; montado hace más de 70 días, desde que Lula se impuso en la segunda vuelta de las presidenciales; sirvió de base para los manifestantes que invadieron las sedes de los tres poderes de Brasil. Fue el lugar al que regresaron tras su fracasado intento de forzar un golpe de Estado. El número de radicales en el campamento frente al cuartel del Ejército venía cayendo desde la investidura de Lula, el 1 de enero pasado, y las autoridades contabilizaban unas 200 personas, pero el sábado saltó hasta unas 3 000 luego de que los bolsonaristas convocaran la manifestación. Intervención federal Ante el caos generado por el asalto a los edificios públicos, Lula decretó la intervención federal del área de seguridad de Brasilia hasta el próximo 31 de enero. Las policías regionales estarán bajo control del Gobierno federal. El asalto al Congreso, la Presidencia y el Supremo solo se resolvió después de cuatro horas y media de desconcierto, cuando agentes antidisturbios cargaron y lanzaron gases lacrimógenos contra los exaltados que estaban dentro y fuera de los edificios de los tres poderes. Fuente: El Comercio

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La justicia brasileña ordena al Ejército desmantelar los campamentos bolsonaristas

Advierte de que comandantes y altos cargos de las Fuerzas Armadas, la Policía y el Ministerio de Defensa serán llevados ante la Justicia de seguir las acampadas.   El Tribunal Supremo de Brasil ha ordenado este lunes al Ejército del país desmantelar todos los «campamentos bolsonaristas» que existen en el territorio nacional en un plazo de 24 horas después de que este domingo cientos de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro asaltaran las sedes del Congreso y el Supremo, además del palacio presidencial.   El magistrado Alexandre de Moraes ha recalcado así la importancia de que estos campamentos –situados en territorio ajeno al Ejército– sean completamente desmantelados a medida que la Policía arresta a «todos aquellos manifestantes que aún queden en las calles» tras una jornada que se ha saldado hasta el momento con mas de 400 detenidos, según ha informado el ministro de Justicia en un tuirt.   En una nueva orden judicial, Moraes ha expresado que «nada justifica la existencia de campamentos de terroristas, financiados con la complacencia de autoridades civiles y militares de forma totalmente subversiva y sin respeto alguno hacia la Constitución».   Moraes ha alertado, además, de que los comandantes y altos cargos de las Fuerzas Armadas, la Policía y el Ministerio de Defensa serán llevados ante la Justicia en caso de que estos campamentos sigan existiendo.   Exige el desbloqueo de las principales autovías Además, ha puntualizado que las principales autovías de país, parcialmente ocupadas por la turba de seguidores, deben ser desbloqueadas a lo largo del día, según informaciones de la cadena de televisión G1.   El asalto a las citadas instituciones brasileñas se ha producido tras meses de acampada por parte de seguidores de Bolsonaro en la capital, Basilia, después de que el expresidente perdiera las elecciones presidenciales de octubre frente a Luiz Inácio Lula da Silva. Fuente: ABC

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Tras los ataques en Brasilia, congresistas estadounidenses reclamaron la expulsión de Jair Bolsonaro

El ex presidente llegó a Orlando a fines de diciembre y evitó estar en la asunción de Lula da Silva. Legisladores demócratas compararon el asalto a las instituciones brasileñas con el asedio al Capitolio en Washington hace dos años por simpatizantes de Donald Trump.   Congresistas estadounidenses pidieron este domingo que Florida no refugie al ex presidente brasileño Jair Bolsonaro, luego de que sus simpatizantes ataquen las sedes del gobierno federal en Brasilia, un episodio que fue comparado con el asalto el capitolio de hace dos años por seguidores del también derrotado Donald Trump.   Legisladores del ala progresista del Partido Demócrata se expresaron en Twitter en rechazo a la presencia de Bolsonaro en territorio estadounidense. “Estados Unidos debe dejar de conceder refugio a Bolsonaro en Florida”, dijo la representante Alexandria Ocasio-Cortez, en un mensaje en el que expresó su solidaridad con Lula da Silva y calificó a los atacantes como parte de “movimientos fascistas”. A su vez, Joaquin Castro, también del oficialismo, escribió: “No se le debe dar refugio a Bolsonaro en Florida, donde se ha estado escondiendo de la responsabilidad de sus crímenes”. Bolsonaro es blanco de investigaciones, pero aún no ha sido acusado formalmente por la Justicia de Brasil. “La violencia antidemocrática en Brasil hoy es un recordatorio aleccionador de los peligrosos movimientos fascistas que crecen en todo el mundo. Jair Bolsonaro no debería recibir refugio en EEUU”, escribió por su parte el congresista Mark Takano, mientras que su colega Ilhan Omar anotó: “Las democracias de todo el mundo deben permanecer unidas para condenar este ataque a la democracia. Bolsonaro no debe tener refugio en Florida”. Por su parte, Anna Eskamani, diputada estatal de Florida, cuestionó directamente al gobernador republicano Ron DeSantis, quien no condenó el ataque al Congreso estadounidense: “¿Por qué le estás dando refugio a Jair Bolsonaro en Florida? ¿Es porque apoyas los regímenes fascistas de extrema derecha que invaden capitolios?”. Bolsonaro viajó a Florida a fines de diciembre antes de culminar su mandato en Brasil, y rompió la tradición democrática al no pasarle la banda presidencial a Lula da Silva el 1 de enero. Se instaló en Orlando sin agenda pública ni mayores declaraciones.   Sin una acusación en marcha, el engorroso camino de una extradición no asoma en el corto ni mediano plazo. Un proceso más rápido sería el de la expulsión del país, decisión política que depende de las autoridades locales.   En la víspera, el presidente estadounidense, Joe Biden, comentó sobre lo sucedido. “Condeno el asalto a la democracia y a la transferencia de poder pacífica en Brasil”, indicó el mandatario estadounidense en su cuenta de Twitter. Agregó que las instituciones democráticas de Brasil tienen el “apoyo total” de EEUU. Pero hizo mención a Bolsonaro.   Por su parte, el ex mandatario también se expresó en Twitter con un tenue rechazo a la violencia, siete horas después de estallada la violencia. “Las manifestaciones pacíficas hace parte de la democracia. Las invasiones de preodios públicos como los ocurridos hoy, así como los practicados por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”, escribió. Además, aseguró que durante su mandato “siempre” ha cumplido con la Constitución, “respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y la sagrada libertad”.   Bolsonaro posa para una foto en Florida, el 2 de enero (Cristiano Piquet/vía REUTERS) En Estados Unidos, varios videos cargados en Twitter lo muestran caminando por las calles de un condominio de casas en Orlando saludando a personas que se le acercan para tomarse fotos con él, paseando en un supermercado o comiendo en restaurantes de comida rápida. Según fuentes de EFE, se está hospedando en una casa del deportista brasileño José Aldo da Silva, luchador de artes Marciales Mixtas (MMA), quien ha sido uno de sus aliados.   Tanto Bolsonaro como Trump, se han rehusado a reconocer la victoria de sus contendientes presidenciales, Lula y el presidente Joe Biden, respectivamente.   Trump tampoco acudió a la ceremonia de investidura del demócrata Biden en enero de 2021 y prefirió refugiarse también en Florida, en su club costero de Mar-a-Lago.   Ambos fueron aliados políticos durante sus mandatos y sostuvieron en marzo de 2020 reuniones en el club Mar-a-Lago, demostrando así su afinidad no solo en sus políticas y su nacionalismo a ultranza sino en el estilo y la manera de comportarse.   Fuente: Infobae

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Los líderes latinoamericanos, EEUU y la Unión Europea condenaron el intento de golpe de Estado en Brasil

Los gobiernos expresaron su apoyo al presidente del gigante sudamericano Lula da Silva. “Las instituciones democráticas de Brasil cuentan con todo nuestro apoyo”, afirmó el norteamericano Joe Biden   Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y líderes latinoamericanos condenaron la toma este domingo de los edificios gubernamentales de Brasil por parte de seguidores del ex mandatario Jair Bolsonaro y expresaron su apoyo al actual presidente del gigante sudamericano, Luiz Inácio Lula da Silva.   El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el domingo que la situación en Brasil era “escandalosa”. “Condeno el asalto a la democracia y al traspaso pacífico del poder en Brasil. Las instituciones democráticas de Brasil cuentan con todo nuestro apoyo y no debe socavarse la voluntad del pueblo brasileño. Espero seguir trabajando con Lula”, escribió el mandatario estadounidense en Twitter. En la misma línea, el Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, condenó los “ataques” y los calificó de “inaceptables”. “Condenamos los ataques a la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil hoy. Usar la violencia para atacar las instituciones democráticas es siempre inaceptable. Nos sumamos a Lula en instar a que se ponga fin de inmediato a estas acciones”, escribió Blinken en Twitter.   Jake Sullivan, Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo que el presidente Biden sigue de cerca la situación.   “Estados Unidos condena cualquier esfuerzo por socavar la democracia en Brasil”, escribió en Twitter. “El presidente Biden sigue de cerca la situación y nuestro apoyo a las instituciones democráticas de Brasil es inquebrantable”. “La democracia de Brasil no será sacudida por la violencia”, agregó.   El embajador encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Brasil, Douglas Koneff, también condenó “contundentemente” el asalto. “La violencia no tiene cabida en ninguna democracia. Condenamos contundentemente los ataques a las instituciones de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial en Brasilia, que son también un ataque a la democracia”, dijo Koneff. “¡No existe justificación para estos actos!”, agregó el diplomático en un mensaje en Twitter del que se ha hecho eco la cuenta oficial de la Embajada estadounidense en Brasilia.   La cuenta de la Embajada había advertido previamente de una “protesta antidemocrática” que se había vuelto violenta en Brasilia e instó a los ciudadanos estadounidenses a evitar la zona.   El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, expresó su “absoluta condena” por el “asalto a las instituciones democráticas” de Brasil, con un mensaje en el que también ha querido dar en nombre del bloque el “pleno apoyo” a Lula. Michel ha recordado que Lula fue elegido “democráticamente”, en unas elecciones que fueron “justas y libres”, en contra de lo que dijo durante estos meses el ex mandatario Jair Bolsonaro.   Por su parte, el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell se mostró “consternado” por “las acciones de violencia y la ocupación ilegal” de instituciones a manos de miles de “extremistas”. “La democracia brasileña prevalecerá sobre la violencia y el extremismo”, dijo.   El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez también expresó su apoyo al presidente brasileño Lula y condenó la toma de los edificios.   “Todo mi apoyo al presidente Lula y a las instituciones libre y democráticamente elegidas por el pueblo brasileño. Condenamos rotundamente el asalto al Congreso de Brasil y hacemos un llamamiento al inmediato retorno a la normalidad democrática”, escribió. El presidente francés, Emmanuel Macron, condenó las acciones de cientos de simpatizantes del ex presidente Bolsonaro y expresó su apoyo a Lula.   “¡La voluntad del pueblo brasileño y las instituciones democráticas deben ser respetadas!” tuiteó. “El presidente Lula puede contar con el apoyo incondicional de Francia”.   Los líderes latinoamericanos también se pronunciaron sobre los sucesos de este domingo.   El primero en pronunciarse en redes sociales fue el presidente de Colombia, Gustavo Petro, para pedir la aplicación de la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA)   “Toda mi solidaridad a Lula y al pueblo del Brasil. El fascismo decide dar un golpe. Las derechas no han podido mantener el pacto de la no violencia. Es hora urgente de una reunión de la OEA, si quiere seguir viva como institución y aplicar la Carta Democrática”, dijo Petro en un mensaje publicado en Twitter.   El mandatario colombiano agregó que propuso que “se fortaleciera el Sistema Interamericano de Derechos Humanos aplicando las normas vigentes y ampliando la carta a los derechos de la mujer, ambientales y colectivos”.   Sin embargo, Petro señaló que la respuesta a esa propuesta son “golpes parlamentarios o golpes violentos de la extrema derecha”, en referencia también a lo ocurrido el 7 de diciembre pasado en Perú cuando el entonces presidente, Pedro Castillo, fue destituido por el Congreso tras intentar dar un golpe de Estado.   En la misma línea, Argentina manifestó su “solidaridad” con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, condenando unos hechos calificados por el Gobierno argentino como “golpistas”.   “Quiero expresar mi repudio a lo que está sucediendo en Brasilia. Mi incondicional apoyo y el del pueblo argentino a Lula frente a este intento de golpe de Estado que está enfrentando”, escribió el presidente argentino Alberto Fernández en Twitter.   “Como presidente de la CELAC y del MERCOSUR, pongo en alerta a los países miembros para que nos unamos en esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil”, agregó. ”Frente a las acciones golpistas de la derecha en Brasil, manifestamos nuestra solidaridad con @LulaOficial y alzamos la voz en defensa de la democracia brasileña”, agregó por su parte el canciller argentino, Santiago Cafiero.   El presidente de Chile, Gabriel Boric, condenó el que calificó de “cobarde y vil ataque a la democracia”.   “Impresentable ataque a los tres poderes del Estado Brasilero por parte de bolsonaristas. El gobierno de Brasil cuenta con todo nuestro respaldo frente a este cobarde y vil ataque a la democracia”, escribió en Twitter.   La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), presidida actualmente por Argentina, expresó su “respaldo” al Gobierno de Lula.   “La Presidencia Pro Tempore de la Celac manifiesta su respaldo al Gobierno de @LulaOficial, elegido por el pueblo de Brasil, y rechaza las acciones violentas contra las instituciones democráticas brasileñas”, señaló en su

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Jair Bolsonaro intenta calmar a los violentos y pide una oposición dura a Lula da Silva

Lula da Silva será posicionado el 1 de enero del 2023. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien será sustituido el domingo en el poder por Luiz Inácio Lula da Silva, rompió este viernes su silencio e intentó apaciguar a sus seguidores más radicales, a los que pidió ejercer una dura oposición. “No vamos a creer que el mundo acaba este 1 de enero” con la investidura de Lula, declaró Bolsonaro sollozando, en un directo por sus redes sociales, en el que instó a sus seguidores a “no tirar la toalla ni dejar de hacer oposición”, pero pidió que sea en forma pacífica y dentro del marco que establece la Constitución. Bolsonaro no confirmó si pretende viajar en las próximas horas a Estados Unidos, aunque el Gobierno ya ha dado a entender que podría partir este mismo viernes hacia Miami. No reconoce su derrota En un pronunciamiento que duró poco más de una hora, Bolsonaro no terminó de reconocer su derrota en las elecciones de octubre pasado ni felicitó a Lula. Por el contrario, insistió en que fue “víctima” de una justicia electoral “que no fue parcial” y que, en su opinión, favoreció al líder progresista con diversas decisiones. Reiteró que su “libertad” y la de los grupos de ultraderecha que le apoyan fue “cercenada” y se les “impidió” denunciar los fallos que, según insiste sin prueba alguna, tiene el sistema electrónico de votación que se utiliza en Brasil desde 1996. Hizo un repaso de la gestión que comenzó el 1 de enero de 2019 y admitió que «hubo problemas», que atribuyó sobre todo a la irrupción de la pandemia en marzo de 2020 y a la invasión rusa a Ucrania este año. Sin citar a Lula por su nombre, auguró que «el nuevo Gobierno que viene ahí va a crear muchos problemas» y le va a «imponer al país una ideología nefasta que no resultó en ningún lugar del mundo». Justifica las manifestaciones También justificó las manifestaciones que mantienen activistas de ultraderecha a las puertas de los cuarteles, donde exigen un golpe militar que impida la investidura de Lula y le mantenga en el poder. En su opinión, son una “reacción” a un proceso electoral que “no tuvo toda la transparencia”, lo cual llevó a “una masa de personas a tomar las calles y protestar”. Subrayó que él no convocó esas movilizaciones, pero insistió en que se trata de «una protesta pacífica, ordenada, que respeta las leyes» y constituyen «una manifestación espontánea del pueblo». Se desmarcó, sin embargo, de algunas acciones violentas que han sido atribuidas a algunos de esos grupos que protestan, entre las cuales figura la colocación de una bomba en un camión cisterna que se dirigía al aeropuerto de Brasilia y que fue desactiva a tiempo por la Policía. “Nosotros no queremos un Brasil peor”, pero “tenemos que respetar nuestra ley y la Constitución”, afirmó Bolsonaro, quien sostuvo que “a partir de ahora toda manifestación (contra el Gobierno de Lula) es bienvenida”. Según el líder de la ultraderecha, su lema “Dios, Patria, Familia y Libertad no se va a perder” y debe ser a partir de ahora la guía “de todos los patriotas” que quieren “el regreso de un país con orden y progreso”. Fuente: El Universo

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Lula espera que las protestas golpistas se deshagan voluntariamente pero no descarta tomar medidas

La detención de un bolsonarista tras un atentado fallido lleva a las autoridades a reforzar el despliegue de seguridad y vetar las armas en Brasilia Luiz Inácio Lula da Silva quiere darse el primer paseo como presidente de Brasil, el domingo, Año Nuevo, en un Rolls Royce descapotable, como hizo su predecesor. Pero su equipo de seguridad no descarta que deba recurrir a un coche cerrado y blindado para evitar cualquier riesgo. La decisión final dependerá de cómo evolucione la situación. Un atentado fallido con bomba que pretendía causar el caos en Brasilia para impedir el traspaso de poder y la detención, como principal sospechoso de organizarlo, de un bolsonarista vinculado a las protestas golpistas sumado a unos actos de vandalismo días antes hicieron saltar todas las alarmas. El presidente electo espera que los que siguen acampados ante cuarteles pidiendo una intervención militar se vayan voluntariamente a sus casas antes de Año Nuevo, pero no descarta el uso de la fuerza. Este jueves la policía ha emprendido una operación contra los sospechosos de intentar asaltar la sede de la poliicía, quemar coches y autobuses en Brasilia el día 12 después de la ceremonia en la que Lula fue declarado apto para convertirse en presidente de la república. Al menos dos personas han sido detenidas. El plan es que el líder de la izquierda brasileña inicie su tercer mandato el día de Año Nuevo con una multitudinaria fiesta en el corazón de la política brasileña y bien arropado por la comunidad internacional. Se espera a unas 300.000 personas además de una veintena de jefes de Estado y otros representantes extranjeros. Las medidas de seguridad para la ceremonia se han reforzado. Las autoridades pretenden movilizar al 100% de los agentes de policía de Brasilia. Y el Tribunal Supremo ha aceptado la petición del equipo de Lula de que vete las armas de las calles de la capital con motivo del evento. Pero las concentraciones de bolsonaristas que quieren un golpe de Estado persisten. Menguadas y radicalizadas en diversas ciudades. Varios calendarios artesanales —”59 días de resistencia”— recordaban este miércoles en el campamento levantado ante el Cuartel general del Ejército en São Paulo que han pasado casi dos meses desde las elecciones. Lula consiguió una apretada victoria frente a Jair Bolsonaro. Si los primeros días se apretaron en esta calle miles y miles de personas, ahora suman un centenar a lo sumo, pero han levantado casetas y, en vista de lo que dice Julieta, de 40 años, no tienen ninguna intención de abandonar la protesta. “Si hay que morir por Brasil, estoy dispuesta a dar mi vida”, proclama antes de pronosticar que “la probabilidad de enfrentamiento es grande”. Viste una camiseta verde oliva con cuatro números: 1964 (el año del último golpe militar) y usa ese seudónimo porque no quiere revelar su identidad. Asegura que tiene planes de viajar a Brasilia para unirse al campamento de la capital, principal símbolo de los bolsonaristas que aún creen que les robaron las elecciones. La sistemática campaña del presidente contra la credibilidad de las urnas, las encuestas y las autoridades electorales ha calado hondo entre sus seguidores. Bolsonaro recurrió el resultado pero su apelación fue rechazada de plano y acusado de actuar de mala fe. Para el equipo de Lula, es prioritario desactivar la protesta de Brasilia porque se ubica a 10 kilómetros del corazón político de Brasil, donde Lula recibirá la faja presidencial aunque aún se desconoce quién se la impondrá. Nadie espera que lo haga Bolsonaro, que ni siquiera ha reconocido el triunfo del líder izquierdista. “No serán pequeños grupos extremistas quienes coloquen a la democracia brasileña contra la pared”, advirtió este martes el futuro ministro de Justicia, el antiguo juez y gobernador Flávio Dino. “Cuando más pactada sea la desmovilización de los campamentos, mejor. Esta es la posición del presidente Lula en este momento. Por supuesto, si eso no ocurre, se tomarán medidas. Pero en un segundo momento”, explicó en una comparecencia. A su lado, el próximo ministro de Defensa, José Múcio, pidió a Dios que la protesta se deshaga por las buenas. El propio Múcio explicó muy gráficamente hasta qué punto la trama descubierta en Nochebuena supone un salto cualitativo. “Cuando un ciudadano pone una bomba debajo de un camión de queroseno que está entrando en un aeropuerto y que podría volar un avión con 200 personas, entramos en el terreno del terrorismo”. Ésa es precisamente la acusación que pesa contra el principal sospechoso, George Washington de Oliveira Sousa, de 54 años. Durante los interrogatorios policiales, este gerente de una gasolinera en el Estado de Pará explicó el motivo de su viaje a la capital a mediados de diciembre: “Viajé a Brasilia para unirme a las protestas frente del cuartel militar, y esperar a que las Fuerzas Armadas me autorizaran a tomar las armas y destruir el comunismo”, dijo, según Reuters. El cuartel al que se refiere es la sede principal del Ejército. La policía localizó también varias armas en el piso que tenía alquilado. Julieta, la bolsonarista de São Paulo, está convencida de que la versión oficial de la policía es falsa y sostiene que el detenido es en realidad un simpatizante del partido de Lula da Silva, el de los Trabajadores. Poco le importa que esa falsedad, que circula por redes, haya sido desmentida por las agencias de chequeo. Prácticamente de un día para otro, el terrorismo se ha convertido en Brasil en una preocupación local. Este era un país donde una mochila sin dueño en plena calle no hacía saltar ninguna alarma. Ya no. Este martes una desató un notable despliegue policial que quedó en un susto. Pero lo que era un temor abstracto se ha convertido en una preocupación tangible al descubrirse la trama de la bomba. Como dijo el jefe de la policía de Brasilia, “Bombas, eso es una cosa que nunca existió en Brasil. Y no lo vamos a permitir”. Los bolsonaristas más radicales quisieran que el presidente saliente reaccionara al estilo Donald Trump. Siguen esperando a que Bolsonaro abandone el silencio en el que se

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Jair Bolsonaro indulta a 69 agentes condenados por masacre carcelaria

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, concedió este 23 de diciembre de 2022 un indulto que perdonó condenas de cárcel impuestas a militares y policías. Esto, incluyendo a aquellos que han sido responsabilizados por la famosa masacre carcelaria de Carandiru. El indulto es extensivo a todos los agentes del orden que hayan sido condenados por crímenes culposos. También, aquellos que hayan sido cometidos por actos realizados por «su deber de actuar» o «en razón de riesgos» enfrentados por las fuerzas de seguridad. Ese aspecto beneficia directamente a los 69 agentes que siguen vivos de los 74 que fueron condenados por los 111 homicidios de presidiarios cometidos en la cárcel de Carandiru, en Sao Paulo, en 1992. Los agentes fueron condenados en sendos juicios celebrados en 2013 y 2014, pero nunca han llegado a ser encarcelados, debido a maniobras judiciales, con las que sus abogados han conseguido dilatar los juicios de apelación en instancias superiores, en un caso que se ha convertido en un símbolo de la impunidad en Brasil. Celebración de justicia El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario, celebró la concesión de los indultos en sus redes sociales. Mencionó que «hoy se hizo justicia» para esos policías autores de los homicidios en Carandiru, a los que «intentaron arrestar por 30 años«. «Policías militares que entraron donde ninguna madre siquiera permitiría que sus hijos entrasen y cumplieron su misión. Local que guardaba las personas más peligrosas del país. Sufrieron, incluso con la aplastante mayoría de la sociedad apoyándolos», afirmó. Crímenes contra DD.HH. La matanza de Carandiru se remonta al 2 de octubre de 1992 y se inició por un motín en el pabellón nueve de este presidio, el mayor de Brasil en la época, que albergaba a cerca de 8 000 internos hacinados y en condiciones insalubres. La Policía reprimió el motín con una violencia extrema, disparando a los reclusos cuando muchos de ellos estaban encerrados en sus respectivas celdas, sin posibilidad de defenderse o huir. Según los análisis forenses presentados durante el juicio, los 111 muertos recibieron en total 515 balazos, entre ellos 126 en la cabeza, algo que para los grupos de derechos humanos constituye una prueba de que fueron ejecutados sumariamente. El responsable de la operación, el coronel de policía Ubiratan Guimarães, fue condenado en 2001 por el uso excesivo de la fuerza, pero tampoco llegó a entrar en prisión y resultó absuelto en una apelación en 2006, pocos meses antes de fallecer asesinado. La conmoción que produjo la matanza llevó a las autoridades brasileñas a clausurar Carandiru en 2002, y posteriormente se ordenó su demolición para dar lugar a un parque. Fuente: El Comercio

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El Tribunal Electoral de Brasil investigará a Bolsonaro por abusar de su poder durante la campaña electoral

El equipo legal del Partido de los Trabajadores, la formación de Lula da Silva, aseguró que el actual presidente brasileño y sus aliados intentaron desacreditar las elecciones presidenciales, difundiendo noticias falsas e información errónea sobre la integridad del sistema de votación. El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil abrió este miércoles una investigación contra el presidente saliente, Jair Bolsonaro, por poner en duda el resultado de las elecciones y por abusar supuestamente de su poder durante la campaña electoral. Además de Bolsonaro, serán investigados el candidato a la vicepresidencia, Walter Braga Netto, el senador Flavio Bolsonaro, los diputados Eduardo Bolsonaro, Carla Zambelli y Bia Kicis, los diputados electos Nikolas Ferreira y Gustavo Gayer y el senador electo Magno Malta. El juez Benedito Gonçalves, inspector general del tribunal, abrió la causa para analizar los alegatos presentadas por la coalición del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva, según informó la cadena G1. El equipo legal del Partido de los Trabajadores (PT), la formación de Lula da Silva, sostiene que Bolsonaro y sus aliados intentaron desacreditar y desestabilizar las elecciones presidenciales, difundiendo noticias falsas e información errónea sobre la integridad del sistema de votación. El equipo legal del Partido de los Trabajadores (PT), la formación de Lula da Silva, sostiene que Bolsonaro y sus aliados intentaron desacreditar y desestabilizar las elecciones presidenciales, difundiendo noticias falsas e información errónea sobre la integridad del sistema de votación. (REUTERS) Asimismo, sostuvieron que el presidente saliente abusó de su poder político y económico aumentando las prestaciones sociales y realizando pagos anticipados a los brasileños de menor renta en un intento de aumentar sus posibilidades de reelección. “Los investigados se esforzaron por difundir noticias falsas sobre el sistema de voto electrónico y atacar a los tribunales electorales y superiores, con el claro objetivo de perjudicar a los votantes”, esgrime el comunicado del TSE, donde se detalla que Bolsonaro tiene cinco días para presentar su defensa. El pasado mes de noviembre el Partido de los Trabajadores (PT), la fuerza liderada por el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó como una “artimaña” la petición presentada por la formación del actual mandatario, Jair Bolsonaro, para que la Justicia anule las elecciones presidenciales. La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, afirmó que la maniobra del Partido Liberal (PL) debería ser investigada como un intento de litigar de mala fe y pidió a los adversarios que acepten la victoria de Lula en las presidenciales de octubre y permitan el regreso de la paz a Brasil. La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, afirmó que la maniobra del Partido Liberal (PL) debería ser investigada como un intento de litigar de mala fe y pidió a los adversarios que acepten la victoria de Lula en las presidenciales de octubre. (REUTERS) La dirigente fue la primera vocera del PT en reaccionar al anuncio del PL, la formación que apoyó la frustrada candidatura a la reelección del líder ultraderechista, de pedirle al Tribunal Superior Electoral (TSE) que invalide las elecciones por considerar que las urnas electrónicas más antiguas no pueden ser auditadas. “El recurso de Bolsonaro ante el TSE es una artimaña que tiene que ser sancionada como litigio de mala fe. Basta de malicia, de irresponsabilidad y de insulto a las instituciones y a la democracia”, afirmó Hoffmann en un mensaje en Twitter. Fuente: Infobae

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Seguidores de Jair Bolsonaro causaron graves disturbios en el centro de Brasilia

Los manifestantes salieron a las calles en repudio a la detención de un cacique indígena, acusado de instigar protestas de matriz golpista. Hubo autobuses y vehículos incendiados Manifestantes de extrema derecha, seguidores del presidente Jair Bolsonaro, causaron graves disturbios en la noche del lunes en el centro de Brasilia, para protestar por el arresto de un instigador de actos a favor de un golpe de Estado.   Los bolsonaristas trataron de acceder por la fuerza a un edificio administrativo de la Policía Federal, en el centro de Brasilia, pero fueron rechazados por las fuerzas de seguridad.   Los disturbios se extendieron por un sector de hoteles vecino a la sede policial, en la zona donde se ubica el hotel donde se hospeda el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumirá el poder el 1 de enero.   La Policía montó un dispositivo de seguridad especial en torno al hotel e incluso desplazó un helicóptero al edificio, pero el presidente electo finalmente no fue evacuado.   Tras controlar la situación en las calles, el futuro ministro de Justicia en el gabinete de Lula, Flávio Dino, garantizó que Lula está “seguro” y “en ningún momento” estuvo expuesto “a algún riesgo”. Autobuses y vehículos incendiados Los manifestantes prendieron fuego a varios vehículos, incluidos automóviles que estaban aparcados en las inmediaciones del edificio de la Policía Federal, y varios autobuses urbanos.   Unos manifestantes empujaron un autobús hasta dejarlo colgado en el borde de un viaducto que superpone dos de las principales avenidas de la capital.   Otros radicales causaron daños en una gasolinera cercana, donde prendieron fuego a un automóvil.   Las autoridades locales hasta el momento no han realizado un balance de daños, ni han informado si ha habido detenciones por los disturbios, que fueron controlados unas tres horas después de que estallara la violencia, por la caballería y agentes de la Policía que usaron balas de goma y gases lacrimógenos. Protesta por una detención La protesta fue una respuesta a la detención de un cacique indígena de ideología bolsonarista, que está acusado de instigar protestas de cariz golpista.   El cacique José Acácio Serere Xavante fue detenido por orden de un magistrado del Tribunal Supremo, por sospechas de que organizó “manifestaciones antidemocráticas en diversos lugares de Brasilia”, incluyendo la invasión al aeropuerto de la capital la semana pasada por parte de un grupo de indígenas.   Estando detenido por la Policía Federal, Xavante pidió a los manifestantes que cesen hechos violentos como el “incendio de automóviles y el ataque contra la Policía Federal” en un video enviado a los medios de comunicación. Un bus incinerado por seguidores del saliente presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en Brasilia (EFE/ANDRÉ BORGES) Seguidores del saliente presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se manifestaron en Brasilia (EFE/ANDRÉ BORGES) Silencio del gobierno El futuro ministro de Justicia, Flávio Dino, prometió en una rueda de prensa que todos los implicados en actos de vandalismo “serán responsabilizados”.   En cambio, ninguna autoridad del Gobierno liderado por Bolsonaro condenó los ataques hasta el momento.   El único pronunciamiento por parte del Gobierno partió del ministro de Justicia, Anderson Torres, que dijo en redes sociales que “todo será investigado y aclarado” y garantizó que la Policía Federal colaboró con las autoridades locales para “contener la violencia y restablecer el orden”.   Horas antes de los incidentes, Bolsonaro se acercó a alentar a un grupo de centenares de manifestantes que se concentraban a las afueras del palacio de Alvorada, su residencia oficial.   En esa ocasión, Bolsonaro no habló, pero estuvo al lado de un sacerdote que gritó consignas contra Lula a los extremistas, que desde hace un mes se concentran frente a los cuarteles para pedir a los militares que den un golpe de Estado. Manifestantes cara a cara con la Policía (EVARISTO SA / AFP) Un bus incendiado por seguidores de Jair Bolsonaro (EFE/ANDRÉ BORGES) El pasado viernes Bolsonaro habló por primera vez a sus seguidores, después de haber guardado silencio por cerca de 40 días, y les instó a dejar de pedir la intervención de los militares y que piensen “qué pueden hacer cada uno de ellos por la patria”.   Los disturbios sucedieron en el día que Lula recibió el diploma que le acredita como presidente electo, un trámite previo a la investidura, que está prevista para el próximo 1 de enero.   Desde la segunda vuelta de las elecciones, celebradas el 30 de octubre, Bolsonaro no ha reconocido su derrota públicamente ni ha felicitado a Lula, quien venció por un estrecho margen de menos de dos puntos porcentuales. Un vehículo prendido fuego en una estación de servicio (EVARISTO SA / AFP) Manifestantes de enfrentaron a la Policía (EVARISTO SA / AFP) Sin embargo, Bolsonaro sí ha permitido que se ponga en marcha la transición de Gobierno. Fuente: Infobae

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Lula da Silva recibe diploma de acreditación como presidente electo de Brasil

El líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva recibió este 12 de diciembre de 2022 el diploma que le acredita como presidente electo de Brasil, tras su victoria en las elecciones de octubre ante el actual mandatario, Jair Bolsonaro. Lula, de 77 años, completó así el último trámite antes de su investidura, que será el 1 de enero, cuando asumirá la Presidencia por tercera vez, tras gobernar por dos periodos entre 2003 y 2010. En la ceremonia, el exgobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin también recibió el diploma como vicepresidente electo. El acto tuvo lugar en la sede del Tribunal Superior Electoral (TSE), en Brasilia, ante cerca de 300 invitados y bajo un fuerte dispositivo de seguridad, montado como medida de prevención ante las protestas de simpatizantes de Bolsonaro, que llevan más de un mes acampados frente al cuartel general del Ejército. Esas manifestaciones, que exigen un golpe de Estado que impida la investidura de Lula para que Bolsonaro siga en el poder, se han repetido a las puertas de decenas de cuarteles en varias ciudades del país desde la segunda vuelta de las presidenciales del 30 de octubre. En la ceremonia, el TSE también certificó de forma oficial el resultado de los comicios, un trámite que en Brasil se realiza desde 1951, aunque estuvo suspendido durante los años de la dictadura militar (1964-1985). Ajustada victoria frente a Bolsonaro De acuerdo con las autoridades electorales, Lula se impuso en el balotaje con el 50,9% de los votos, frente al 49,1% que obtuvo Bolsonaro, que continúa sin felicitar al dirigente progresista, ni reconocer públicamente su derrota. El Partido Liberal (PL), con el que el líder ultraderechista se presentó a la reelección, pidió al TSE invalidar el resultado de esos comicios el pasado 22 de noviembre. La demanda ponía en duda los resultados de las urnas electrónicas de modelos más antiguos, que son más de la mitad, pero fue rechazada por el presidente del TSE, el juez Alexandre de Moraes, quien además impuso una multa millonaria al partido por actuar de mala fe. Durante la campaña, Bolsonaro encabezó una iniciativa de descrédito contra las urnas electrónicas que Brasil utiliza desde 1996 en sus procesos electorales sin que hayan sido objeto de ninguna denuncia de fraude desde entonces. Fuente: El Comercio

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La contundente respuesta del Tribunal Electoral de Brasil al pedido del partido de Bolsonaro de anular las elecciones

El partido de extrema derecha del saliente presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha impugnado algunos de los votos de la jornada electoral. El partido de extrema derecha del saliente presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha impugnado algunos de los votos de la jornada electoral de octubre en la que perdió estrechamente la presidencia frente al izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva. El Partido Liberal solicitó al Tribunal Electoral que rechazara los votos de ciertas máquinas, que asegura estuvieron comprometidas durante la segunda vuelta electoral. El tribunal le ha dado al partido 24 horas para que modifique su petición para que incluya los votos de la primera ronda, pues las mismas urnas electrónicas fueron utilizadas en ambas rondas electorales. El partido de Bolsonaro tuvo un resultado mejor del esperado en la primera ronda. El partido no ha presentado pruebas de sus reclamos respecto a los errores de las máquinas. La victoria de Lula -de 50,9% contra 49,1% de Bolsonaro- ha sido ratificada por el Tribunal Superior Electoral (TSE), de manera que es probable que el reclamo no prospere. El tema gira en torno a 280.000 máquinas de votación que fueron modelos de fabricación anterior a 2020. Bolsonaro había dicho en previas ocasiones que el sistema electrónico de votación de Brasil no estaba a prueba de fraude. Aunque Bolsonaro no ha concedido la derrota, sí dio el visto bueno a la transición de poder. Desde que perdió las elecciones del pasado 30 de octubre se ha mantenido lejos del ojo público. Máquinas cuestionadas El Partido Liberal de Bolsonaro (PL) contrató una consultoría que detectó que las urnas electrónicas anteriores a 2020 no generan los archivos de registro con nombres individualizados, por lo que sería imposible relacionar un archivo de registro específico con una urna determinada. Los archivos de registro contienen impresos una especie de “biografía” de cada urna, con datos sobre cuántas veces se encendió, se apagó y a qué hora se insertaron los programas. Este archivo se considera importante porque en él quedaría registrado cualquier intento de acceso irregular a la urna. La demanda del Partido Liberal alega que las urnas electrónicas de fabricación anterior a 2020 no eran aptas. Getty Images Foto: BBC Mundo Según el PL, únicamente los archivos generados por las urnas fabricadas a partir de 2020 podrían considerarse aptos y si sólo se contaran los votos de estas urnas, Bolsonaro sería el ganador “con 51,05% de los votos válidos, contra 48,955 de Lula”. Sin embargo, varios expertos consultados por BBC Brasil aseguran que las supuestas fallas señaladas por el PL no comprometerían los resultados. El investigador Marcos Simplício, profesor de Ingeniería Informática de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo, afirma que aunque los archivos de registro de urnas fabricadas antes de 2020 generan nombres similares, bastaría con abrirlos para encontrar la información precisa para identificar a qué urna pertenece. “Cualquier persona con acceso a internet puede hacer esto”, dijo el experto. Otro experto, el profesor de Ciencias de la Computación de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, Diego de Freitas Aranha, que investigó las máquinas de votación utilizadas en Brasil, señaló que los votos no están en los archivos de registro. “Los datos más importantes, que son los votos, no están en los archivos de bitácora. Están en otros archivos. Y no se mencionó una supuesta irregularidad en relación a esos datos”, explicó el profesor. La victoria de Lula en segunda vuelta fue ratificada por el Tribunal Superior Electoral (TSE). Getty Images Foto: BBC Mundo Las dificultades de la demanda Los especialistas consultados por la BBC señalan también errores en el informe presentado por el PL para pedir la invalidación de los votos. Por una parte, el informe se basa en supuestos técnicos erróneos sobre la seguridad de las urnas y no presenta ninguna evidencia de fraude que pudiera haber beneficiado al presidente electo Lula. Diego Aranha destaca que la demanda de los partidarios sólo hace mención de irregularidades de los resultados de la segunda vuelta, pero las mismas máquinas fueron utilizadas en la primera vuelta. “Si la falla encontrada por el PL fuera realmente grave, lo natural sería que pidiera la nulidad de las votaciones de primera vuelta también, y no solo de la segunda. Eso tendría que pasar porque las urnas que disputan, las fabricadas antes de 2020, también se utilizaron en la primera ronda”, dijo. Marcos Simplício añadió que la anulación de los votos en ambas vueltas no sólo tendría efectos para la elección presidencial, sino “para todos los cargos que se disputaron, como diputados, senadores y gobernadores estatales y federales”. Después de conocedrse los resultados, los partidarios de Bolsonaro salieron en masa a protestar. Reuters Foto: BBC Mundo Inmediatamente después de que Lula fue declarado ganador, numerosos camioneros que apoyaban a Bolsonaro bloquearon las carreteras y tuvieron enfrentamientos con la policía. Pero Bolsonaro luego les dijo que los bloqueos no eran parte de las protestas “legítimas”. Algunos de sus adeptos continuaron manifestando frente a los cuarteles militares, instando al ejército a intervenir para evitar la toma de poder de Lula. El período presidencial de Bolsonaro terminará con la investidura de Lula el 1 de enero. Lula, que fue presidente de Brasil ente 2003 y 2010, tiene 77 años y se convertirá en la persona de mayor edad en asumir el cargo. La victoria de Lula representó un contundente regreso político, teniendo en cuenta que su candidatura a las elecciones de 2018 no fue habilitada debido a que estaba en la cárcel y vetado de todo cargo público. Había sido encontrado culpable de recibir sobornos de una firma constructora brasileña a cambio de facilitar contratos con la petrolera estatal Petrobras. Su condena fue anulada más tarde. Bolsonaro, un excapitán del ejército, obtuvo mucho de su apoyo de los cristianos evangélicos y otros sectores conservadores que abogaban por la protección de los valores familiares. Sin embargo, durante su gobierno también se vio la acelerada deforestación de la Amazonía y una creciente desigualdad. Fuente: El Universo

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El partido de Lula da Silva rechazó la impugnación de Jair Bolsonaro a los resultados del ballotage: “Es un insulto a la democracia”

“Basta de malicia, de irresponsabilidad y de insulto a las instituciones”, manifestó Gleisi Hoffman, presidenta del PT El Partido de los Trabajadores (PT), la fuerza liderada por el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó este martes como una “artimaña” la petición presentada por la formación del actual mandatario, Jair Bolsonaro, para que la Justicia anule las elecciones presidenciales. La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, afirmó que la maniobra del Partido Liberal (PL) debería ser investigada como un intento de litigar de mala fe y pidió a los adversarios que acepten la victoria de Lula en las presidenciales de octubre y permitan el regreso de la paz a Brasil. La dirigente fue la primera vocera del PT en reaccionar al anuncio del PL, la formación que apoyó la frustrada candidatura a la reelección del líder ultraderechista, de pedirle al Tribunal Superior Electoral (TSE) que invalide las elecciones por considerar que las urnas electrónicas más antiguas no pueden ser auditadas. “El recurso de Bolsonaro ante el TSE es una artimaña que tiene que ser sancionada como litigio de mala fe. Basta de malicia, de irresponsabilidad y de insulto a las instituciones y a la democracia”, afirmó Hoffmann en un mensaje en Twitter. “La elección fue decidida en el voto y Brasil necesita de paz para construir un futuro mejor”, agregó la dirigente partidaria en respuesta a los militantes bolsonaristas que se resisten a aceptar el resultado de las elecciones y que alegan sin pruebas que la victoria de Lula fue producto de un fraude con las urnas. Jair Bolsonaro impugnó algunos resultados del ballotage que ganó Lula da Silva (Andre Coelho/Pool vía REUTERS) En su petición, pese a que no denuncia un fraude, el PL pide “invalidar” los resultados de las urnas electrónicas de modelos más antiguos, que son más de la mitad, porque las considera imposibles de auditar. El presidente del bolsonarista Partido Liberal, Valdemar Costa Neto, envió una nota al Tribunal Superior Electoral para pedir la anulación de los votos. Según una auditoría encargada por el partido, Bolsonaro fue el más votado en las urnas de modelo más nuevo, fabricadas a partir de 2020, con el 51,05% de los sufragios. De acuerdo al resultado oficial, Lula se impuso en la segunda vuelta de las elecciones del pasado 30 de octubre con el 50,9% de los votos, frente al 49,1% que obtuvo Bolsonaro. Las urnas fueron avaladas por numerosos organismos oficiales, incluidas las Fuerzas Armadas, que en su informe sobre las elecciones no encontraron indicios de fraude, pero tampoco descartaron la posibilidad que pudieran haber ocurrido. Una máquina de votación brasileña (REUTERS/Adriano Machado) En una rueda de prensa convocada por el PL, el ingeniero Carlos Rocha, responsable por la auditoría, explicó que la intención de ese trabajo es “contribuir al fortalecimiento de la democracia” y con un “perfeccionamiento del sistema electoral”. Bolsonaro hasta ahora no ha reconocido su derrota públicamente ni felicitado a su rival, aunque sí ha permitido que se inicie la transición con el equipo designado por Lula para ese fin. Desde el día después de las elecciones, miles de activistas de la ultraderecha están acampados a las puertas de decenas de cuarteles en varias ciudades del país exigiendo un golpe de Estado que impida la investidura de Lula, pero hasta ahora los militares han ignorado por completo a ese movimiento. Fuente: Infobae

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El presidente Bolsonaro pide la anulación parcial de las elecciones que perdió frente a Lula

El recurso presentado por el ultraderechista este martes ante el Tribunal Superior Electoral demanda invalidar los votos de las urnas electrónicas más antiguas El presidente brasileño, Jair Messias Bolsonaro, de 67 años, que está enclaustrado en su residencia desde que perdió las elecciones, ha decidido cuestionar por la vía institucional el resultado. Cayó derrotado por la mínima (1,8 puntos; unos dos millones de votos menos que su contrincante) hace tres semanas ante su rival, Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años. El mandatario ultraderechista ha presentado este martes por la tarde un recurso ante el Tribunal Superior Electoral en el que le solicita que anule parte de los votos emitidos el pasado 30 de octubre. Los votos en cuestión son los tecleados en los modelos más antiguos de la urna electrónica que Brasil usa hace 25 años y el argumento esgrimido son las supuestas inconsistencias detectadas. La demanda supone la materialización de un temor que ha sobrevolado estas elecciones, las más tensas y polarizadas en la historia reciente de Brasil. La solicitud de que parte de los votos sean invalidados se basa, según el escrito citado por Reuters, “en indicios de mal funcionamiento irreparable” detectados por una auditoria encargada por el equipo del presidente. Con el argumento de que existen “indicios de errores graves que generan incertidumbre y hacen imposible validar los resultados generados” en las urnas de ciertos modelos, reclaman que sean anulados. El escrito está firmado por el presidente de la República y por el líder del Partido Liberal, con el que concurrió a los comicios y que obtuvo el mayor grupo parlamentario del Congreso. El presidente del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes, ha dado a Bolsonaro 24 horas para que presente las auditorías tanto de la primera vuelta electoral como de la segunda en las que se basa su recurso, informa Reuters. Si no presenta la documentación, rechazará la demanda. En 2014 y tras la ajustada victoria de Dilma Rouseff, su contrincante, Aecio Neves, impugnó el resultado sin éxito. El Tribunal Superior Electoral rechazó sus argumentos. Valdemar Costa Neto, líder del partido Liberal de Bolsonaro, durante una conferencia de prensa respecto a las inconsistencias que presuntamente hubo en la elección presidencial.ERALDO PERES (AP) Desde que perdió las elecciones, Bolsonaro está prácticamente desaparecido. Y su ausencia, su silencio y su negativa a reconocer explícitamente la victoria del izquierdista Lula han envalentonado a sus seguidores más radicales. Durante estas tres semanas, los bolsonaristas más ultras han mantenido concentraciones ante cuarteles de todo el país en las que han reclamado a los militares que den un golpe de Estado e impidan la toma de posesión de Lula, prevista para el 1 de enero. Las protestas, que comenzaron con decenas de miles de personas, han ido menguando, pero persisten en varias ciudades. La impugnación presentada por Bolsonaro puede dar alas a esos pequeños grupos bolsonaristas que siguen movilizados en las calles. Bolsonaro culmina así una larga campaña en la que ha cuestionado el sistema de votación vigente y ha sembrado dudas sobre él, pero sin ofrecer nunca pruebas contundentes. Y en este cuarto de siglo no se ha detectado ningún caso de fraude. De todos modos, sus sospechas han calado en parte de sus seguidores, que están convencidos de que les han robado las elecciones. La erosión de la confianza en las urnas electrónicas de las que tan orgullosa estaba Brasil hasta hace nada es evidente. Los resultados de las elecciones brasileñas son oficiales desde que así los declaró el Tribunal Superior Electoral la misma noche del día 30 tras un recuento de infarto. Lula logró el 50,9% (60 millones de votos) y Bolsonaro, el 49,1% (58 millones). Inmediatamente, fueron reconocidos por los máximos representantes tanto de la Cámara de Diputados, un aliado de Bolsonaro, como del Senado y del Tribunal Supremo. Gobiernos extranjeros, con Estados Unidos a la cabeza, se sumaron rápidamente al reconocimiento y felicitaron a Lula por obtener el que será su tercer mandato tras presidir Brasil entre 2003 y 2010. Bolsonaristas protestan los resultados de la elección en Brasilia, el pasado 15 de noviembre.SERGIO LIMA (AFP) El traspaso de poderes avanza al margen de las protestas golpistas. El equipo de transición de Lula está instalado en Brasilia analizado documentación gubernamental y negociando a muchas bandas para conseguir el apoyo parlamentario necesario para sacar adelante maneras de financiar sus promesas electorales. El izquierdista, que el lunes se sometió a una intervención quirúrgica en la laringe, sigue sin desvelar ni uno solo de sus ministros. La semana pasada el presidente electo hizo su primer viaje al extranjero. Primero a la cumbre del clima en Egipto, y después a Portugal. Mientras Lula acapara todo el protagonismo, el todavía presidente sigue noqueado. La noche electoral se fue a dormir pronto y solo rompió su silencio 45 horas después. Aquel ha sido su único acto público en esas tres semanas. Fue una intervención de menos de dos minutos en su residencia de Brasilia, en la que no admitió explícitamente la derrota, ni felicitó a Lula. No obstante, firmó el decreto que dio inicio al traspaso de poderes. En este tiempo su agenda oficial es mínima, ha pisado su despacho una sola vez, solo recibe ministros, algún otro alto cargo gubernamental y siempre en su residencia, ha abandonado las retransmisiones en directo de los jueves y sus redes son actualizadas con logros gubernamentales, sin declaraciones. Un cambio radical para un político que alumbró un poderoso movimiento a partir de las redes sociales. Tras conocerse la impugnación parcial de los resultados, la noticia ocupa un lugar secundario en las portadas digitales de la prensa brasileña, encabezadas por la muerte del cantante Erasmo Carlos, de la Jovem Guarda, a los 81 años. Durante toda la mañana, la apertura ha estado monopolizada por Argentina y su derrota frente a Arabia Saudí en el Mundial. La selección de Neymar se estrena el jueves. Fuente: El País

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