El afán de la vicepresidenta Verónica Abad, de tomarse el poder, no cuenta con el respaldo de los ecuatorianos.
Para la analista Karina Márquez, la ambición de Abad genera el rechazo de la gente, que no percibe en ella una línea de trabajo acorde con el Gobierno Nacional. Sin mencionar que el voto fue para Daniel Noboa, y no precisamente para ella.
Tal vez, opinó Márquez, el único deseo de la vicepresidenta titular sea tener en su hoja de vida, que fue mandataria por unos pocos meses.
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Quieren tomarse el poder
A su criterio, existen agentes externos económicos que pretenden tomarse el poder, sea como sea. Sin embargo, en este caso en particular el fin no justifica los medios.
La analista estimó complicado que el país le crea a Abad, que ha perdido todo sentido de representatividad, además de que no acata las funciones asignadas por el gobernante.
Basta ver el círculo que la rodea, con parientes enjuiciados por tráfico de influencias. Condiciones que impiden confiar en ella.
Fracasó maniobra de la Asamblea
Asimismo, la experta precisó que la Asamblea no ha podido dar el golpe que pretendía, pues se dio cuenta que sus competencias y atribuciones no pueden extenderse al Ejecutivo.
Incluso si se diera el caso de que Noboa hiciera proselitismo, estimó que a lo mucho recibiría una multa, como ya sucedió con el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, cuando en el 2023 promovió con recursos del Municipio la candidatura de Luisa González, de forma abierta.