El País .- JPMorgan, Bank of America, Wells Fargo, Citi, Morgan Stanley y Goldman Sachs ganan un 20% más en el tercer trimestre del año Las cuentas salen en Wall Street. Tras las turbulencias financieras de la primera mitad del año, los grandes bancos de Estados Unidos han cerrado un tercer trimestre de beneficios récord gracias a la subida de los tipos de interés y a que la temida recesión nunca termina de llegar. Las grandes entidades han logrado cobrar más por sus créditos sin tener que elevar apenas la remuneración de los depósitos. Al tiempo, han tenido que hacer menos provisiones de las que se esperaban. Incluso el negocio de banca de inversión empieza a respirar tras la hecatombe del año pasado gracias al aumento de salidas a Bolsa, colocaciones y operaciones corporativas. JPMorgan, Bank of America, Wells Fargo, Citi, Morgan Stanley y Goldman Sachs han logrado un beneficio agregado de 34.024 millones de dólares (unos 32.180 millones de euros al tipo de cambio actual) en el tercer trimestre de 2023, un 17% más que en el mismo periodo del año anterior. JP Morgan ha logrado resultados récord para un tercer trimestre y para el acumulado de los primeros nueve meses del año. Wells Fargo roza su récord del tercer trimestre, aunque el resultado de nueve meses está lejos de sus mejores ejercicios. Bank of America ha tenido su mejor resultado de los tres Medea de verano desde 2010. En cambio, Citi aún no se ha recuperado de la caída de beneficios del año pasado. Goldman Sachs vuelve a sufrir un descenso de sus ganancias, sobre todo por su exposición al sector inmobiliario, al igual que Morgan Stanley, al que pasa factura aún la banca de inversión. El gran triunfador del contexto actual es JP Morgan Chase, el mayor banco de Estados Unidos, que amplía su ventaja frente al resto por tamaño y beneficios. El banco que dirige Jamie Dimon ganó 13.151 millones en el tercer trimestre, un 35% más que en el mismo periodo del año pasado, según comunicó el viernes pasado. JP Morgan salió reforzado de la sacudida del sector financiero provocada por la caída de Silicon Valley Bank, a la que siguieron otras entidades medianas. Los depositantes buscaron la seguridad de los grandes bancos, lo que sirvió para contener el coste de su pasivo. Además, JP Morgan acabó rescatando First Republic en muy buenas condiciones y se está beneficiando de ello. Sin su aportación, el beneficio habría crecido el 24% en el tercer trimestre. La misma subida de tipos que puso en aprieto a las entidades medianas cargadas con carteras de deuda ha servido en el caso de JP Morgan para impulsar sus ingresos hasta niveles récord. Además, la entidad ha tenido que realizar menos provisiones por créditos de las que se esperaban, lo que también ha impulsado la rentabilidad. Pese a ello, Dimon se mostró prudente en la conferencia con analistas: “Nos enfrentamos a tantas incertidumbres que solo podemos ser muy cautos”, dijo, alertando de que es el “momento más peligroso que ha visto el mundo en décadas”. Además del entorno macroeconómico y geopolítico, Dimon ha advertido sobre el endurecimiento regulatorio y las exigencias de más capital que prepara la Reserva Federal en cumplimiento de las normas internacionales de solvencia (Basilea III). Bank of America, el segundo mayor banco, también ha logrado ganar cuota a costa de otras entidades más débiles. “Hemos añadido clientes y cuentas en todas las líneas de negocio. Y lo hemos hecho en una economía saneada, pero en desaceleración, en la que el gasto de los consumidores estadounidenses sigue siendo superior al del año pasado, pero continúa ralentizándose”, ha señalado en la nota de resultados el presidente y consejero delegado de la entidad, Brian Moynihan. La entidad logró un beneficio neto consolidado atribuible de 7.270 millones de dólares, un 11% más que en el mismo periodo de 2022 y la mayor cifra de un tercer trimestre desde 2010. La subida de los tipos de interés fue el motor de los ingresos. Sin embargo, en el caso de Bank of America esa subida de tipos tiene una contrapartida que le ha penalizado en Bolsa. La entidad acumula fuertes pérdidas en la cartera de bonos mantenidos hasta su vencimiento. Son pérdidas que no se reconocen en los beneficios porque el banco tiene previsto mantener los bonos hasta su amortización, pero implican un elevado coste de oportunidad. Esas minusvalías latentes aumentaron a 131.000 millones de dólares en el tercer trimestre, frente a los 116.000 millones del mismo periodo del año anterior. Han sido pérdidas de ese tipo las que han metido en problemas a entidades con balances más débiles que el de Bank of America. Cambio de líder hipotecario El mayor aumento relativo del beneficio del tercer trimestre se lo ha apuntado Wells Fargo, que ganó 5.767 millones de dólares, un 61% más que en el mismo periodo del año pasado. De las grandes entidades, es el banco que más se beneficia de la subida de los tipos de interés, que impulsaron su margen de intereses un 8%, a 13.105 millones de dólares, y los ingresos totales un 7%, hasta 20.857 millones de dólares. A eso se unió una menor necesidad de provisiones, con lo que se redujo el coste del crédito del banco con sede en San Francisco. Eso sí, tras un largo reinado como el mayor banco hipotecario estadounidense, Wells Fargo se ha visto superado por JP Morgan en gestión crediticia a terceros, volumen de emisión y préstamos hipotecarios de cartera, en parte gracias a la adquisición de First Republic. Wells Fargo llegó a emitir uno de cada tres préstamos hipotecarios en Estados Unidos, pero tiene una limitación de tamaño impuesta por la Reserva Federal y ha ido apostando por otros segmentos. Por su parte, Citi mejoró su resultado un 2%, hasta 3.546 millones de dólares en el tercer trimestre, gracias a un fuerte crecimiento de los ingresos, impulsados por las subidas de tipos de interés y por la negociación de títulos de renta fija y divisas. Superó con mucho las previsiones